ANIVERSARIO

“Colciencias es la esperanza del país”

El capitán de corbeta Alberto Ospina Taborda promovió, con otros, la creación de Colciencias y en 1968 fue su primer director. Hoy sigue convencido de la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo nacional.

1 de diciembre de 2018

SEMANA: ¿Cuáles considera los principales logros de Colciencias en este medio siglo de vida y los retos a futuro?

ALBERTO OSPINA TABORDA: Colciencias ha hecho mucho. En un primer momento formó una conciencia científica en el mundo académico, después fortaleció la capacidad investigativa, y ha buscado entender y resolver muchos problemas sociales del país. Esto sin hablar de la formación posdoctoral. En cuanto a los retos, son hoy para mí los mismos que los valores misionales del inicio: fortalecer la infraestructura científica y tecnológica del país, y formar en las nuevas generaciones un pensamiento crítico e investigativo para que crean en las bondades de la ciencia.

SEMANA: ¿Cómo crearon Colciencias?

A.O.T.: Colciencias nació en 1968 porque el país tenía la necesidad de crear una institución que promoviera la ciencia y la investigación. Los países más desarrollados y con mayor bienestar social habían llegado a ese punto gracias al progreso técnico y a su capacidad de aprovechar las aplicaciones de la ciencia y las nuevas tecnologías. Eso fue lo que buscamos hacer, pues las naciones en vía de desarrollo apenas comenzábamos esa etapa y teníamos que embarcarnos en ese tren de progreso técnico y científico.

SEMANA: ¿Con qué apoyo contaron para crear Colciencias?

A.O.T.: Lo más importante fue contar con el respaldo de un presidente visionario, como Carlos Lleras Restrepo. Pero también nos ayudaron empresarios y académicos que tenían una visión de país a futuro, como Hernán Echavarría, Manuel Carvajal, Rodrigo Uribe Echavarría, Gabriel Betancur Mejía, quien fue ministro de Educación, o José Félix Patiño, entre otros.

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SEMANA: En los primeros años, ¿cuáles fueron las principales funciones de la entidad?

A.O.T.: Lo principal, necesitábamos darle al país una capacidad científica y tecnológica, especialmente en ingeniería, en hacer cosas y aplicar los productos de la ciencia. Miramos qué tenía el país y qué nos faltaba. Hicimos un inventario y después buscamos consolidar la comunidad científica. Creamos, por ejemplo, la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, lo que ayudó muchísimo en la tarea.

SEMANA: En los años setenta surgió el grupo de pensamiento Año 2000. ¿En qué trabajó?

A.O.T.: Era un grupo multidisciplinario de profesores universitarios, empresarios e intelectuales preocupados por el futuro del país. De allí salieron muchas ideas, algunas se materializaron, otras no, pero abordaban muchos temas como transporte o seguridad alimentaria. Por ejemplo, pensaron a nivel nacional en una especie de chiva aérea, un avión que circulara por las principales ciudades del país recogiendo y dejando gente, esto no se concretó. Pero años después apareció el puente aéreo que conectó a Cali, Medellín y Bogotá.

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SEMANA: ¿Cuál considera que es el principal valor de Colciencias 50 años después?

A.O.T.: Colciencias representa la esperanza del progreso del país. Si los gobiernos, empresarios y académicos se integran en la investigación y en la ciencia, se darán cuenta de la gran capacidad de innovación y progreso que tienen.

SEMANA: ¿Qué sentimiento le genera ver que la institución que usted soñó y materializó ha perdurado tanto?

A.O.T.: Me siento muy satisfecho, es una de las cosas por las cuales valió la pena vivir porque creo haber dejado algo que sirve y servirá para el futuro. Estoy satisfecho con la creación de Colciencias y su evolución, el Estado debe mantener siempre una política científica para el país en función de lo social y lo económico. n