Entrevista con Eugenio Siccardi (Creador de Rompecadenas.com)

13 de agosto de 2001

SEMANA: ¿Existen estadísticas sobre el número de hoaxes que circulan por Internet?

EUGENIO SICCARDI: No conozco estadísticas sobre este tema. Pero estoy seguro de que son varios millones de mensajes falsos los que circulan cada día en todos los idiomas a través de Internet.

SEMANA: ¿Por qué es tan difícil romper estas cadenas?

E.S. : Por la facilidad de reenviar un mail, por la necesidad de comunicación de las personas y porque muchas apelan a los sentimientos de la gente (miedo, codicia, sensibilidad, solidaridad). También funciona el siguiente pensamiento: "me lo mandó mi amigo que no me va a mentir". Este, a su vez, lo recibió de otro amigo y pensó lo mismo. Pero alguien alguna vez tuvo que comenzar la cadena. Además existe la creencia equivocada de que "reenviar esto no cuesta nada y aunque sea falso no importa, por las dudas lo reenvío".

Esto no es cierto. Cuesta, como mínimo, la privacidad de todos los que usamos el correo electrónico ya que si se reenvían estos mensajes sin ocultar las direcciones, éstas pueden ser incorporadas a las bases de datos de quienes envían publicidad no solicitada.

SEMANA: ¿Por qué la gente cree ciegamente en las historias que cuentan los hoaxes, sobre todo, los de leyendas urbanas?

E.S. : Porque están en el límite de la credibilidad. Parecen absurdas pero podrían llegar a ser ciertas. Incluso algunas están basadas en algún hecho real. Hay muchas leyendas urbanas que son fascinantes y algunas están muy bien escritas.

La gente no se toma el trabajo de comprobarlas y prefiere creerlas. Esto sucede también porque muchas veces nos dicen que la historia es real y le sucedió "a un amigo de un amigo". Esto , paradójicamente, le da cierta credibilidad a la historia, pero a la vez la hace imposible de verificar.

SEMANA : ¿Cómo surgen las leyendas urbanas por Internet?

E.S. : Las leyendas urbanas que se distribuyen por correo electrónico tienen los objetivos de cualquier hoax. Quienes se dedican a crear y/o difundir hoaxes aprovechan esa fascinación que tienen las leyendas urbanas para que el mensaje circule. Algunas son creadas directamente para ser enviadas a través del correo electrónico pero muchas de ellas se reproducen en forma oral desde hace años, se cuentan en reuniones, en fiestas, entre amigos.

SEMANA: ¿En qué se benefician los creadores de los hoaxes?

E.S.: El principal objetivo es obtener direcciones de mail para luego enviar publicidad no solicitada o armar bases de datos para vendérselas a quienes recurren a esta práctica como forma de promocionar su negocio, que, por otro lado, es desaconsejada gravemente por la mayoría de los expertos en marketing y promoción online. Otro objetivo o consecuencia de los hoaxes es la saturación que pueden causar en algunos servidores.

SEMANA: ¿Es posible acabar con la moda de los hoaxes?

E.S.: Creo que no, por el momento. Cada nuevo usuario del correo electrónico es inevitable que reenvíe estas cadenas, al menos por un tiempo. Pienso que lo más importante es el conocimiento, que la gente sepa cuáles son las consecuencias de reenviar hoaxes. Si la gente está segura de que un mensaje es falso y comprende cuáles son las consecuencias de reenviarlo, es muy difícil que lo haga.

SEMANA: En el caso del hoax de los gatos en frascos se logró rastrear su procedencia. ¿Qué se gana con eso?

E.S.: Este es un caso muy especial. Fundamentalmente, porque no se trató de un hoax que se enviaba por correo electrónico sino de una página web con fotos y explicaciones fraudulentas. De esa forma la gente cree estar comprobando la información cuando ésta es falsa.

La página es un hoax en sí misma (broma, engaño, fraude). Pero lo que también se transformó en un hoax, debido a que la página era falsa, fue la cadena que se armó para repudiarla.

Como están las cosas hoy, es responsabilidad exclusiva del proveedor de alojamiento si acepta o no una página de ese tipo. El sitio fue pasando de servidor en servidor hasta que encontró uno que le permitió el alojamiento.

Una vez que se comprobó que no existía el delito que se le imputaba, el de crueldad con los animales, el asunto se planteó en torno a este tema: ¿debe prohibirse un sitio así? o, por el contrario, ¿debe permanecer online en virtud de la libertad de expresión?