A través del juego se pueden descubrir los conflictos de los niños. Anna Freud siguió los pasos de su padre y fue pionera del sicoanálisis infantil. Anna fue sicoanalizada por su padre cuando era niña

Juego de niños

El sicoanálisis es una práctica muy difundida en las terapias infantiles. Su origen se remonta al inicio mismo de las investigaciones freudianas.

29 de abril de 2006

Luisa era lo que los profesores suelen llamar una niña problema. Por las dificultades en su comportamiento, comenzó a ir a sesiones con la orientadora del colegio, durante las cuales su problema se fue haciendo evidente: había sido abusada sexualmente. Aunque la sicóloga estaba convencida de lo que le había pasado, no lograba definir la situación y sólo a través de juegos con muñecos, que ella identificaba con los miembros de su familia, logró llegar a la raíz del problema.

El afán de conocer la experiencia de la niña llevó a la terapeuta a hacer ropa que les sirviera a los muñecos, acorde con lo que la niña describía. Una de estas prendas fue lo que desató el recuerdo que Luisa no lograba expresar. Jugaba a quitarles y a ponerles la ropa a los muñecos y cuando llegó el momento de vestirla con la pijama de cuadros –como la que usaba su papá–, la niña se negó y su actitud cambió inmediatamente. De ahí en adelante se empezó a aclarar lo que realmente había sucedido. Antes de llegar al colegio en Bogotá, donde empezó a ser tratada, vivió en España, su papá la violaba a ella y a su hermana pequeña con el conocimiento de su madre.

La observación del juego infantil es la vía de tratamiento de niños con perturbaciones como la de Luisa, u otro tipo de crisis emocionales, que ellos no pueden expresar en palabras. “El juego equivale al lenguaje para el niño”, afirmó a SEMANA la sicoanalista Sara Patricia de Coral. Todas las prácticas que abarcan el comportamiento de los niños, como la pediatría o la pedagogía, recurren a un diagnóstico que proviene del sicoanálisis infantil. En una sesión con un niño no está presente el clásico diván, pero hay muchos juguetes y un ambiente propicio para que se desenvuelva y comunique sus fantasías y deseos mientras juega.

El sicoanalista debe estar preparado para leer en los juegos del niño la expresión de su inconsciente. Según la doctora de Coral, “el niño tiene sufrimiento mental”. De hecho, en la mente de un niño pueden habitar las mismas perturbaciones que en los adultos y para el sicoanálisis, en la infancia se desarrolla gran parte de los traumas.

Sigmund Freud y sus discípulos estudiaron desde el principio el comportamiento de los pequeños e incluso utilizaron a sus hijos como pacientes, Carl Jung analizó a su hija Agathlí, de 4 años. Lo mismo hizo Freud con su hija Anna, quien después seguiría los pasos de su padre y se convertiría en una de las pioneras del sicoanálisis infantil con sus teorías sobre el juego.

Anna Freud se dedicó al sicoanálisis luego de adquirir la experiencia suficiente como maestra. El contacto con los niños le hizo reconocer la necesidad pedagógica del juego y los resultados que se podían obtener analizándolo. Pero el aporte más importante de la hija de Freud al sicoanálisis de niños es el papel de los padres en el tratamiento.

Los celos ante la llegada de un nuevo hermanito, el cambio que representa la entrada al colegio, hasta situaciones más extremas como el abandono o el maltrato son tratados por los sicoanalistas infantiles. Además llegan niños cada vez más pequeños a tratamiento, especialmente por trastornos de género. “Los padres se preocupan cuando ven que su niño de 2 ó 3 años se viste como niña o lo contrario, porque temen que esto sea síntoma de un comportamiento homosexual”, comenta la doctora de Coral. Sin embargo, los trastornos de género e identidad a esta edad no implican que el niño será homosexual. Tienen que ver más bien con la relación del niño con sus padres y con el proceso de identificación con las figuras paterna y materna.

Casos como estos demuestran la influencia de la familia en el desarrollo del niño. Es por eso que en las terapias de sicoanálisis infantil también es necesaria la participación de los padres, al punto de que muchas veces el niño se recupera sin necesidad de ser tratado, sólo con lo que el sicoanalista descubre en las entrevistas preliminares con los padres.

De ahí que el sicoanalista infantil Fernando Peña considere que “en el tratamiento de los niños hay que reeducar a los padres y buscar en el mismo origen de su relación de pareja la causa posible de la crisis del hijo”.

Pero el sicoanálisis infantil no se puede ver como un tratamiento preventivo, para problemas que podrían tener los niños como adultos. Es un procedimiento para solucionar las crisis y los conflictos que implican crecer. Pues si ser adulto es difícil, ser niño lo es todavía más.