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La economía infectada

Las calles de Milán ahora lucen como las de Wuhan, desoladas. Cada vez menos personas quieren salir y esto empieza a desacelerar la economía.

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Los mercados mundiales han entrado en pánico y la caída en las acciones sigue imparable. En Colombia, el mayor impacto se siente en el dólar y el desplome del precio del petróleo. La gripa China está provocando una verdadera neumonía a la economía mundial. En una semana para olvidar, las bolsas de valores se desplomaron cerca del 11 por ciento, tras sucesivas caídas que habrían provocado una pérdida de valor cercana a los 5.000 millones de dólares. En Estados Unidos, el índice S&P 500, el más representativo de la actividad industrial, mostró un descenso del 15 por ciento frente al nivel histórico alcanzado.

Estas pérdidas del mercado no se registraban desde la crisis financiera de 2008 y lo peor es que podrían prolongarse. Todo indica que el temor al coronavirus, que ha provocado una ralentización de la economía, de paso podría ajustar los valores de las acciones de Estados Unidos, que después de 10 años de crecimiento han alcanzado niveles artificialmente altos. El virus estaría actuando como un catalizador.

En Colombia, el nerviosismo llevó a que el dólar tocara su nivel máximo. El viernes se registraron operaciones con divisa a 3.549,7 pesos, mientras los precios del petróleo caían por debajo de los 50 dólares el barril, una muy mala noticia para las finanzas del país pues las exportaciones de crudo son una de las principales fuentes de divisas, junto a los impuestos y regalías que genera. La Bolsa de Valores de Colombia cerró el jueves con un descenso del 3,17 por ciento.

Aunque hasta ahora el sector real no ha confirmado problemas con los suministros de productos procedentes de China o con sus exportaciones a ese destino, es previsible que algunas actividades productivas terminen resentidas. Por ahora, en el mercado local las principales implicaciones se concentran en las caídas de las acciones, las cancelaciones de viajes a destinos que lucen riesgosos por coronavirus, pero también se reflejará en los extractos de los afiliados a fondos de pensiones y cesantías.

Bancos centrales en Europa, Estados Unidos y América Latina recortaron las tasas de interés, y eso estimuló el endeudamiento y la demanda.

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A nivel global hay una sobre reacción que afecta a las empresas más expuestas: compañías automotrices que dependen de suministros o demanda de China; petroleras que tienen allí un gran comprador; aerolíneas, hoteles, agencias de viajes y organizadores de eventos, afectados por la ola de cancelaciones, que resienten el consumo. Incluso las navieras han tenido menor actividad de carga en las últimas semanas, cuando varios puertos chinos no despacharon ni recibieron mercancías. Muchos sectores de manufacturas sienten el efecto de la lentitud con la que China retoma su actividad productiva.

Ese impacto en cadena, junto al pánico de los inversionistas, reavivó el temor por el rumbo de la economía. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial advirtieron esta semana que el coronavirus podría pasarle una costosa factura al crecimiento del primer semestre, lo que llevaría a incumplir el pronóstico de crecimiento de 2,5 para el año completo.

Esto llevó a que creciera la mayor preocupación sobre qué tanto el Covid-19 precipitará una nueva recesión mundial. Aunque desde el año pasado bancos de inversión y analistas habían anunciado que está cerca, varios gobiernos han actuado para demorar su llegada.

Bancos centrales en Europa, Estados Unidos y América Latina recortaron las tasas de interés, y eso estimuló el endeudamiento y la demanda. Ahora la gran inquietud es qué tanto margen de maniobra tendrán, con tasas en niveles extremadamente bajos, para evitar la recesión.

El nerviosismo frente al desempeño de la economía parece un poco inflado, y no todo se le debe achacar al coronavirus. Es necesario que los operadores del mercado retomen la calma para evitar que el débil desempeño de la economía mundial, que se espera para el primer semestre, se prolongue por el resto del año.