Los docentes deben influir en sus educandos y generar en ellos la inquietud por el conocimiento

ESPECIAL POSGRADOS

A mejores profesores, mejor educación

Uno de los factores determinantes en la calidad educativa es la formación académica de los docentes y el compromiso con su labor.

14 de marzo de 2009

Las políticas de calidad de la educación superior en Colombia han llevado a las instituciones a desarrollar procesos de evaluación y acreditación de los docentes, que son un factor determinante de la calidad de la educación. Ello es especialmente cierto en el ámbito posgradual, en el que el alumnado es exigente y sabe lo que quiere.

Según un estudio publicado por la facultad de educación de la Universidad de La Sabana titulado ‘La formación del docente universitario como factor de calidad de la educación superior’, los profesores de estas instituciones carecen de formación pedagógica ya que la mayoría de las universidades no consideran importante este factor para contratarlos.

La excepción son aquellos que salen de las facultades de educación y que se vinculan a la enseñanza universitaria, pero ellos no cuentan con formación específica en ese nivel, sino en educación escolar. El reto de formar profesionales idóneos es grande: atrás quedaron los tiempos en que el maestro estaba lejos de sus estudiantes.

Ahora el papel de los docentes es más complejo, pues además de tener un impacto en la sociedad con su desempeño y de impartir conocimientos, también debe generarlos desde la investigación. El fomento en sus pupilos del aprendizaje autónomo y la curiosidad por el conocimiento son indispensables para sacar adelante una nueva generación de investigadores.

Sin embargo, según datos del Ministerio de Educación, “gran parte de los profesores que ocupan hoy las cátedras de la educación superior han llegado allí sin una verdadera vocación educativa. Casi cualquier profesional colombiano en alguna etapa de su vida ha sido profesor, y algunos muy pronto se dan cuenta de que esa no es su verdadera vocación”. El informe añade que otros docentes sólo se dan cuenta de que no han tomado una decisión satisfactoria cuando han invertido gran parte de su vida productiva en un trabajo que les ha permitido desarrollar su plan de vida pero nunca les ha llenado ni comprometido emocionalmente.

Otro problema está en que algunos llegan a la docencia por necesidad, lo que hace que no haya un alto grado de identificación con los objetivos educativos y con los procesos de calidad de las instituciones. Sin embargo, la labor del docente tiene nuevas exigencias que sólo están dejando espacio para los más comprometidos con la labor de enseñar. Y así lo están haciendo notar la gran mayoría de las universidades privadas a partir de los procesos de acreditación de calidad de sus programas. Mediante ellos, han empezado a conformar su equipo docente con personal dedicado principalmente a la investigación que de preferencia debe tener un doctorado, haber hecho publicaciones científicas y formar parte del equipo de investigadores certificados por Colciencias. Pero lo que más valoran las entidades educativas es que los docentes sean capaces de generar inquietudes y competencias en sus alumnos que les permitan cumplir con sus sueños profesionales.