¿Madre no hay si no una?

Dos casos ponen sobre el tapete el tema de quienes son los verdaderos padres: los que engendran al hijo o los que lo crían.

6 de septiembre de 1993

¿ Madre no hay sino una ?
EL 2 DE AGOSTO PASADO, UN DRAMA familiar sacudió a los Estados Unidos.Ese día,por una orden de la Corte Suprema de Michigan, Roberta y Jan Deboer tuvieron que entregar en medio del dolor y las lágrimas a su única hija -Jessica, de dos años y medio y a quien han criado desde su nacimiento- a dos extraños: Dan y Cara Schmidt, los padres biológicos de la niña. El momento en que Jessica fue sacada de su hogar por una juez de familia no lo olvidarán ni los reporteros ni los vecinos apostados en la puerta de la casa de los Deboer. Mientras la niña llamaba llorando a su mamá, en la calle se escuchaban los gritos desesperados de sus padres adoptivos clamando "no se lleven a nuestra hija ".
Pero lo que sucedió ese día no fue una sorpresa. Era el final anunciado de un drama que dividió a la opinión pública norteamricana en dos bandos: los defensores de los derechos de los padres biológicos y los defensores de los derechos de los padres adoptivos. Durante dos años, los Deboer y los Schmidt se enfrentaron en los tribunales por la custodia de la niña, mientras abogados, sicólogos, siquiatras y padres opinaban que era lo mejor para la pequeña: quedarse con los padres que la habían criado desde el día que nació o ser entregada a dos personas que le eran extrañas pero que eran sus padres biológicos. Finalmente la sentencia, dictada el 2 de julio pasado, veló por los derechos de estos últimos, y la pequeña Jessica fue arrancada de los brazos de sus padres adoptivos.
Coincidencialmente, ese mismo día, en una Corte de la Florida se discutía un caso de características similares pero con un final distinto. Ernest y Regina Twigg, los padres biológicos de Kimberly May, una niña de 14 años, reclamaban el derecho a visitar a su hija. Pero fue ella misma quien acudió a los tribunales para solicitar el "divorcio" de sus padres biológicos, porque no desea tener ningun contacto con su familia natural, "No quiero verlos nunca más", señaló refiriendose a sus padres y a sus seis hermanos. Kimberly vive con Robert May, quien ha sido su padre desde que ella nació y cuya esposa murió de cancer hace 11 años.

COMIENZO DE DOS DRAMAS
Cuando Jessica nació el 8 de febrero de 1991, su madre, Cara Clausen, quien era soltera y no tenía cómo mantenerla, decidió darla en adopción. Dos semanas después, en una audiencia de rutina, Cara renunció a sus derechos como madre biológica y presentó un documento similar firmado por Scott Seefeldt, quien, según dijo, era el padre de su hija. Como todo parecía en orden, el juez entregó la niña en adopción a los Deboer, una pareja que llevaba años tratando de adoptar. Todo parecía haber concluido felizmente. Sin embargo, Kimberly May: No quiere ver a sus padres biolójicos un mes después Cara se retractó de su decisión y anunció que había mentido acerca de la paternidad. El padre real era Dan Schmidt, un novio con el cual había peleado y con quien se acababa de reconciliar. Como el padre verdadero no había renunciado a su derecho y quería la custodia de la niña, los Deboer nunca pudieron finalizar los trámites legales de adopción. Cara y Dan contrajeron matrimonio (hace dos mes tuvieron un segundo hijo, Chloe) e iniciaron su batalla por su hija. Luego de dos años de tortuoso camino por el sistema judicial, los Schmidt recuperaron a su hija biológica, a quien ellos llaman Anna.
Pero mientras en el caso de Jessica la justicia protegió el derecho de los padres biológicos, en el de Kimberly ocurrió lo contrario. Sus verdaderos padres, los Twigg, no podrán ni siquiera volver a verla . Cuando Kimberly nació, en marzo de 1978, su identificación fue cambiada en el hospital con la de la bebé de los May. Así, la cuarta hija de los Twigg, creció como única hija de los May. El error se descubrió 10 años mas tarde, cuando Arlena, la niña que los Twiggs consideraban su hija, presentó problemas cardíacos y los exámenes de sangre mostraron que ella no era su hija biológica. Cuando Arlena murió en 1988, los Twigg iniciaron la busqueda de su verdadera hija. Sus pesquisas los condujeron a Kimberly, quien vivía con su padre Robert May, cuya esposa Barbara murió de cáncer cuando Kimberly tenía tres años. Robert May estuvo de acuerdo en que se le realizaran exámenes genéticos a Kimberly, con la condición de que si resultaba ser la hija biológica de los Twigg, ellos no pedirían la custodia sino simplemente el derecho a visitarla. En 1989, los resultados confirmaron que la niña era su hija y las visitas se iniciaron, pero las consecuencias de estos encuentros fueron devastadores para la niña. Entonces Kimberly acudió a los tribunales para decir que ella no puede ser forzada a recibir visitas de alguien a quienes considera extraños. Ahora, ante los tribunales, los Twigg han tenido que conformarse con perder, por segunda vez, a su hija.

~HIJO DE QUIEN?
Estos dos casos han puesto sobre el tapete un viejo dilema: quiénes son los verdaderos padres de un niño: ¿los que le han dado sus genes o los que lo han criado? Tanto los Deboer como los Schmidt contaron con grupos de apoyo que inundaron de letreros los estados de Michigan y Iowa y realizaron manifestaciones ante los tribunales reclamando el respeto a sus respectivos derechos. Y ambos bandos tenían poderosas razones sentimentales y persuasivos argumentos para apoyar sus causas. Para algunos, la biología no es suficiente para determinar la familia. Para otros, la justicia trato a Jessica más como una propiedad que como a un ser humano. Los defensores de los padres adoptantes señalan que los jueces debieron tener en cuenta el bienestar de la niña, quien tuvo que abandonar el único universo que conocía -sus padres, su hogar, sus juguetes e incluso su nombre- para irse a vivir con dos extraños. Por su parte, los defensores de los padres biológicos señalan que los Deboer antepusieron su deseo al bienestar de la niña, al rehusarse a entregarla a sus verdaderos padres hasta que la Corte les ordenó hacerlo. Y señalan que por su corta edad, la niña podrá adaptarse pronto a su nueva familia sin mayores traumas. Pero para la mayoría, el culpable es el sistema legal norteamericano ya que aunque los padres biológicos reclamaron a la pequeña cuando solo tenía unos meses, los tribunales tardaron dos años en dictar sentencia. En el caso de Kimberly, las cosas no son diferentes. Mientras hay voces que apoyan la decisión de la niña de permanecer con quien la ha criado como su hija, la mayoría piensa que sus verdaderos padres deben hacer valer su derecho de ver a esa hija que perdieron por un error. Lo cierto es que esta vez se trata de dos casos excepcionales en los que lamentables equivocaciones cambiaron el destino de dos niñas e, independientemente de la tragedia humana, la justicia tuvo que enmendarlos de la mejor forma posible. Pero nadie parece tener una fórmula salomónica en un momento en que con la fertilización in vitro y la maternidad subrogada, los derechos de los padres biológicos se han vuelto un tema frecuente en los estrados judiciales.-

Tutela a los padres biológicos
HACE POCO EN COLOMBIA se presentó un caso en el cual una niña de 12 años, Astrid Acosta, instauró una acción de tutela a sus padres biológicos, para poder permanecer junto a la familia que la ha criado como a su propia hija.
Desde que nació, la pequeña era entregada por su madre al cuidado de una vecina, Ana Beatriz Páez, mientras iba a trabajar. Esto sucedió dos o tres veces. Pero un día la madre de la pequeña no regresó. Ana Beatriz asumió entonces a la niña como su propia hija y Astrid se crió en su hogar como la única mujer entre cinco hermanos.
Cuando la nina tenía cuatro años, los padres biológicos de Astrid iniciaron un proceso reclamando la custodia de la niña. Un año después, un Juzgado de Familia se la otorgó, pero la entrega de la pequeña nunca se hizo efectiva porque Astrid siempre se opuso a abandonar a su familia para irse con dos extraños que decían ser sus padres, incluso amenazó con irse de la casa si la obligaban.
En marzo de este año, la madre biológica se presentó nuevamente en la casa de Ana Beatriz, para que la niña firmara unos documentos en los cuales aceptaba estar con sus padres biológicos, a fin de que les pagaran el subsidio familiar en la empresa donde trabajan.
Como la niña se negó a firmar, los padres acudieron nuevamente al Juzgado y este ordenó realizar la diligencia de entrega de la pequeña.
Ante la inminencia de su entrega, la pequeña instauró a nombre propio una acción de tutela. Al considerar el caso, el Tribunal de Bogotá señaló que existen nuevos hechos que ameritan que el fallo que otorgó la custodia a los padres biológicos sea revisado.

¿ Se puede deshacer una adopción?
"EN PRINCIPIO NO, Sl SE HAN cumplido todos los trámites y formalidades previstos en la ley", dice el abogado Heli Abel Torrado, especializado en Derecho de Familia. Y explica: En Colombia la adopción está regulada por el Código del Menor y es considerada, principalmente y por excelencia, como una medida de protección a través de la cual se establece, de manera irrevocable, la relación paterno-filial entre personas que no la tienen por naturaleza.
Los expedientes de estos procesos están sometidos a reserva por un término de 30 años. Sin embargo, puede solicitarse el levantamiento de dicha reserva para pedir la invalidez de la sentencia mediante el recurso extraordinario de revisión, el cual solo puede interponerse dentro de los dos años siguientes a la fecha en que la respectiva sentencia quede en firme. Pero el que levante la reserva no significa necesariamente que haya de revisarse la sentencia, porque es posible que no se haya configurado ninguna de las causales previstas en la ley para invalidarla.
"En Colombia los procesos de adopción ofrecen mucha seguridad jurídica. En casi cinco años de vigencia del Código del Menor, y pese al volumen tan alto de procesos que se tramitan, se conoce de un solo caso en que la Corte Suprema de Justicia autorizó levantamiento de la reseña de un expediente para examinar si se cumplían las causales para una acción de revisión extraordinaria de la sentencia".