LOS JAPONESES NO ESPERAN

Se revela identidad del comprador del Van Gogh

18 de mayo de 1987

El misterio sobre el comprador de la pintura más cara de la historia, "Los Girasoles" de Van Gogh, subastada el 30 de marzo en la galería Christie's de Londres, acaba de ser develado. Se trata de una compañía de seguros japonesa que pagá casi cuarenta millones de dólares en una operación que se motivó, al parecer, más por razones históricas y aun de nostalgia, que por las calidades mismas de la pintura.
Liberado de su compromiso inicial de revelar el nombre de los compradores, el anuncio lo hizo el comisionista James Roundell, quien compró la pintura para sus clientes japoneses. Una serie de coincidencias hicieron que para la Yasuda Fire and Marine Insurance Company de Tokio el cuadro adquiriera un valor especialísimo. "Será parte de la celebración del centenario de la empresa en octubre de 1988", dijo Roundell.
"Es una circunstancia curiosa que uno de los cuadros de la serie de "Girasoles" fue destruido en el Japón en la Segunda Guerra Mundial". Así que los hombres de negocios japoneses que idearon la compra querían reparar de alguna manera ese daño sufrido por el patrimonio artístico de su país.
Pero la cosa no para ahí. La compañía de seguros fue fundada precisamente en el año en que Van Gogh realizó su serie de "Los Girasoles", en una época en que el Japón, cuya antiquísima cultura hasta entonces era prácticamente desconocida, se presentaba por primera vez en los salones europeos, fascinando a todos e influyendo sobre la obra de numerosos artistas, incluído el propio Van Gogh. "Ellos querían comprar una pieza central para la colección de arte que están adquiriendo como parte de las celebraciones de su centenario, y esta pintura en particular era la más lógica adquisición, para ese propósito, en el mundo entero", dice el señor Roundell, quien informó también que sus clientes están dispuestos a exhibir su colección al público japonés, en una forma muy cortés y muy oriental de expresar su agradecimiento por todos estos años de éxito en los negocios. La colección no es, por otra parte, ninguna bicoca, pues incluye, además de cientos de trabajos de artistas contemporáneos del Japón, varias obras de Renoir y de otros artistas occidentales, con las que vendrá a reunirse, para ser admirada, la famosa pintura más cara de la historia.