Mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente son dos consejos en los que coinciden especialistas. Los beneficios de procurar ser constantes en el estilo de vida no solo se verán reflejados en el día a día, sino a largo plazo, contribuyendo a que el paso del tiempo no detone infortunios en la salud.
Pese a que estos dos aspectos no son 100 % determinantes para prevenir todas las enfermedades, la ciencia ha demostrado que sí tienen incidencia directa en la salud del organismo y a la hora de reducir el riesgo de anomalías. No en vano, el tipo de comida a ingerir y otras prácticas suelen ocupar un papel central.
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A estos dos se suma el espacio para dormir y respetar los horarios del descanso, pues el mismo cuerpo irá adaptándose a un reloj biológico, conocido también como ritmo circadiano. Neumomadrid explica que no es una cosa distinta al ciclo que media en las “funciones fisiológicas”, y en este inciden tanto factores internos como externos (la luz y oscuridad, por ejemplo).
¿Qué es la Ashwagandha?
Se trata de una planta y superalimento afrodisíaco, cuyas propiedades se asocian para tratar problemáticas como el estrés y el insomnio. Según el servicio de información estadounidense MedlinePlus, este tiene compuestos químicos que contribuyen a “calmar el cerebro”, luchar contra la presión arterial y bajar la hinchazón.
Pese a que uso se relaciona como ‘adaptógeno’, es decir, que permite la reducción del estrés, no hay estudios mayoritarios que respalden su alta efectividad para los trastornos de ansiedad y similares. Sin embargo, en una escala de ventajas, el portal sanitario lo clasifica como “posiblemente efectivo” contra el insomnio y el estrés, así como el aumento de peso conectado con ese estado mental.
Mejor con Salud resalta entre sus propiedades los alcaloides, que contienen nitrógeno, las saponinas y Trietilenglicol. Estudios hechos, inicialmente en ratones, han encontrado que este último contribuye a propiciar el sueño.
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“El extracto de raíz o planta entera de Ashwagandha (Withania somnifera) se ha utilizado para inducir el sueño en el sistema indio de medicina casera tradicional. Sin embargo, sus componentes somnógenos activos permanecen sin identificar”, se lee en un fragmento del análisis publicado en la revista científica PLOS ONE.
Pero no es para ‘todo el mundo’
Pese a las bondades de la planta, MedlinePlus lo considera “posiblemente seguro” cuando se utiliza hasta por 90 días y con una ingesta oral. Además, hay que tener precaución con la cantidad, pues todo exceso es malo y esta no es la excepción, ya que podría derivar en diarrea y náuseas.
El sistema de información sanitaria hace la advertencia para las mujeres embarazadas o quienes ya están lactando. En el primer caso, está el riesgo de que se presenten “abortos espontáneos” y, sobre la otra etapa materna, no hay suficiente información que entregue garantías sobre su seguridad.
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MedlinePlus sugiere que las personas con patologías “autoinmunes” como la artritis reumatoide o el lupus eviten su consumo, dado que la planta podría llevar a que se incrementen los síntomas de estas enfermedades. En adición, es aconsejable que su ingesta se suspenda si la persona está a dos semanas de someterse a intervenciones quirúrgicas ante el temor de que se “ralentice el sistema nervioso central”.
En general, no está de más consultar con un especialista sobre la dosis adecuada de Ashwagandha y descartar si la planta tiene alguna contraindicación en los casos particulares que lleven a limitar o restringir su empleo.