Pese a que cuatro de los últimos presidentes estadounidenses (Gerald Ford, George Bush, Bill Clinton y Barack Obama) son zurdos, no hay evidencia de que este rasgo les dé ventaja en liderazgo, creatividad o genialidad.

CIENCIA

Los zurdos no son especiales

Quienes utilizan más el lado izquierdo de su cuerpo son tan normales como los demás, señala un lingüista holandés, autor de un nuevo libro sobre el tema.

28 de abril de 2012

En el siglo XX el misterio de los zurdos recibió mucha atención. Lo que antes era visto como un defecto que se debía corregir pasó a ser un don gracias a investigaciones que mostraron que los zurdos eran líderes innatos, creativos de mente abierta y casi genios. Con una ñapa: una capacidad atlética por encima de la normal. Y muchos personajes de la historia, entre ellos cuatro presidentes de Estados Unidos, fortalecieron la tesis: Gerald Ford, George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama. En el campo de los deportes están Pelé y Diego Armando Maradona, para solo nombrar un par.

Sin embargo, un nuevo libro titulado The Puzzle of Left-handedness, escrito por el lingüista Rik Smits, señala que los zurdos son individuos comunes y corrientes, y que la mayor parte del conocimiento sobre este grupo de personas es un mito que incluso ellos mismos han querido perpetuar.

El autor encontró que todas las asociaciones entre ser zurdo y la genialidad son anecdóticas, excepto tal vez en lo deportivo. Usar más el lado izquierdo del cuerpo da una ventaja en ciertas disciplinas como el tenis, el boxeo y el béisbol. También resultaron sin fundamento las connotaciones negativas que se le atribuyen a estas personas, como ser torpes, tener propensión a morir más temprano y vulnerabilidad ante el suicidio.
Lo que sí se sabe con certeza es que hay más hombres zurdos que mujeres zurdas, que los gemelos tienden a serlo más que los demás niños y que esta condición tiende a ser menos pronunciada con la edad.

A pesar de estos hallazgos, el autor señala que todavía hay mucha ignorancia alrededor del tema. Señala a los investigadores que creen que ser zurdo es raro y dedican tiempo a estudiarlos, a los medios de comunicación por seguir promoviendo ideas ya obsoletas que asocian la genialidad con la zurdera y a los profesores, que aún no saben cómo enseñar a escribir a los zurdos que, dicho sea de paso, escriben tan bien como los diestros.