JUVENTUD "POR CABLE"

Con sofisticados equipos electrónicos los especialistas en belleza restauran los estragos de la edad.

8 de enero de 1990

Conectarse a los cables de un computador parece ser la forma más cómoda y eficaz de vencer el paso del tiempo. Esa es la respuesta de la tecnología moderna al viejo sueño de la eterna juventud. Y como en la guerra contra la terrible celulitis, las delatoras arrugas y la inevitable flacidez todo vale, la última moda en materia de rejuvenecimiento son los sofisticados equipos electrónicos que restauran los estragos de la edad y el descuido.

Los antiguos centros de estética donde la lozanía era devuelta por mascarillas naturales, se han convertido en sofisticadas instalaciones con aire futurista, donde los diagnósticos se realizan por computador y las soluciones a los problemas de la vanidad se encuentran en la punta de un electrodo.

La celulitis que durante años se curó con diez vasos diarios de agua, extenuantes sesiones de ejercicio y una alimentación equilibrada puede quedar reducida a su más mínima expresión en cuestión de minutos, gracias al computador. Un complicado aparato que genera corrientes de alta frecuencia se conecta a las partes afectadas, los campos electromagnéticos se encargan de descongestionar y tonificar los músculos.

El famoso lifting ya no requiere tampoco del ingreso al quirófano.
Ahora es posible hacerlo sin cirugía con un novedoso sistema que según sus promotores facilita a la piel la carga negativa que ha ido perdiendo y que origina el envejecimiento. Gracias a esa carga se logra una regresión del proceso de envejecimiento, desinflamando y prolongando la longevidad de las células cutáneas. Dos pequeñas esponjas, que recubren los terminales--un polo negativo y una positivo--transmiten tres tipos diferentes de corriente que se utilizan, según sea el caso, para estimular, tonificar o regenerar el tejido cutáneo.
Para eliminar la flacidez existe la electroescultura. A la persona vendada como una momia egipcia se le aplica un campo magnético que, según las indicaciones, efectúa un "barrido" de iones negativos y distribuye, como debe ser, las sustancias de las zonas sanas a las afectadas. Esta especie de drenaje linfático tonifica los tejidos activa la circulación sanguínea, mejora el tono de la piel.
La desaoarición de los odiosos "gordos" se logra a través de la termolipólisis. Este procedimiento consiste en la disolución de las grasas "localizadas" gracias a la aplicación de calor por medio de un rayo infrarrojo. Según los especialistas en estética, el tejido graso posee una gran capacidad de absorción de los rayos caloríficos. Este aumento de temperatura incrementa la actividad metabólica local en un 200 por ciento más que a la temperatura normal. En otras palabras se trata de sudar la gota gorda sin sentir los efectos del calor. Pero quizás el campeonato del menor esfuerzo se lo lleva la técnica de gimnasia pasiva, que ha remplazado las extenuantes sesiones en el gimnasio por una cómoda camilla donde el cliente descansa plácidamente mientras un aparato le produce los efectos del ejercicio. Usted escoge qué parte del cuerpo desea trabajar y la máquina, mediante un programa computarizado, realiza los ejercicios sin que al terminar la sesión los músculos protesten adoloridos.

Pero si lo que usted quiere es desconectarse del mundo, lo mejor que puede hacer es introducirse en una cabina de asilamiento sensorial. Acostado sobre un colchón de agua, en un ambiente sin frío ni calor, una voz pausada y melodiosa de una grabación le ayuda a relajarse y eliminar la tensión acumulada. Unas tenues lucecitas lo protegen de la claustrofobia. Según los seguidores del sistema, los resultados obtenidos en una hora equivalen a cuatro de sueño profundo.

De la misma forma que el retin A, el colágeno y los liposomas fueron los protagonistas de la revolución cosmética de los ochenta, en el próximo decenio la ofensiva contra el envejecimiento irá por cuenta de la electroterapia. Una solución que cuenta con numerosos adeptos en la sociedad moderna, cuando se dispone cada vez de menos tiempo para los cuidados rutinarios y las actividades saludables. Aunque los especialistas sostienen que en cuestiones de salud y belleza nada compensa los logros de una vida sana, la tecnología ha puesto su granito de arena con una alternativa "de choque" para recuperar el tiempo perdido. El sofisticado lenguaje científico ha invadido el frívolo mundo de la vanidad. Y a los extraordinarios aportes de la bioquímica se suman hoy los de la electrónica.

Tranquilamente tendidas y debidamente conectadas, las aspirantes a la imagen perfecta dejan ahora en manos del computador la tarea de restaurar tejidos, eliminar gordos y borrar las huellas del tiempo.-