LA OTRA CARA

Expertos reunidos en Medellín, en el Congreso Internacional sobre Drogas y Alcohol, plantean un enfoque diferente para la prevención del problema.

5 de junio de 1995

MEDELLIN, ciudad estigmatizada internacionalmente con el tema del narcotráfico, ha mostrado la otra cara de la moneda al convertirse en sede del Congreso Internacional sobre Drogas y Alcohol, convocado por la Fundación Surgir y la Dirección Nacional de Estupefacientes. Durante cuatro días, cerca de 50 expertos provenientes de países europeos y latinoamericanos expusieron en más de una treintena de conferencias lo que ha sido su experiencia en el manejo del consumo de drogas, su prevención y control. Lo más importante de la jornada que se cumplió entre el 27 y el 30 de abril fue el abordaje del problema desde un enfoque bastante diferente del que siempre se ha planteado, y en el que ha prevalecido el elemento médico.
En esta ocasión se plantearon una visión que involucra el manejo del consumo desde la perspectiva sociocultural y una estrategia desde la óptica de la reducción del daño que el consumo de droga produce a nivel social. Según los expertos reunidos en la capital antioqueña, si bien se deben desarrollar programas de prevención de la drogadicción, cuando el consumo es un hecho se deben plantear políticas para el manejo del problema social que genera.
En este sentido, algunos países europeos han encauzado sus acciones a proveer a los drogadictos de jeringas y droga, con controles médicos, a fin de ejercer vigilancia sobre la propagación del virus del sida y lograr reducir los daños sociales de la adicción. Y según su experiencia, el costo es inferior a la partida que se utiliza para reducir su consumo por la vía de la represión, práctica que ha mostrado escasos resultados.
La reducción del daño del consumo es, a juicio de los expertos, una perspectiva que Colombia, como otros países, debe mirar dado que la actividad de prevencion aun no logra resultados en el control de la drogadicción. Según las estadísticas nacionales, en materia de prevención apenas se ha logrado una desaceleración del consumo de acuerdo con las proyecciones.

LA CARTA DE MEDELLIN
Estos son, en resumen, los principales puntos del documento firmado por 30 expertos con recomendaciones para una estrategia mundial del manejo del problema:
= El mundo ha dado prioridad en la lucha contra las sustancias sicoactivas al esquema de la represión y control de la oferta, a tiempo que minimiza en recursos y acciones concretas la reducción de la demanda. La gran desproporción entre los recursos destinados a represión con respecto a los que se dedican a la prevención no es coherente con la búsqueda de soluciones integrales.
= La dimensión de las soluciones es todavía infinitamente inferior a la del problema. Por eso los resultados son pequeños mientras los costos humanos y sociales son altos.
= Para hacer prevención integral del uso indebido de sustancias sicoactivas debe haber desarrollo social, pero no todo desarrollo social conduce necesariamente a la reducción de la demanda de drogas. Es necesario enfatizar esfuerzos y recursos hacia acciones que directamente reduzcan los factores de riesgo asociados a los consumos y abusos de sustancias sicoactivas.
= La prevención integral debe incluir medidas legales y normativas, pero está por encima de la penalización o despenalización y de la legalidad o ilegalidad de las sustancias de abuso.
= Las estadísticas muestran que la mayor parte de los problemas asociados a la salud pública, e incluso a los conflictos violentos en las ciudades, tienen una relación directa con el uso indebido de sustancias sicoactivas. Se recomienda destinar recursos para prevenir tanto los consumos ilegales como legales de drogas.
= La prevención de la farmacodependencia y el alcoholismo debe hacerse con principios de libertad, respeto por las diferencias culturales, étnicas, geográficas y políticas y por la autonomía nacional en la búsqueda de soluciones.-