Lipo-escultura

Las nuevas técnicas de liposucción van más allá de aspirar la grasa: permiten quitarla de donde sobra para colocarla donde hace falta.

7 de septiembre de 1992

EN SOLO 10 AÑOS LA LIPOSUCCION SE ha convertido en la mejor y más efectiva arma en la guerra contra el envejecimiento, al enfilar baterías contra dos de los más odiados estragos del tiempo: la grasa y la flacidez. Desde que fue desarrollada, en 1982, la experiencia sumada al mejoramiento de la técnica, ha ampliado sus aplicaciones, mejorado sus resultados y reducido sus complicaciones. Hoy en día la liposucción se ha convertido en una herramienta quirúrgica para moldear cuerpos a gusto del paciente. Actualmente la liposucción no sólo es aplicada en una más amplia zona del cuerpo, desde la cara hasta los tobillos, sino que también está revolucionando ciertos tipos de cirugía estética, mejorando considerablemente los procedimientos y contribuyendo en forma notable a la reducción de cicatrices. El objetivo es eliminar las zonas de desastre, ocasionadas por el paso del tiempo, que básicamente son tres: rostro, estómago y muslos.
Esta técnica ha llegado a ser rutinaria en los estiramientos faciales. No sólo permite remover la grasa más rápidamente sino que ha acabado con las terribles cicatrices en la línea del cabello ya que para retirar la grasa sólo requiere una pequeña incisión. Hoy incluso se puede pasar por el consultorio del cirujano para que aspire la papada, muchos años antes de que la posibilidad de un lifting completo aparezca en el calendario. Pero quizás la cirugía que más ha cambiado gracias a la liposucción es la abdominoplastia o cirugía del abdomen. En la técnica tradicional, eliminar la barriga con cirugía significaba lucir una cicatriz que iba de lado a lado de la cadera y que a menudo requería también la reubicación del ombligo. La liposucción ha dado paso a la miniabdominoplastia, en la cual la cicatriz queda confinada a la línea del vello púbico y puede ser ocultada incluso con una tanga. Al igual que el bajo abdomen, con la edad, los muslos tienden a acumular grasa y a aflojarse. Para corregirlo, ahora se combina en la cirugía el estiramiento de la piel con la succión de la grasa, obteniendo asombrosos resultados.
La reciente polémica sobre los riesgos de la silicona y el colágeno también le han abierto un nuevo campo a la liposucción. Actualmente, un creciente número de cirujanos plásticos "rellena" las arrugas con la misma grasa de paciente, evitando el rechazo o las complicaciones derivadas de un cuerpo extraño. Según los partidarios de esta técnica, la grasa natural no solamente causa menos hinchazón después de su aplicación sino que a menudo ofrece resultados más permanentes. Cada vez más los cirujanos utilizan grasa removida de otro lugar del cuerpo del paciente para llenar los pliegues en la frente, entre las cejas y los surcos entre la nariz y las comisuras de la boca.
Pero así como la liposucción ha demostrado ser eficaz para mejorar un gran número de las cirugías cosméticas, también se ha encontrado que puede ser muy útil a la hora de solucionar otro tipo de problemas que van desde eliminar los antiestéticos hoyuelos de la celulitis hasta reducir los senos voluminosos. Especialmente en el caso de la celulitis, esta técnica promete ser la solución definitiva para erradicar el mal que agobia a la mayoría de las mujeres de todas las edades. Como se sabe, la llamada "piel de naranja" es causada cuando las bandas de tejido fibroso, que van desde la piel hasta la capa natural de grasa del músculo, se deforman. Esto hace que halen la piel hacia el músculo, creando los terribles hoyuelos. Pero aspirar la capa normal de grasa no resuelve el problema, incluso puede empeorarlo. Recientemente, con la ayuda de la liposucción, se han diseñado nuevas estrategias para combatirla. La técnica consiste básicamente en desconectar las bandas fibrosas e inyectar una fina capa de grasa, muy cerca de la superficie de la piel para alisarla y prevenir que las bandas fibrosas vuelvan a conectarse entre sí.
En cuanto a la cirugía de reducción de senos, la liposucción ha permitido reducir también en forma considerable las cicatrices, que era el gran inconveniente de la técnica tradicional. Succionar la grasa requiere de una pequeña incisión en el pliegue del busto. Esta técnica lógicamente es adecuada cuando el tejido del seno es principalmente graso y no se requiere una reubicación de los pezones. Pero reducir senos simplemente succionando la grasa tiene otro beneficio: al no haber cortes en la piel, no se altera la sensibilidad de los senos. Este tipo de cirugía no solamente se está realizando en mujeres. Muchos hombres en la vejez desarrollan una condición conocida como ginecomastia o aumento del tamaño de los senos. Ahora, el 80 por ciento de estos casos pueden ser corregidos con liposucción.
En vista de su gran popularidad, la liposucción está bajo la mira de la ciencia médica que busca optimizar su aplicación y reducir sus riesgos. El mayor de ellos es, como se sabe, la pérdida de sangre y fluidos durante el proceso de succión de la grasa. Menos pérdida de sangre, significa que más grasa puede ser removida en una misma sesión. En este momento, tres posibles técnicas están en estudio. La primera, consiste en inyectar al paciente una combinación de fluidos y hormonas que hacen más fácilmente removible la grasa pero que también constriñen los vasos sanguíneos, reduciendo considerablemente la pérdida de sangre. La segunda, pretende utilizar jeringas para succionar la grasa, lo cual causaría menos traumatismos y pérdida de sangre. Como la grasa extraída se descompone al contacto con el aire, esta técnica sería usada estrictamente cuando la grasa va a ser inyectada inmediatamente en otra parte del cuerpo. La tercera, y la más controvertida, es la utilización del láser para cortar el tejido coagulado a medida que este es succionado, lo cual puede reducir la pérdida de sangre en un 50 por ciento. Las tres nuevas técnicas son hasta ahora proyectos, pero la verdad es que hace 15 años a nadie se le había ocurrido que la mejor forma de eliminar la grasa corporal de una vez por todas era aspirándola. Ahora los pacientes ya no tienen que odiar esos excesos de grasa sino pensar en qué lugar del cuerpo quedarían mejor ubicados. -