LOS CRUZADOS VERDES
"Greenpeace", una organización ecologista compuesta por representantes de 15 países, adelanta acciones no violentas para impedir crímenes ecológicos.
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En 1975 interceptaron la flota ballenera soviética en el Pacífico y a bordo de lanchas neumáticas se interpusieron para defender las ballenas; en 1978 impidió que el navío británico CEM vertiera millones de toneladas de residuos radioactivos en la fosa atlántica; en 1980 liberaron en Japón a 300 delfines en el lugar donde iban a ser masacrados; dos años después se encadenaron a un barco encargado de verter residuos de dióxido de titanio a lo largo de la costa Este de Estados Unidos; en 1983 retardaron un ensayo nuclear en un lugar del estado de Nevada; en el mismo año desembarcaron en Siberia para comprobar la existencia de una fábrica clandestina de tratamiento de pieles de ballena para el comercio; recientemente escalaron ocho chimeneas industriales en ciudades europeas y colocaron en cada una de ellas la palabra "STOP" refiriéndose a la necesidad de detener la lluvia ácida.
Estas hazañas constituyen apenas una breve muestra de las acciones que adelanta en todo el mundo la organización ecologista "Greenpeace" ("Paz verde"), que está compuesta por representantes de 15 países cuenta con el apoyo de cientos de miles de simpatizantes en todas las regiones del planeta (en Estados Unidos, solamente, la organización está apoyada por más de 400 mil donantes). "Greenpeace" basa su labor ecologista en rigurosos estudios científicos en la acción directa no violenta, allí donde los equilibrios naturales están amenazados. "Creenpeace" nació en Canadá a comienzos de los años 70 y hoy es una organización consolidada cuyo presupuesto para 1985 asciende a 12 millones de dólares, dinero que proviene del aporte voluntario de los simpatizantes y de las cuotas anuales de sus socios. La sede central de la organización está en Lewes (Gran Bretaña) y el actual delegado internacional en España es un francés de 27 años, Remi Parmentier, a quien SEMANA entrevistó, para conocer otros aspectos de GP, cuya fuerza crece cada día más en el mundo.
SEMANA: ¿Cuáles son los objetivos de Greenpeace a nivel internacional para 1985?
REMI PARMENTIER: El Consejo Internacional de Greenpeace en su última reunión de agosto de 1984 acordo un plan de acción general que se concreta en cinco puntos básicos: 1° protección del ecosistema antártico, 2° promover alternativas para evitar los métodos de pesca más destructivos, 3° continuar la oposición a los vertidos de desechos nucleares, 4° parar las pruebas atómicas alrededor del mundo y 5° proteger a los cetáceos -ballenas y delfines-, focas y tortugas.
S.: ¿Cuáles son las alternativas que piensan promover ante la comunidad internacional ?
R.P.: Nosotros venimos promoviendo múltiples alternativas desde hace varios años y aunque hemos influído mucho a nivel de acuerdos entre países, aún tenemos que presionar mucho más para que tales acuerdos se cumplan. Por ejemplo en 1982 la Comisión Ballenera Internacional decidió la suspensión de toda caza ballenera comercial a partir de 1985-86, pero los tres países balleneros más grandes, Japón, URSS y Noruega, no quieren respetar la moratoria acordada. También participamos en acciones concretas: en 1980 participamos en la creación, en la Guayana Francesa, de un "ponedero" de huevos de tortugas Laud, especie en vías de desaparición, y en julio de 1982 salieron de este ponedero 1.600 pequeñas tortugas que fueron puestas en el mar.
S.: ¿Cuál es la situación del mar en relación con las especies en vías de extinción y como recurso natural del hombre?
R.P.: Eso es muy importante. Debe ser una lucha de toda la humanidad. De un lado está la contaminación inmediata y palpable de los océanos que en un 90% tiene origen terrestre: la industria química, papelera, siderúrgica, los residuos de la minería, de la refinería del petróleo, etc. Todo estos residuos contaminan a pescados y moluscos y los convierten en productos peligrosos para el consumo humano, contribuyen a la extinción de los mamíferos marinos y algunas especies de aves. De otro lado, está la radioactividad que es insidiosa, no se ve, no tiene color, ni olor, ni sabor y cuando nos afecta, las consecuencias pueden no manifestarse hasta pasados unos años, y se sabe que es la causante de muchos cánceres, leucemias y malformaciones genéticas en el hombre. Desde 1967, ocho países europeos han sumergido más de 100 mil toneladas de residuos radioactivos en una fosa marina de 4.000 metros de profundidad. Los estudios realizados sobre los antiguos emplazamientos de inmersiones norteamericanas, hoy en día abandonados, demuestran que el armazón de los bidones vertidos no puede estar garantizado y que en ningún caso los miles de bidones que reposan sobre el fondo marino podrán ser recuperados.
S.: Sin embargo, muchos de los residuos se están reprocesando a nivel industrial. ¿Es esta una alternativa a los vertidos?
R.P.: El reprocesamiento no es el más seguro ni el único de los métodos de gestión de los combustibles irradiados de plutonio que sirve para la fabricación de bombas atómicas. A pesar de las tentativas de hacer una empresa comercial, que resultaron infructuosas, el reprocesamiento queda estrechamente relacionado con la industria militar. Después de la primera experiencia atómica en 1945, más de 1.400 ensayos nucleares han tenido lugar en el mundo: Estados Unidos y Gran Bretaña en el desierto de Nevada; la URSS sobre la isla de Nueva Zemble y en Semipalantisk; Francia en Mururoa, y China en el desierto de Lop Nor.
S.: ¿Cómo se plantea "Greenpeace" la lucha contra los ensayos nucleares?
R.P.: Greenpeace lleva a cabo una campaña para la firma de un tratado de prohibición total de los ensayos nucleares, que constituiría un paso realista hacia la paralización de la carrera de armamentos nucleares y pondría fin a la depredación del medio ambiente causado por las pruebas. Además, están nuestras incursiones con voluntarios de GP y nuestras acciones no violentas en los lugares de los ensayos a donde podemos llegar.
S.: Estos problemas y las reivindicaciones de GP tienen que ver fundamentalmente con los países industrialmente desarrollados, pero ¿cuál es la situación de estos temas en el Tercer Mundo y en especial en América Latina?
R.P.: Todo el mundo sabe lo que pasó en la India a finales de 1984, pues las grandes industrias multinacionales prefieren montar sus factorías en los países menos desarrollados, porque allí todo les sale mejor, no les exigen rigurosas medidas de seguridad y cuando ocurren los accidentes son tratados con mucha benevolencia. Esto es muy importante para ser tenido en cuenta en América Latina.
S.: Y en el asunto de los vertidos de desechos radioactivos, ¿cómo está esto en América Latina, se piensa utilizar alguna zona marina para ello?
R.P.: Hay rumores muy fuertes según los cuales se están llevando a cabo conversaciones secretas entre varios países en las que se está tratando el tema del enterramiento de los residuos nucleares de alta actividad y la posibilidad de hacerlo en los sedimentos marinos del mar Caribe. Eso lo estamos investigando.
S.: Respecto a la caza ballenera, ¿cuál es la situación en América Latina?
R.P.: Hay algunas actitudes que son realmente ejemplo de conducta ecológica: Argentina, por ejemplo, ha declarado a la ballena monumento nacional. Y un gran número de países, entre ellos Cuba, Santo Domingo y Panamá, apoyaron en 1983 la propuesta del gobierno español para detener los vertidos nucleares que se venían llevando a cabo en las costas gallegas. En el caso de Perú, que se había opuesto a la moratoria de la Comisión Ballenera Internacional junto a Japón, URSS y Noruega, nosotros hicimos una campaña allí con nuestro barco, el Raimbow Warrior, en octubre de 1982 contra la caza ballenera y en julio de 1983 Perú retiró su objeción a la moratoria con lo que el bloque de países balleneros se ha debilitado más.
S.: ¿ Cuál es la situación de Colombia en todos estos asuntos?
R.P.: Colombia es miembro de la Comisión Ballenera Internacional y ha jugado un papel muy importante. También votó a favor de la moratoria, pero en el tema de los vertidos sólo ha participado como observador, el año pasado asistió un biólogo marino como observador por Colombia a la reunión de la Convención de Londres; este año la reunión plenaria de la Convención se celebrará en septiembre y nosotros esperamos que Colombia juegue un buen papel a favor de la ecología y de la humanidad.