Estos espacios cuentan con personal especializado y, dependiendo del hospital, hay desde enfermeras hasta ginecólogos.

DETECCIÓN TEMPRANA

Consultorios rosados para detectar el cáncer de mama

Esta iniciativa se ha convertido en una puerta de entrada para que muchas mujeres logren detectar el cáncer a tiempo, cuando las posibilidades de curación son mayores.

28 de octubre de 2017

Ala médica Claudia Mercedes Ayala, cuando asumió el cargo de secretaria de Salud de Bucaramanga en 2012, le preocupaba que la ciudad tuviera las más altas tasas de mortalidad del país por cáncer de mama. Al examinar las posibles causas, encontró que la mayoría de ellas llegaba en estados avanzados por falta de información y por las barreras de acceso al sistema de salud. “La infraestructura del Instituto de Salud de Bucaramanga estaba en mal estado y no provocaba ser atendido allí”, dice la experta. Ante esto pensó en hacer consultorios cómodos, bonitos que contaran con personal bien entrenado.

Así nacieron los consultorios rosados, una iniciativa para que estas mujeres lleguen más pronto al diagnóstico y con esto aumenten las posibilidades de sobrevivir el cáncer. Como la situación de cáncer de mama en el territorio nacional era muy parecida a la de Bucaramanga, muchos municipios adoptaron la idea. Hoy existen 133 consultorios en 15 diferentes departamentos. Aunque cada uno de ellos tiene autonomía para montar estos espacios, todos tienen en común dos cosas: la posibilidad de detectar a tiempo el cáncer de mama y asegurar que la mujer diagnosticada tenga prontamente acceso a hospitales de segundo y tercer nivel.

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En este tiempo han atendido 250.000 mujeres, de las cuales 8.000 han resultado con este tumor, con lo que se ha logrado detectar el 25 por ciento de los casos anuales en el país. Pero la gran noticia es que los descubren a tiempo. En los 15 consultorios que ya llevan 5 años trabajando, hay 70 por ciento de diagnósticos tempranos, mientras que antes el 60 por ciento eran tardíos, según los datos oficiales del programa. Eso implica menos gastos. Según el Ministerio de Salud, en 2013 tratar un cáncer de seno a tiempo costaba 9 millones de pesos, mientras que en etapas avanzadas llegaba a 130 millones. También implica una ganancia para la mujer en calidad de vida porque el tratamiento es menos agresivo y más corto.

Los consultorios se encuentran en hospitales de primero y segundo nivel, en zonas rurales o ciudades intermedias y en poblaciones de escasos recursos y con barreras geográficas. Esos espacios, dependiendo del lugar, cuentan con enfermeras, pero también con ginecólogo. Allí llegan ya sea por campañas educativas o porque las remiten otros especialistas. “Hay que aprovechar la llegada de esa mujer al hospital”, dice Ayala. Pero además entrenan a médicos de todas las especialidades para hablarles del tema e incluso para hacerles el examen clínico “porque si les dicen que saquen cita para otro día, las perdemos”, añade.

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Cuando hay sospecha, los consultorios rosados hacen las veces de gestores administrativos. “No hacen tratamiento, pero acompañan porque están articulados con los hospitales”, dice el mastólogo Luis Guzmán. Esto es clave para la estrategia porque así se logra disminuir la distancia entre diagnóstico y tratamiento. “En Espinal, por ejemplo, el tiempo en remitir esa paciente a su tratamiento pasó de 150 días a 50”, añade.

La iniciativa en poco tiempo ha mostrado no solo que es posible revertir las cifras negativas, sino integrar a los actores del sistema para mejorar el panorama de este cáncer en Colombia. Según Guzmán, buscan incorporar la estrategia al sistema de salud. Para esto es importante dejar de creer que diagnosticar más pronto el cáncer es aumentar el costo para los hospitales, pues resulta mucho más económico.

A Ayala le diagnosticaron cáncer de seno el año pasado y ahora que está en la orilla opuesta, como paciente, siente que debe canalizar sus esfuerzos para educar a las mujeres para que vayan al hospital. Porque hacerlo les puede salvar la vida.