M U J E R

La apretadita

Una técnica quirúrgica busca disminuir la excesiva flexibilidad de la vagina que viene con la edad y con los hijos.

16 de abril de 2001

La vagina no solo está de moda en el teatro sino también en el quirófano. Las mujeres cada vez están más interesadas en una cirugía estética que por el lugar en el se realiza no es de las que se ven sino de las que se sienten. Se trata de una técnica para volver más estrecho el canal vaginal. El nombre técnico de la operación es colpoperineorafía pero se le conoce coloquialmente como ‘la apretadita’. Como su nombre lo indica, consiste en templar por vía vaginal los llamados músculos ‘del amor’ que rodean la vagina para devolverles su elasticidad. Con esto la mujer recupera el tono muscular que se requiere para tener relaciones sexuales más placenteras.

Esta técnica se está volviendo popular en dos grupos de mujeres: entre las que tienen 35 y 45 años, quienes sienten que “su vagina ha perdido flexibilidad y tanto ellas como sus parejas no logran el estímulo de antes”, como afirma el ginecólogo Carlos Pérez. El otro grupo es el de las mujeres que se encuentran en la etapa posterior a la menopausia y que han sufrido los cambios hormonales. Sin los estrógenos los músculos de esta área se debilitan.

La vagina es un canal de unos 12 centímetros que tiene la capacidad de ensancharse o contraerse de acuerdo con la necesidad. Lo que sucede es que con la llegada de los hijos estas paredes se afectan. Según el cirujano plástico Pablo Troches, los partos vaginales e incluso los embarazos de mujeres muy obesas causan la pérdida del tono del piso pélvico debido a la presión que deben soportar.

Como consecuencia de ello es posible que las estructuras que estos músculos soportan —la vejiga, el útero y el recto— desciendan o se caigan y causen serias molestias en la mujer. La más incómoda tal vez es la incontinencia urinaria. Pero el deterioro de las relaciones sexuales también se convierte en un obstáculo para llevar una buena calidad de vida. En estos casos la cirugía es una opción que se toma con frecuencia y que genera bastante satisfacción. “Las mujeres sienten mayor placer con sus parejas”, afirma Troches. Este especialista incluye dentro de la cirugía un procedimiento para reducir el tamaño de los labios exteriores que protegen la vagina. Explica que con el paso del tiempo éstos se agrandan. Si bien no causan problemas funcionales para muchas mujeres se convierten en un problema de estética.

Aunque es un procedimiento relativamente sencillo los expertos recomiendan que sea practicado por cirujanos ginecólogos o por plásticos que trabajen en compañía de éstos. El costo asciende a unos tres millones de pesos y no tiene mayores complicaciones. Como recomendación, las mujeres deben hacer después de la cirugía los ejercicios de Kegel para fortalecer estos músculos (ver recuadro) aunque el doctor Pérez recomienda que se realicen durante toda la vida y se mantenga un estilo de vida saludable para proteger este indispensable órgano.