JAGGER CUMPLE 40

Con 40 años de edad, 20 de los cuales ha dedicado a la música, Mick Jagger sigue siendo el número 1 del rock

5 de septiembre de 1983

Dos meses después de haberse cumplido 20 años de la aparición del primer disco de los Rolling Stones, su máximo ídolo, el cantante Mick Jagger, franqueó la barrera de los 40 en plena actividad musical. Jagger ha dedicado más de media vida a la música y en estos dos lustros evolucionaron su estilo y su personalidad. El niño malo de 1963 se convirtió en el dulce abuelo del rock que aún en los 80 deleita al público de la nueva generación.
En el concierto que los Rolling Stones dieron en Madrid durante el mundial de España, Mick Jagger exhibió gestos que ya nada tenían que ver con sus ademanes agresivos de los años 60. Incluso han variado sus letras en los últimos conciertos: el estribillo "under my thumb there's a girl who once had me down", que tanto impactara en 1966, se ha convertido en un "under my thumb there's a woman", más acorde con su inevitable ingreso a la "tercera edad". Sin embargo, tras 20 años de ininterrumpida actividad al frente de los Rolling Stones, Mick Jagger sigue siendo un ídolo, tanto para sus ya nostálgicos contemporá neos como para quienes lo descubrieron en los 70 y para los adolescentes de hoy que entraron al mundo del rock llevados de la mano de "Police" "The Clash" y "Talking Heads".
De la tiza a la música
Nacido en un pueblecito del condado de Kent, Mick Jagger estudió economía en el "London School of Economics", pero abandonó las aulas para dedicarse totalmente a la música. Fue cantante del grupo de jazz de Alexis Korner y hacia mediados de 1962 se conformó el grupo de los Rolling Stones, que comenzó a hacerse célebre en sus giras por los pubs de los distintos suburbios londinenses. Cuando sacaron su primer disco, en mayo del 63, el panorama de la música estaba totalmente copado por el fenómeno de los Beatles. Los cuatro melenudos de Liverpool que tenían más de tiernos que de rebeldes, contrastaban con los cinco gamberros londinenses que se comportaban en escena como unos verdaderos truhanes. De este modo, los Rolling Stones se convirtieron en los malos del pop y sus actuaciones suscitaban titulares de prensa del tipo "Cinco monos se presentan en Middlesbrough" o comentarios como "lo que todo padre no quiere que sus hijos sean". Hasta la revista Melody Maker sacó un artículo titulado "¿Dejaría que su hija se casara con un Rolling Stone?". Cuando dejaron de interpretar viejas canciones del repertorio del rhythm and blues americano, reforzaron su imagen sucia con canciones cada vez más agresivas y con textos que invitaban a la violencia y al caos.
La fama y el desorden convirtieron a Mick Jagger en un símbolo sexual que cada vez se comportaba de un modo más provocador. Ni la mirada lánguida de Paul McCartney, ni la apocalíptica facha de Jim Morrison, el cantante de los Doors, podían competir con la imagen sexy que cada día acentuaba Mick Jagger. Flaco, con unos enormes labios lascivos, aprendió muy pronto a manejar los matices de su voz y las posibilidades eróticas de su cuerpo y de su rostro. Se convirtió, como Rodolfo Valentino en los años 20, en el hombre que llevaba a las mujeres al éxtasis.
La violencia callejera que proclamaban los Stones nunca la llevaron a la práctica. Cuando el movimiento hippy de California invadió el verano londinense de 1967 con las drogas, las religiones orientales y las consignas libertarias y antibélicas, se pensó que tanto los Beatles como los Rolling Stones, con sus álbumes sicodélicos "Sgt. Pepper" y "Their Satanic Majesties Request", se unirían al movimiento. Sin embargo, no fue así. Los Beatles se convirtieron en una empresa financiera marcada por pugnas internas que la llevarían a su disolución definitiva en 1970, y los Rolling Stones se mantuvieron a la expectativa. Los verdaderos voceros del hippismo eran los grupos californianos y las figuras de Jimmy Hendrix y Bob Dylan entre otros. A finales de los años 60 publicaron sus textos más violentos. "Street Fighting Man" o "Sympathy for the Devil" traían cosignas subversivas, mucho más violentas que la simple insatisfacción que proclamaron tres años antes con su himno "Satisfaction".
El hippismo murió en 1969 y más de un crítico musical da la fecha exacta: el concierto de los Stones en Altamont, California. Tres meses después del festival de Woodstock, la Costa Oeste trató de replicar el éxito logrado en el Estado de Nueva York y los Rolling Stones fueron la principal atracción. Sin embargo, la tensión reinante se convirtió en violencia, y mientras Mick Jagger trataba de calmar al público hablando y cantando, un negro murió apuñaleado por un "Angel del Infierno". Esta tragedia no alteró gran cosa la carrera del grupo, como tampoco lo había causado la muerte de Brian Jones o los líos de drogas en los que se habían visto envueltos dos años antes.
Amos del rock
En los 70, sin los Beatles y muertos Jimmy Hendrix, Jim Morrison y Janis Joplin, los Rolling Stones se convirtieron en los amos absolutos del panorama del rock. Mick Jagger entró definitivamente en el mundo del jet-set y la mala imagen fue sustituida por la de los showmen con más éxito de la década. Londres y California habían vuelto otra vez a un estado de calma y la crisis del petróleo convirtió el hastío del consumismo en un afán de "ser alguien en un mundo cada vez más difícil". La juventud se conservatizó y al lado de los Rolling Stones comenzaron a triunfar baladistas como Elton John o Cat Stevens y músicos como David Bowie, más interesados en contar historias de ciencia-ficción o ultraviolencia que en denunciar la guerra del Vietnam.
Y en los 80, mientras Inglaterra padece tasas de desempleo que han hecho renacer el racismo y que han favorecido la aparición de la violencia de punk rock, los Stones y Mick Jagger siguen atrayendo enormes multitudes: Mick Jagger es en estos momentos la única leyenda viva del rock. Elvis Presley y John Lennon, dos posibles competidores, dos mitos, murieron no solo físicamente sino musicalmente. Los Rolling Stones, en cambio, tienen un récold de permanencia en el mundo del rock que nadie ha superado. Los Bee Gees y Bob Dylan han interrumpido sus carreras en más de una ocasión, mientras que The Who, el otro gran grupo londinense, acaba de separarse tras más de 15 años de actividad.
En 20 años de vida artística, solamente dos músicos del grupo han sido reemplazados: el fallecido Brian Jones, sustituido en 1970 por Mick Taylor quien, a su vez, le dejó su lugar en 1975 a Ron Wood. Una discografía enorme y un récord de kilometraje recorrida en decenas de agotadoras giras hacen de los Rolling Stones uno de los pilares básicos del enorme edificio del rock. Y Mick Jagger ha sido desde siempre el símbolo de los Stones. Tal vez en el talento musical de Brian Jones y en el estilo de tocar la guitarra de Keith Richard radique el éxito de los Rolling Stones. Pero, en últimas, los Stones siempre han sido juzgados a imagen y semejanza de Mick Jagger, su símbolo. Y en 20 años siguen produciendo éxitos musicales y conmoviendo continentes enteros con sus giras, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos mientras cientos de grupos aparecían, llegaban a la gloria y desaparecían.
Actualmente ya no escandalizan a nadie. Los ademanes de Mick Jagger son tímidos si se comparan con los gestos de otros cantantes como Nina Hagen. Pero siguen llenando cuanto coliseo visitan y aún el hoy paternal Mick Jagger es capaz de emocionar un público, aunque se limite a aplaudir y a decirle adiós a los miles de jóvenes que apenas acaban de enterarse de que además de "Police" y "Men at Work" también existen los Rolling Stones.--