LA BELLEZA CON DOLOR ENTRA

Cada vez más, las mujeres pagan su cuota de tortura en aras de la vanidad.

3 de enero de 1994

EL MUNDO DE LA moda y la belleza parece estar convirtiéndose en un valle de lágrimas. "El que quiere marrones, que aguante tirones", decían las abuelas para expresar los sacrificios que implica la vanidad. Pero cada día la busqueda del estereotipo de belleza se acerca más a la tortura. No son poeas las mujeres que pasan voluntariamente por los diversos estadios del dolor, con el único fín de lucir más atractivas.
El quirófano fué siempre un lugar de paso obligado, al que se recurría cuando no había más remedio. Hoy, esta es una elección voluntaria muy frecuente: cada año, 15 mil colombianos llegan hasta un quirófano en aras de la vanidad. Ocho de cada 10 pacientes son mujeres. Y aunque la gran mayoría de ellas sabe que el procedimiento tiene una cuota de dolor, esto no les impide someter su cuerpo a cortes, rebanamientos, remiendos, inyecciones, hinchazones. Unas cirugías son más dolorosas que otras, pero todas tienen sus riesgos, todas son incómodas y todas generan incapacidades.
Entre las más dolorosas están la reconstrucción de mandibula -que obliga a mantener los dientes amarrados con un alambre durante ocho semanas- y las liposucciones y lipectomías. La extracción de grasa mediante la succión con una jeringa tamaño familiar, o la remoción de la misma como quien le quita gordos a una lonja de carne son igualmente molestas. A los amoratamientos y heridas en proceso de cicatrización se suman los sacrificios posteriores para mantener la línea, después de la cirugía, con todo tipo de dietas y sacrificios.
"Pero el fin justifica los medios:
el dolor pasa y la barriga también", argumenta un paciente que dejó en el quirófano los molletes y los bananos y hoy luce una esbelta rigura.
Pero no todas las heroínas de la estética pasan por el quirófano. Muchas se someten a una especie dc tatuaje -que una vez fue símbolo del valor de los lobos de mar- para obtener el maquillaje permanente.
La cosmetóloga Nidia Muñoz, de la Clínica Biodermis, en Medellín, atiende cada día un promedio de tres casos de delineado o pigmentación que reemplaza el maquillaje en párpados y cejas. En términos prácticos, consiste en cuatro o cinco horas de chuzones en dos sesiones diferentes, a cambio de lucir bellas "al natural"
las 24 horas del día. Según ella, lo que verdaderamente importa no es la molestia d momento; es el resultado final, cuando la mayoría de las pacientes se muestran conformes con el tratamiento".
Y hablando de pinchazos, tratándose de borrar arrugas nadie parece temerles a las inyecciones. Cada ve más personas hacen filas en los consultorios de los cirujanos para recibir, a través de una aguja, un poco de silicona, colágeno o de su propia grasa que rellene las marcas del tiempo. Según la eosmetóloga Nidia Muñoz, "con una aguja hipodérmica se retira el tejido adiposo de abdomen o caderas y vuelve a inyectarse en las zonas de la cara a afectadas por arrugas" Las consecuencias inmediatas son algunos moretones y picazón en la piel, pero para las pacientes son apenas gajes naturales de un proceso que bien vale la pena.
Incluso cuando no se desea cambiar la filosofía sino apenas mejorarla, el dolor hace apenas parte de la rutina de belleza. Los antiestétieos vellos, si quieren ser eliminados eliminados de raiz, exigen una cuantas lágrimas por sesión. La depilación con cera caliente, con su riesgo de quemaduras y el posterior jalonazo. si bien dura apenas un segundo, es suficiente para ver todas las estrellas. La operación definitiva es la electrosis que !S ~lue eonsiste en inser- :11. . !1 cada pOrO, una aguja . Ll~conciste en incertar en cada poro, una aguja que descarga corriente sobre las raíces, eliminando la posibilidad de resurgimiento. Por la acuosidad que exige el procedimiento y por el dolor que genera, se realiza en varias sesiones. También hay limpiezas de piel y cauterizaciones, especialmente en casos de acné severo, que dejan escapar gritos y lágrimas.
"Hay mujeres que acuden a estos tratamientos con una asiduidad tal que yo no se como aguantan", dice una clienta que prefiere invertir en mantenimiento a someterse a pequeños suplicios.
Pero los pacientes que llegan a los consultorios no sólo van en busca de la belleza y no pocas veces deben acudir al médico como consecuencia de la vanidad. Es el caso de las víctimas de las prendas ajustadas que aunque las hacen lucir muy sexys, les ocasionan molestas irritaciones, dolores de cabeza y hasta hormigueros causados por la presión en las terminales nerviosas.
Quizás el accesorio que más mujeres manda al médico es el calzado, fuente no sólo de incomodidad sino de accidentes. "La vanidad tiene un costo muy alto y se paga en las clínicas de fracturas", dice el ortopedista Carlos Sarassa. Y las mujeres son las precisas. Los tacones y las plataformas causan caídas y torceduras de tobillo y lesiones derivadas de su uso prolongado que van desde el dolor de espalda, los dedos de garra y los callos hasta el acortamiento del tendón de Aquiles. "Muchas mujeres, para calmar el dolor, cambian súbitamente los tacones por zapatos bajitos. Esto puede causar tendinitis y dolor en los pies".
Así, pues, las mujeres occidentales, que se asombran de las costumbres tribales africanas como los anillos alargadores del cuello o los platos deformadores de los labios, a lo mejor un día también se someterán a ellos, si se ponen de moda.

INMUNIZACION: TEMA DEL DIA
El 29 y el 30 de noviembre en Medellín, en el auditorio "Alfonso Restrepo Moreno" de la unidad de Servicio Confama San Ignasio, médico epidemiólogos, inmunólogos, pediatras, salubristas, y efermeras y personal de la salud se reunieron para ampliar y unificar conocimientos sobre inmunizaciones con el fin de brindar un mejor servicio a la comunidad.
Autoridades de la salud de todo el país participaron en el Simposio de Actualización de Inmunizaciones, organizaciones, organizado por Confama y la Sociedad Colombiana de Pediatría -regional Antioquia-, el cual buscó creear conciencia frente a los planes de vacunación su importancia, su manejo y sus consecuencias.
Hasta octubre de este año en Antioquia el Servicio de Salud de Confama aplicó más de 150 vacunas de meningococo, tripe viral y polio (entre otras), aportando grandes beneficios en la salud de los antioqueños para prevenir serias enfermedades y evitar la propagación del virus.