Hombres embarazados?

El tema de la última película de Schwarzenegger ha puesto a los científicos a pensar que la idea de un embarazo masculino no es tan 'inconcebible' como parece.

9 de enero de 1995

UN HOMBRE EMBARAZADO PAREce ser una excelente idea para una comedia. De hecho, los críticos de cine ya han pronosticado el éxito de 'Junior', la última película de Arnold Schwarzenegger. Y las colas que ha generado desde su estreno hace dos semanas en Estados Unidos parecen confirmarlo.

El filme cuenta la experiencia del científico Alex Hesse (interpretado por Schwarzenegger), quien ha desarrollado una maravillosa droga, llamada Expectane, que asegura un embarazo. Pero en la mitad del camino Hesse se queda sin financiación para su investigación. La falta de fondos lo lleva a tomar la decisión de implantarse un óvulo fertilizado en su propio cuerpo. El científico toma su propia droga y queda embarazado. Semejante experiencia y la ayuda de su obstetra -interpretado por el genial Danny DeVito- hacen el resto de la historia.

Pero tal vez no sea necesaria una dosis de ciencia ficción para lograr el embarazo masculino. Esta es una idea que hace rato ronda por los círculos científicos. Y según el escritor Dick Teresi -ganador este año del premio del American Institute of Physics Science- la tecnología que se requiere para preñar a un hombre ya existe. De hecho, hace una década varios científicos estuvieron a punto de ponerla en práctica. En ese entonces, Teresi lo registró en un artículo en la revista científica Omni, y recientemente publicó todos los pormenores de esta aventura en un artículo para The New York Times Magazine.

LA TECNOLOGIA YA EXISTE
Fue durante un simposio del Instituto Kinsey, en 1984, cuando por primera vez un sicólogo y un profesor de biología molecular mencionaron que se disponía de la tecnología para crear en un hombre el estado hormonal de un embarazo. Teresi recogió los planteamientos de los dos expertos -John Money y Roger Gorski- y publicó un artículo en el que se planteaba que no existía ninguna barrera técnica o biológica que no pudiera ser superada para que un hombre diera a luz un bebé.

Según esta tesis, el hecho de que los hombres no produzcan las hormonas apropiadas, ni tengan ovarios ni útero han llegado a ser problemas menores. Las hormonas pueden ser administradas por inyecciones. En cuanto a que no produzcan óvulos, para ello está la fertilización in vitro. Y la prueba de que los ovarios no se necesitan son los miles de bebés probetas que han nacido en el mundo en los últimos 15 años.

Respecto del útero, también está visto que no es indispensable. Los casos de embarazos abdominales (por fuera de la matriz) ocurren en uno de cada 10.000 embarazos. Aunque por lo general terminan en abortos, unos cuantos han logrado llegar a término. En agosto de 1979 un médico estadounidense que pretendía realizar una apendicectomía a una mujer que sufría de cólicos estomacales, en lugar de encontrar un apéndice perforado halló a un saludable bebe. Pero incluso se han reportado más de 20 casos de embarazos de mujeres a las que se les ha extraído el útero. Teresi cita el caso de una mujer de Nueva Zelanda, llamada Margaret Martin, quien después de haber tenido una histerectomía dio a luz una saludable niña. Un óvulo errante, fertilizado, se adhirió a su intestino y creció hasta culminar el embarazo. En opinión de los científicos, el abdomen masculino y femenino ofrecen ambientes similares, de manera que podría ser posible el embarazo en hombres.

Han existido, de hecho, experimentos de este tipo en animales. Según cuenta Dick Teresi, hace 20 años, un médico e investigador, llamado Cecil Jacobson trasplantó un óvulo fertilizado de un mono hembra a la cavidad abdominal de un macho. El embrión se adhirió al momento -un tejido que cubre los intestinos- y el macho llevó el embarazo cuatro de los siete meses que dura la gestación de los monos. Jacobson no permitió que el embarazo llegara a término ni publicó los resultados del estudio. Se trataba de una parte de un extenso proyecto de investigación referente a las mujeres embarazadas con diagnóstico de cáncer en el ovario. El deseaba saber en qué etapa del embarazo se podría remover el ovario sin provocar un aborto. En ese momento Jacobson era una respetable figura en el campo de la reproducción. Fue el pionero de la amniocentesis, el procedimiento para detectar anormalidades en los cromosomas de un niño sin nacer.

El procedimiento para crear un embarazo masculino -dice Teresi- puede ser similar. Después de la fertilización in vitro de un óvulo, el embrión puede ser insertado a través de una pequeña incisión en la cavidad abdominal. "Se requiere un poco de suerte para implantarlo en el omento, pero si se logra, el embarazo estará en camino" dice. Lo que sigue es que un endocrinólogo administre las hormonas necesarias para mantener el estado de gestación. Y de hecho, eso es lo que se hace en las nuevas madres posmenopáusicas. Finalmente, el bebé podría ser traído al mundo a través de una laparotomía.

YA HA HABIDO VOLUNTARIOS
El hombre embarazado no es sólo un sueño científico. Es también un deseo masculino. Según cuenta Dick Teresi en diciembre de 1985, cuando publicó su artículo en Omni, surgieron varios voluntarios para el experimento: una transexual mujer que deseaba ser hombre, un transexual hombre que quería ser mujer! una pareja sin hijos y muchos lectores que simplemente deseaban ser el primer hombre embarazado. "Fue en ese momento cuando sentí la tentación -asegura el escritor-. "Y me enamoré de la idea del embarazo masculino".

Inmediatamente Teresi le propuso a Cecil Jacobson el proyecto. Sería realizado en secreto y Teresi y para ello obtuvo la financiación de Bob Guccione, fundador de Omni. El científico y el escritor decidieron que el voluntario sería un hombre casado cuya esposa no pudiera tener hijos. Pero el entusiasmo no duró mucho. Al evaluar los riesgos de tal experimento -altas tasas de muerte por embarazo abdominal; grandes riesgos para el bebé y para el voluntario- e incluso, si todo fuera un éxito, existía el drama de la familia donde el hijo tiene que llamar mamá su padre. "Como quien despierta de un sueño, recuperé la razón y abandoné el proyecto", escribe Teresi. En 1991 Cecil Jacobson fue arrestado por felonía y, entre otras cosas, por inseminar las mujeres que acudían a su clínica de fertilidad con su propio esperma.

YO EMBARACÉ A SCHWARZENEGGER
Hoy, muchos científicos creen que, con el avance de la biotecnología, un hombre puede dar a luz un hijo. Entre ellos los dos científico con los que Teresi habló hace una década y con los que se volvió a poner en contacto a raíz del estreno de Junior. "Me sorprende que no lo hayan hecho, pero estoy contento de que no lo hayan hecho " dijo uno de ellos, Roger Gorki, biólogo celular. Davic Haig, un biólogo evolucionista de Harvard, le dijo a Teresi: "No veo razón por la cual el embarazo masculino no pueda ocurrir". Pero para la gran mayoría de los científicos, esta idea es inconcebible, al punto que ni siquiera discuten si la tecnología existe o no y la catalogan como un asunto de ciencia ficción.

Sin embargo la idea de Dick Teresi no sólo se quedó en un escrito científico. Hace poco se enteró que su artículo de hace una década en la revista Omni sirvio de base a los libretistas de Universal Pictures para imaginar cómo embarazar al héroe de la película. Y él mismo se sorprende ahora de ser el hombre que dejó embarazado a Arnold Schwarzenegger.-