TECNOLOGÍA
Internet y mi celular
La explosión de los teléfonos inteligentes ha causado una revolución en la infraestructura de datos de la red de telefonía celular. ¿Cómo llega la red al teléfono? ¿Y hacia dónde va? Aquí algunas respuestas.
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Las operadores del servicio se han visto obligados a cambiar su modelo de negocio y las 'tuberías' qué cargan la conexión de datos que usamos para acceder a internet en nuestros dispositivos móviles.
Pero ¿cómo funciona? ¿por qué a veces parece fallar constantemente? ¿cuál es su futuro?
En el principio era GSM. Los operadores usaban esta tecnología para el intercambio de datos. El problema es que funcionaba apartando un espacio de las ondas aéreas para que emisor y receptor pudieran intercambiar información de principio a fin.
El problema es que al reservar un espacio entero de las ondas aéreas, estas se congestionaban con frecuencia.
Entonces llegó 3G que se sigue usando en muchos países, incluyendo varios de América Latina.
A diferencia de GSM, la conexión a internet en 3G se realiza convirtendo la información que se pide y la que se recibe, en pequeños paquetes de datos, en piezas de rompecabezas que se arman al llegar a su destino.
Así, no es necesario acaparar un carril de conexión para intercambiar datos. Por la misma carretera pueden viajar múltiples piezas de rompecabezas, haciendo el sistema más rápido y flexible.
Los teléfonos con 3G están siempre conectados a la red para saber si están recibiendo o no paquetes. Pero sólo la utilizan a fondo si reciben o solicitan información.
Pero como cualquier carretera, la 3G, también tiene horas de alto tráfico en las que muchas personas quieren conectarse a internet.
Cuanto esto sucede la conexión se vuelve más lenta o incluso inexistente. Basta dar una mirada alrededor para ver a más de una persona mirando la pantalla de su teléfono y descubrir que las 'líneas' están ocupadas.
Peor aún, un estudio de la empresa de análisis Byte Mobile asegura que las "horas de más tráfico" se extienden hasta por 12 horas. Y que el 10% de los usuarios de la red móvil generan el 85% del tráfico, consumiendo sobre todo video.
Por supuesto, el tráfico no se reduce únicamente a una cantidad de horas o a unos cuantos usuarios. La infraestructura de los proveedores del servicio también es muy importante.
Los teléfonos celulares se llaman así porque operan en un sistema de células. Una zona geográfica se divide en células y cada una cuenta con una o varias torres de señal que distribuyen el servicio entre los usuarios.
Cuando un usuario se mueve de una zona a otra, la señal cambia de una célula a otra. Si su operador del servicio no cuenta con una en la zona en la que viaja o ésta se encuentra congestionada, la velocidad de la información se reduce dramáticamente.
Y dado que el apetito por internet móvil crece día a día, los operadores del servicio están invirtiendo en cambiar la infraestructura.
Una de esas nuevas opciones, ya en uso en muchos países, es HSPA+ que refuerza la conexión 3G haciéndola mucho más rápida alcanzando velocidades de hasta 22 megabits por segundo.
Otra de la que se habla mucho es 4G que más que ser una nueva tecnología, permite aumentar dramáticamente la velocidad existente en 3G, aunque comparada con HSPA+ la diferencia no es tan grande.
Pero más allá de cual sea la que más se use, lo cierto es que los operadores saben que tienen que darle a sus hambrientos usuarios una carretera más veloz.
Eso, sin embargo, no son sólo buenas noticias para los usuarios. A mayor velocidad, más rápido alcanzarán el tope máximo de consumo de datos que imponen los operadores.
No hay que olvidar que la mayoría de ellos pasó de una política de internet ilimitado a una de 1GB o 500MB al mes. Persona que excede el límite, persona que paga más.
Y con redes más veloces, internet será una delicia móvil, pero cara.