LA GENEOMANIA

Ahora quienes comparten un mismo apellido se agrupan en clubes, fundan periódicos y organizan viajes para buscar sus ancestros.

26 de agosto de 1996

De la curiosidad por conocer la historia de los apellidos se ha pasado a la fiebre del amor filial. Ya no se trata sólo de localizar en el árbol genealógico algún personaje de sangre azul o un título de nobleza sino de buscar los ancestros y compartir anécdotas y experiencias con toda la parentela. No de otra forma se explica la existencia de una Federación Nacional de Apellidos que, como su nombre lo indica, agrupa a más de 50 familias que han buscado sus raíces tanto en Colombia como en Europa. "El interés por el tema es enorme _dice su presidente, Rafael Ospina. Unos quieren saber la historia de su apellido, otros quieren hacer un libro de sus predecesores o estudiar el escudo de la familia, etc.". Y ese es precisamente el objetivo de la federación: asesorar a quienes deseen profundizar en el estudio de su árbol genealógico o en el escudo de su apellido. Esa fiebre por identificar a todos los parientes, vivos y muertos, ha generado una oleada de reuniones familiares. Ya no es raro ver en la prensa las fotografías de multitudinarios eventos que reúnen a miembros de familias llegados de todos los rincones del país. "Cuando encontré mis raíces e identifiqué a todos los descendientes vivos me Dije: 'ya que somos familia, busquémoslos", afirma Harold May Valencia. Lo mismo ha sucedido con los Martínez, los Arbeláez, los Sorzano, los Medina, los Del Corral, los De Greiff, los Reyes y muchos más. Durante esos encuentros de toda la progenie se organizan diferentes actividades, algunas tan serias como el estudio del árbol genealógico, otras tan divertidas como las tertulias para recuperar la tradición oral de la familia, y no faltan las ceremoniosas que incluyen homenajes a los antepasados ilustres o tan informales como el paseo de 300 personas a alguna finca con parranda de tres días. En busca de las raíces Algunos van más allá y el viaje no sólo es de varias semanas sino que implica atravesar el Atlántico en busca de los ancestros. De un tiempo para acá la Federación Nacional de Apellidos se ha dado también a la tarea de organizar viajes expresos a aquellas regiones de España de donde supuestamente provienen los apellidos más comunes de Colombia. La meta de los viajeros que se apuntan al tour es llegar al solar más antiguo, es decir, a la casa donde nació el apellido. Algunos consiguen incluso una audiencia con el jefe del ayuntamiento y una entrevista con el alcalde del pueblo, quien les organiza una ceremonia de entrega de las llaves de la ciudad. "En España todo el mundo sabe que tiene parientes en América y cuando los visitan lo toman como algo muy especial", afirma Paco Landa, un colombiano de origen español experto en genealogías. De hecho, el próximo mes de septiembre líderes de 50 familias colombianas se reunirán en Barcelona, desde donde cada uno partirá hacia el lugar que es cuna de su apellido. "A cada familia le organizamos un tour especial dice Enrique Moreno, miembro de la Federación. Por ejemplo, a los Ospina les conseguimos una entrevista con el conde de Ospin en su castillo". Todo un clan Pero no todo es paseo. Según Rafael Ospina, la meta más importante de la federación es agrupar a las familias organizadas en Colombia y motivar la unión. Según él, esta es una nueva manera de ver el tema de la genealogía."Todo comienza con el interés por saber de dónde vienen pero la meta es sacarle provecho al nombre". Y eso es precisamente lo que ha sucedido con muchas familias colombianas que se han agrupado, como cualquier empresa, con todo y personería jurídica, cooperativa, junta directiva, papelería timbrada y hasta boletín impreso. Los primeros en hacerlo fueron los Arbeláez de Ibagué. Al primer encuentro concurrieron entre 250 y 300 Arbeláez llegados de todas partes de Colombia y del mundo. El último, celebrado el año pasado en Bogotá, reunió más de 600. Además de reconocerse e intercambiar anécdotas, crearon una cooperativa para ayudarse. "Como somos tantos y de todas las profesiones, establecimos una red de solidaridad", explica Hernán Arbeláez. "Esto debe tener una función altruista", añade el líder de la Asociación Familia Arbeláez, que tiene un periódico para registrar las actividades sociales, informar sobre eventos y publicar escritos sobre el apellido. Los Valencia, de Pereira, no se quedan atrás. Hace un año cada uno de los 120 miembros aportó una cuota de 10.000 pesos para constituir la Fundación Apellido Valencia. "La idea es hacerle préstamos a bajo interés para quien lo necesite explica May Valencia. El fondo también está destinado a realizar obras en homenaje a los predecesores ilustres. Otras familias, como los Medina Escobar y los Calderón Corzo, cuyos ancestros se encuentran en el norte de Boyacá y sur de Santander, tienen un libro. La primera cita, que tuvo lugar hace cuatro años y reunió a más de 300, surgió a raíz de la publicación de la obra Raíces familiares, que narra el origen de sus apellidos en Colombia . Luego vino la idea de establecer la Fundación de Unidad Familiar Fufal. "Aunque el capital no es muy grande _afirma el padre Jorge Medina, líder del clan_ nos mantiene unidos y nos brinda un soporte económico". La verdad es que las reuniones familiares son más que una moda. Los expertos señalan que el estudio de la genealogía se ha popularizado debido a la importancia que tiene hoy el sentido de identidad. "La sensación es que la familia se valoriza conociendo sus orígenes", dice Enrique Moreno, de la Federación Nacional de Apellidos, quien señala que la gente ya no se contenta con investigar en los polvorientos libros sino que quiere algo más dinámico. Otros ven detrás de esta búsqueda la reivindicación del orgullo de llevar un apellido pero también un esfuerzo por rescatar los valores de la institución familiar. "Los antepasados malos se olvidan pronto y los ilustres se sacan a relucir", dice el experto Rafael Ospina. Los miembros de estas agremiaciones familiares confirman que el interés por conocer su genealogía es una forma de cargar energías en medio de una sociedad que tiende al individualismo. "Aunque es casi imposible reunirlos siempre a todos, cada uno sabe que está ligado a algo sólido afirma May Valencia, cada uno hace presencia en los acontecimientos importantes. El día del cumpleaños me llegan tarjetas firmadas por Valencias de todos lados".