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Control de la glándula tiroides en mujeres. Dolor de garganta de un pueblo sobre fondo gris | Foto: Getty Images/iStockphoto

VIDA MODERNA

Hipotiroidismo: la dieta que deben seguir quienes padecen de esta afección

La baja actividad de la glándula tiroides es una condición riesgosa para la salud.

18 de julio de 2022

El cuerpo humano es un gran sistema que se compone de múltiples partes, cada una de ellas cumple con funciones determinadas, lo que permite el correcto desempeño del organismo, garantizando procesos vitales como la respiración y la digestión. Podría decirse que dichas partes, de acuerdo con su tarea, conforman sistemas más pequeños, que procuran el bienestar interno y externo.

Uno de estos es el sistema endocrino, un engranaje formado por las glándulas encargadas de la formación de hormonas. El rol principal de estas sustancias es el envío de información entre los elementos que componen el cuerpo humano, recibiendo por ello el nombre de mensajeros químicos y siendo fundamentales para la reproducción, la regulación de las emociones, el crecimiento y el metabolismo.

En total, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, se listan 12 glándulas endocrinas principales, entre ellas las de la tiroides. De la producción de hormonas de la mencionada glándula depende la capacidad de otros órganos del cuerpo, por lo que un desequilibrio de este componente puede ser riesgoso para la salud en general.

Tiroides
La tiroides es una glándula que está ubicada en el cuello, arriba de la clavícula, la cual produce hormonas. | Foto: Getty Images

Cuando se presenta una formación de hormonas menor a los rangos normales, de acuerdo con el referido portal, se considera que una persona sufre de hipotiroidismo. Para detallar este trastorno, la Asociación Americana de la Tiroides indica que se trata de una condición en la que la glándula tiroides presenta una disminución en su actividad, en relación con el ritmo usual, en términos sencillos: es incapaz de producir la cantidad de tiroidea que demanda el organismo para su funcionamiento.

“Cuando los niveles de hormona tiroidea están bajos, las células del cuerpo no pueden recibir suficiente hormona tiroidea y los procesos corporales comienzan a funcionar con lentitud”, explica la entidad, haciendo énfasis en la sintomatología de esta condición.

Lo anterior desencadena otras molestias como la dificultad para mantener el peso saludable, irregularidades en el periodo menstrual, trastornos emocionales, fatiga, resequedad en la piel y en el cabello, así como afectaciones en la salud cardíaca, como enlistan desde el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, entidad anexa a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.

El diagnóstico de esta condición solo puede ser realizado por los profesionales de la salud, siendo ellos además quienes precisen el tratamiento a seguir. Entre tanto, resulta prioritario adoptar un estilo de vida que contribuya a mejorar la actividad de esta glándula endocrina.

Precisamente, con respecto a la alimentación, el portal sobre salud Mayo Clinic indica que, pese a no haber pruebas suficientes de que un plan estricto de alimentación tenga incidencia sobre la producción de la hormona tiroidea, si se ha relacionado al hipotiroidismo con la deficiencia de yodo en el organismo.

En ese sentido, se sugiere procurar una alimentación balanceada, que favorezca el equilibrio nutricional en el ser humano, ya que tanto la falta como el exceso de nutrientes puede afectar la salud.

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Por su parte, el portal Nutrición para vivir mejor señala que se debe incluir dentro de la alimentación ingredientes fuente de yodo, tales como la leche, el atún, el ajo, los mariscos y el huevo. También tienen un efecto positivo los alimentos ricos en vitamina A como el brócoli, las espinacas y la zanahoria; así como los que contienen vitamina D, especialmente los lácteos y pescados.

Es debido aclarar que de ninguna manera este artículo constituye una recomendación médica, por lo que se aconseja consultar a los profesionales de la salud ante cualquier molestia y seguir el abordaje recomendado por los expertos para mejorar los síntomas de la enfermedad. Cualquier cambio en la alimentación debe ser bajo supervisión médica.