ENDULZANDO EL OIDO

Un informe científico asegura que comer chocolates protege contra la caries dental.

25 de mayo de 1992

TODA LA VIDA se ha hablado sobre la nociva acción de los dulces en los dientes. Ahora un informe médico señala que los chocolates son un poderoso anticaries. La noticia fue divulgada por el Centro de Investigación Dental de Princenton en los Estados Unidos, en las notas de salud que envía periódicamente a los odontólogos para ser repartidas entre los pacientes. Según los investigadores, consumir chocolates es tan benéfico como comer una manzana al día, ya que protege contra la caries dental.
Pero los chocohólicos apenas habían saboreado la buena nueva cuando las agremiaciones profesionales de salud oral pusieron el grito en el cielo. Incluso el profesor de biología de la Universidad de California, Laurence Wolinsky, autor del estudio en el cual se basó el informe, señaló que su investigación ha sido tergiversada.
Aunque desde hace un tiempo se ha visto que algunos alimentos como el queso o el té, que contienen taninos, pueden inhibir la formación de la placa bacteriana, el nuevo informe asegura que también el chocolate puede prevenirla por que la cocoa contiene algunos taninos. Según el investigador, su trabajo consistió en aislar los taninos de la cocoa y otros alimentos para que puedan ser utilizados como aditivos en las pastas dentales y enjuagues bucales. Lo que omitieron decir los redactores del informe es que cualquier acción benéfica del tanino contenido en los chocolates es contrarrestada por los azúcares contenidos en las golosinas que, convertidos en ácidos, atacan el esmalte dental.
Pero si la nueva teoría sorprendió a la mayoría de los investigadores, lo que los dejó boquiabiertos fue saber que el estudio había sido financiado por la firma Mars Inc., una de los mayores fabricantes de golosinas de chocolate, entre ellos los famosos M & M y el apetecido Milky Way. Al parecer, los científicos del Centro de Investigación Dental de Princenton trataban de endulzarle el oído a su patrocinador. El tema puso sobre el tapete la vieja polémica sobre la conveniencia de que firmas comerciales financien investigaciones en las cuales tienen intereses. En opinión de la comunidad científica, esta vez las cosas fueron demasiado lejos.