LA SUPERPILDORA

UNA NUEVA GENERACION DE ANTICONCEPTIVOS ORALES OFRECE NO SOLO PROTECCION CONTRAL EL EMBARAZO SINO CONTRA VARIOS TIPOS DE CANCER.

18 de mayo de 1992

CUANDO LA PILdora apareció en el mercado hace 30 años fue motivo de celebración. Por primera vez había un método contraceptivo fácil, efectivo y seguro. Pero unos años más tarde la controversia sobre sus efectos secundarios la colocó en el banquillo de los acusados al estar relacionada con los riesgos de cáncer y enfermedad cardiovascular.
Pero una revisión a la nueva generación de anticonceptivos orales ha encontrado no solamente que estos riesgos han desaparecido sino que la píldora puede actuar como protector de la salud femenina. Actualmente, algunos médicos incluso la recomiendan a las mujeres, no fumadoras, utilizarla pasados los 40 y posiblemente hasta la menopausia, para obtener una protección a largo plazo contra cáncer endometrial y de ovarios.
Lo cierto es que en las tres décadas que lleva la píldora, sus peligrosos efectos secundarios han ido disminuyendo en la medida que la dosis hormonal se ha reducido. Mientras la versión inicial contenía 150 microgramos de estrógeno y 10 miligramos de progestágeno, la nueva contiene apenas 30 microgramos de estrógeno y menos de un miligramo de progestágeno. Pero además, los estudios recientes demuestran que la pildora puede ayudar a prevenir el cáncer en el tracto reproductivo. Una investigación realizada por el Centro del Control de Enfermedades de los Estados Unidos determinó que las mujeres que utilizan la píldora presentaban el 60 por ciento de incidencia de cáncer del endometrio y del ovario que presentan aquellas que nunca la han usado.
Los científicos creen que la acción protectora de la pildora se da en dos formas. Por un lado, su contenido de progesterona ayuda a estimular el útero para desprender su revestimiento al final de cada ciclo. Esta menstruación forzada remueve cada mes las células del endometrio potencialmente malignas. Por otro, el estrógeno preserva a los ovarios de iniciar procesos de división de células, lo cual es el primer paso en el desarrollo del cáncer. Pero al suprimir la ovulación, también se reduce el riesgo de quistes y fibromas, y puede proteger contra infecciones del tracto urinario y síndrome de inflamación pélvica al espesar el moco cervical, lo cual hace más difícil para las bacterias pasar de la vagina hasta el tracto reproductivo.
La única excepción de la regla es la relación de la píldora con el cáncer de seno.
Además, como en materia de investigación tres décadas no es mucho tiempo, y el cáncer de seno puede tomar 20 años en desarrollarse los datos más significativos de estudios sobre el tema vienen de mujeres que consumieron la píldora hace décadas, cuando las dosis de hormonas eran más altas. Esto ha impedido hacer con las nuevas dosis, seguimientos más extensos. Sin embargo, recientes investigaciones sobre la relación de los anticonceptivos orales y el cáncer de seno parecen dar luces sobre una paradoja: la píldora parece aumentar el riesgo en las mujeres jóvenes y disminuirlo en las más viejas. Se piensa que, como la incidencia de cáncer es mayor en el segundo grupo, algunos científicos piensan que es posible que la ingestión de la pildora prevenga más casos de cáncer de seno que los que los causa.
Pero sobre este tema hay más noticias. Cientificos del Instituto Nacional del Cáncer en los Estados Unidos están trabajando actualmente en una versión de anticonceptivos orales que puedan también disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de seno. El doctor Malcolm Pike, director de Medicina Preventiva de la Universidad de California, está trabajando en el desarrollo de una pildora basada en otra hormona diferente del estrógeno y progesterona -llamada LHRH-, la cual es segregada por el hipotálamo y regula la liberación de estas en los ovarios. La nueva pildora podría contener suficiente cantidad de ésta tercera hormona para inhibir la ovulación, suficiente estrógeno para prevenir los efectos colaterales de la menopausia prematura (como la osteoporosis) y suficiente progestágeno para proteger el recubrimiento uterino de dividirse sin control. Esto daría como resultado la píldora perfecta: mayor seguridad para prevenir el embarazo y también el cáncer de ovarios, endometrio y seno.
En un momento en que la píldora es el anticonceptivo más utilizado por las mujeres en el mundo, y ya no sólo entre mujeres jóvenes sino en aquellas que están por los 40 -cuando los riesgos de desarrollar cáncer son mayores-, los nuevos estudios están encaminados a que la famosa píldora no sólo evite los embarazos indeseados sino proteja ampliamente la salud femenina.