CIENCIA Y TECNOLOGIA

¡Eureka!

El Museo Interactivo de las Empresas Públicas de Medellín se ha convertido en una herramienta vital para el aprendizaje de las ciencias.

20 de abril de 2003

Un grupo de niños de la escuela La Colina, de Medellín, se agolpan en la puerta. Están ansiosos por entrar y listos para enfrentarse a un viaje de dos horas y media por los laberintos de la ciencia y la tecnología en el Museo Interactivo de Empresas Públicas de Medellín (EPM). Diseñado por un equipo de ingenieros colombianos, el museo responde preguntas relacionadas con los servicios públicos. ¿De dónde viene la luz eléctrica? ¿Cómo se potabiliza el agua? ¿Cómo será la casa del futuro? Todas estas y muchas más quedan absueltas en los tres pabellones de agua, energía y telecomunicaciones. En este paraíso del conocimiento todo es posible excepto el antipático 'no tocar' de los museos convencionales.

"El museo es un laboratorio en el que los alumnos pueden experimentar todos los fenómenos físicos y químicos de forma lúdica, impactante y atractiva. Es un espacio para que la comunidad se asombre con un mundo nuevo a su alcance", asegura Ana Cristina Márquez, directora de la Fundación Empresas Públicas de Medellín, que administra el museo.

La idea nació en 1998 cuando Ramiro Valencia Cossio, en ese momento gerente de Empresas Públicas de Medellín, vio la necesidad de adecuar los lotes que circundaban el edificio de EPM para hacerlo más amable a los ciudadanos y a los empleados y convertirlo en un sitio de descanso y tranquilidad. Construyeron el Parque de los Pies Descalzos, que imita un jardín zen. Hoy día es uno de los destinos de descanso preferidos por la población de Medellín. En él los visitantes se quitan los zapatos y caminan por un bosque de guaduas lleno de tulipanes. Todo eso en pleno centro de la ciudad. Y al edificio de EPM, considerado un yang, le crearon su ying al frente: el Museo Interactivo, que consta de tres niveles y 22 salas interactivas y que el año pasado recibió la visita de 836.000 personas.

Cerca de 34 guías universitarios están encargados de acompañar a los grupos que ingresan durante seis días a la semana al recorrido por los diferentes sets de experimentos. Maquetas interactivas, máquinas, juegos de multimedia, escenografías, simuladores y otros recursos didácticos ayudan a entender los complejos procesos que hay detrás de una bombilla, una llave de agua y de una línea telefónica.

Una atractiva robot anfitriona da la bienvenida. Fue diseñada por el ingeniero caldense Alvaro Villa Galvis, encargado de elaborar muchas de las atracciones de parques mundialmente conocidos.

El primer pabellón está dedicado al agua. Cómo se transporta, se limpia y se evacua. En el asunto de alcantarillado están integrados los temas clave de la ciudad. Por ejemplo, que la planta de tratamiento San Fernando debe procesar diariamente cuatro toneladas de residuos sólidos del río Medellín para luego volver a verter las aguas limpias al caudal.

Un video abre el pabellón de la energía. Describe el 'big bang' que dio origen al universo hace unos 15.000 millones de años y hace un veloz recorrido hasta el presente. La caldera, la termodinámica, la rueda Pelton, la palanca y el generador Van der Graaf son algunos de los aparatos que les permiten interactuar a los visitantes con las leyes de la termodinámica, la electricidad y el magnetismo.

En el salón de la fama se les rinde homenaje a los científicos que más han aportado al desarrollo de la humanidad y en 'La cueva de Gastón' un científico loco espera al grupo para explicarle todo acerca de la física de los gases.

Un auténtico traje espacial, de 120 kilos de peso, réplica del que usó Neil Armstrong en su viaje del Apolo 11 a la Luna, los espera en el último segmento del recorrido: el módulo lunar. La visita termina en la casa inteligente -donada por Microsoft-, donde todo está manejado por un sistema central en el que se programa la voz y todo responde al pedido del dueño. Solicita un domicilio, hace el café, revisa las puertas, climatiza la casa. "Es igual a la de Juan Pablo Montoya", exclamó uno de los niños que mira extasiado este sueño real con aires futuristas. Emerson Montoya, de 9 años, estudiante del Instituto Ferrini, manifestó a la salida: "Me pareció muy divertido, especialmente cuando nos metimos al iglú y empezó a sacar nieve. También me gustó la robot que hablaba y se movía. Y la máquina que saca una cabeza de dinosaurio. Aprendimos mucho, nos sirve para conocer el país y el universo".

La Fundación Empresas Públicas de Medellín lidera la construcción del nuevo Parque de los Deseos, que se está construyendo en el norte de la ciudad. A partir de agosto les permitirá a sus visitantes aprender la relación que existe entre el universo y los servicios públicos en un ambiente de ciencia y tecnología. Tendrá una plazoleta con elementos interactivos que explicarán algunos conceptos de astronomía, comunicaciones y la energía. La gente se va a poder acostar para ver las estrellas. Como expresa Ana Cristina Márquez, "seguimos pensando en macroproyectos. Nuestra columna vertebral es la educación. Queremos seguir fomentando la innovación científica y el desarrollo tecnológico".