Muy mal ambiente

Un dramático informe sobre el estado de los recursos naturales y del ambiente en el país entregó la semana pasada al Congreso la Contraloría General de la República.

13 de diciembre de 1993

UN COLOMBIANO QUE DECIDA SALIR A caminar por el centro de cualquiera de las principales ciudades del país -y en especial por el de Bogotá- tiene que estar preparado para recibir en su organismo una peligrosa carga de gases contaminantes y partículas en suspensión. Sus oídos, además, serán bombardeados por un ruido infernal y, si decide mitigar el cansancio bebiendo un poco de agua, es posible que ésta tenga un nivel de calidad muy distante del que recomiendan los expertos en salud. Tales son algunos de los problemas contemplados en el "Informe sobre el estado de los recursos naturales y del ambiente 1992", que entregó al Congreso la semana pasada la Contraloría General de la República.
La Constitución de 1991 le asignó a la Contraloría la responsabilidad de informar periódicamente acerca de los principales problemas ecológicos del país, y orientar su labor de vigilancia y control utilizando el criterio de valoración de los costos ambientales al evaluar la gestión de las administraciones públicas. Con ese objetivo, la Contraloría tiene que realizar anualmente un informe sobre el estado de los recursos naturales y del ambiente. El de 1992 tiene 241 páginas y es, sin duda, uno de los inventarios más completos que se han hecho en el país sobre los problemas del medio ambiente.
Aparte de eso, la Constitución delegó en la Contraloría la función de elaborar una metodología que permita cuantificar el patrimonio ambiental nacional. Para ello la entidad firmó un convenio con el DANE, Planeación Nacional, el Inderena y la Universidad Nacional. A través de dicho convenio se conformó el Comite Interinstitucional de Cuentas Ambientales (CICA), cuya tarea es desarrollar un plan general dirigido al establecimiento de las cuentas de recursos naturales y las cuentas ambientales para Colombia.
La Contraloría, en coordinación con el DANE, avanza ademas en el diseño de una Cuenta de Gasto Ambiental para los sectores público y privado, con el fin de registrar los gastos de las entidades en controles a la contaminación y en el manejo de los recursos naturales. El proyecto tiene tres etapas. La primera concluirá en enero de 1994 y consiste en la elaboración del diseño general de la cuenta y su justificación. En la segunda se ilustrará sobre su relevancia. Finalnente se harán los cuestionarios correspondientes para su aplicación en todas las entidades del país que incurren en este tipo de gasto.
Las Cuentas de Gasto Ambiental no solo servirán para proyectar sus tendencias en el mediano y largo plazos, sino para la elaboración de los estudios de eficiencia en la asignación de recursos para proteger el medio ambiente. En lo que respecta a las funciones de la Contraloría, los gastos ambientales del sector público serán objeto de análisis de eficiencia económica para verificar si la gestión ambiental de las entidades públicas se realiza al mínimo costo. En este momento las cuentas se encuentran en etapa de preparación. Próximamente se iniciará un proyecto piloto en Antioquia, Córdoba y Nariño.
Los siguientes son los aspectos más relevantes del Informe entregado la semana pasada al Congreso.

Contaminación atmosférica
EN LOS ULTIMOS TRES AÑOS los seis centros industriales más importantes del país (Cali-Yumbo, Medellín, Santafé de Bogotá, Cartagena,Barranquilla-Soledad y Sogamoso), aportaron el 80 por ciento de la contaminación de origen industrial y emitieron a la atmósfera un promedio anual de 265.000 toneladas de contaminantes, de las cuales el 79 por ciento son partículas en suspensión; el 16 por ciento, óxidos de azufre, y el cinco por ciento, óxidos de nitrógeno.
El Estado posee algún control (registro de empresas y volumen de contaminantes) sobre el 60 por ciento de las fuentes fijas industriales de contaminación, pero carece de control sobre el 40 por ciento restante.
Como consecuencia del volumen de emisiones gaseosas y de partículas, los niveles de calidad del aire en las áreas metropolitanas mencionadas sobrepasan las normas fijadas en cada una de ellas. La situacion se torna grave en Cali y Medellín, debido a las deficientes condiciones de ventilación existentes. Pero Bogotá sigue siendo la ciudad más contaminada, tanto por el alto número de fuentes fijas existentes, como por el crecimiento del parque automotor (especialmente en la zona comercial).
El valle de Sogamoso presenta la mayor emisión de partículas en el país, y tiene caracteristicas meteorológicas poco favorables, lo que ocasiona altas concentraciones de difícil control. En Barranquilla y Cartagena las condiciones de ventilación son muy buenas y no se presentan altas concentraciones de contaminantes en el área urbana, a pesar de existir algunas industrias contaminantes.
De otra parte, las concentraciones de contaminantes se elevan en todas las áreas metropolitanas mencionadas debido a la ocurrencia de períodos de inversiones térmicas en distintas épocas del año.

CONTAMINACION POR RUIDO
LA MAYOR PROPORCION DE contaminación sonora proviene de las mismas fuentes de la contaminación del aire: la industria y el parque automotor. A estas dos sólo resta agregar el ruido generado por los equipos amplificadores de sonido del sector comercial.
La congestión de tráfico es la principal causa de ruido por fuentes móviles. En las cuatro grandes ciudades del país el nivel de ruido durante las horas de mayor congestión alcanza los 90 db(A), en tanto que el nivel permisible es de 70 db(A).
La congestión ha invadido poco a poco zonas residenciales para las cuales el nivel permisible es de 60 db(A), aunque el ruido existente, hace algunos años, no alcanzaba siquiera esos niveles.
La evidencia empírica disponible indica que los trabajadores industriales como los transeuntes de las grandes ciudades soportan niveles de ruido no permisibles, tanto en intensidad como en duración.
Aunque el ruido de los automotores es en promedio mas intenso que el causado por las fuentes fijas, el tiempo de exposición a estas últimas fuentes de ruido es mucho mayor. Estudios elaborados por el instituto de Seguros Sociales (ISS) el Ministerio de Salud muestran que, con mucha frecuencia,los niveles de ruido y el tiempo de exposición que sufren los trabajadores del país son superiores a los permitidos por las normas de las ciudades donde se localizan las fuentes.
En desarrollo de un estudio realizado por el ISS entre 1989 y 1990, a 900 mil trabajadores afiliados en todo el país, se detectó que el ruido se encuentra presente durante la jornada laboral en el 60 por ciento de las empresas encuestadas. Además se pudo establecer que ocupa el primer lugar en la jerarquía de riesgos ocupacionales.

Deforestación
SEGUN DATOS DEL PLAN DE Acción Forestal para Colombia, durante el período 1964-1987 hubo una dinámica intensa de deforestación, estimada en 600.000 hectáreas por año. Después de 1985 este promedio disminuyó lentamente, en parte debido a los esfuerzos de reforestación protectora del Estado y de reforestación comercial de los particulares.
La causa principal de deforestación (73,3 por ciento) es la colonización, que incorpora nuevas tierras a la agricultura y a la ganadería, y que fue apoyada por el Estado hasta 1988.
Otro problema es la ganadería. Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, el número de hectáreas que actualmente se emplean para actividades ganaderas es más del doble de lo que debería ser. Gran parte del terreno boscoso del país es empleado para funciones pastoriles que, en últimas, terminan convirtiéndolo en un suelo completamente degradado.
El Plan de Acción Forestal estima que existen 2.7 millones de hectáreas reforestables, de las cuales 1.7 millones serían de reforestación protectora y el resto de reforestación comercial.
Aunque no existen estadísticas oficiales sobre reforestación, algunas estimaciones dan cuenta de lo realizado en años recientes. La Asociacioón Colombiana de Reforestadores calcula que la reforestación comercial entre 1987 y 1992 fue de 6.000 hectáreas anuales. El Agustín Codazzi, por su parte, cree que la reforestación protectora para el período 1985-1991 fue de 20.000 hectáreas anuales. Si se considera la reforestación que debió emprender el Plan de Acción Forestal en 1992, el promedio.

EROSION Y DEGRADACION DEL SUELO
LOS DATOS DISPONIBLES SObre erosión del suelo agrícola en Colombia son los reportados en 1987 por el Atlas de Suelos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Allí se indica una pérdida anual de 170.000 hectáreas de tierras cultivables, ocasionada por la erosión del suelo que a veces alcanza hasta 20 centímetros de espesor. A lo anterior deben agregarse los procesos de contaminación de los suelos, causados por el intenso uso de agroquímicos, y por la salinización provocada por los sistemas de riego .
El país pierde anualmente 426 millones de toneladas de tierra fértil, es decir, más de 100.000 hectáreas. Además, el río Magdalena descarga al mar cada año 70 millones de toneladas de tierra vegetal, lo que corresponde a un despojo diario de unas 300 hectáreas.
El 49,5 por ciento del territorio colombiano presenta algún grado de erosión, con una distribución variada a nivel regional. Las regiones Caribe y Andina son las más afectadas. Se encuentran 829.000 hectáreas con erosión muy severa.
La Orinoquia, la Amazonia y el Pacífico, las regiones con mayor biodiversidad y con mayor reserva de recursos naturales del país, presentan erosión en el 32 por ciento de su territorio. Y no toda con los mismos niveles de severidad.
Pero, en contraste con la erosión en las regiones Caribe y Andina la de las tres últimas regiones pudo haber sido prevista, debido a que se originó en la tala de bosques a la que conduce el proceso espontáneo de colonización, y en el uso agrícola de suelos que se sabe no son aptos para ello.
Y eso a pesar de que, de acuerdo con el Agustín Codazzi, el potencial productivo del país tiene un amplio margen de expansión dentro de la frontera agrícola. Colombia utiliza en agricultura 5.3 millones de hectáreas, de un total de 18.8 que tienen dicha vocación, lo cual significa una utilización del 28 por ciento del potencial.

Contaminación hídrica
EL ACELERADO PROCESO DE industrialización y desarrollo urbano ha ocasionado el deterioro de la calidad de las aguas de los principales ríos del país. El Magdalena, el Cauca, el Bogotá y el Medellín presentan condiciones anaeróbicas (ausencia total de oxígeno disuelto en el agua) en tramos más o menos largos de su recorrido, como consecuencia de las cargas contaminantes.
Sólo en el dos por ciento de los municipios se realizan tratamientos previos a los vertimientos domésticos. Si se considera que el 51 porciento de la población cuenta con sistema de alcantarillado, se calcula que por este concepto se arrojan aproximadamente 3.4 millones de metros cúbicos diarios de aguas residuales domésticas sin ningun tratamiento a los cuerpos de agua.
Adicionalmente a las cargas orgánicas, residuos peligrosos como agroquímicos, metales pesados, hidrocarburos y detergentes no biodegradables, entre otros, están deteriorando cada vez más la calidad de nuestros ríos. Según datos del Ministerio de Salud, en 1990 el 55 por ciento de la poblacion con servicio decueducto (que corresponde al 35 por ciento de la población total del país) consumía agua con niveles de calidad muy alejados de los permisibles por las normas legales.
La contaminación hídrica no afecta únicamente a los ríos, sino también a las fuentes de agua subterránea por las infiltraciones producto de las inadecuadas disposiciones de sólidos y vertimientos líquidos. Además, la falta de una adecuada reglamentación y de métodos efectivos de control sobre las concesiones de agua, y más específicamente en el caso de la industria, están ocasionando serios problemas por la explotación excesiva de aguas subterráneas en algunos lugares, como la Sabana de Bogotá y el Valle del Cauca.

DEGRADACION DE LOS LITORALES
EN NUESTRO PAIS, EL DESArrollo de las zonas del litoral ha sido incompatible con la protección ambiental y el manejo de los recursos y servicios que presta el medio marino. La intensidad de la contaminación, principalmente en las zonas de los puertos de la Costa Atlántica, y la continua alteración de las orillas mediante el dragado y el relleno, han derivado en una presión sobre el ecosistema con consecuencias tales como la disminución de poblaciones de fauna y flora, el deterioro de las fuentes de agua dulce, la contaminación de las playas, la destrucción de corales y arrecifes y la desecación de caños y ciénagas.
El 80 por ciento del litoral Pacífico esta cubierto de bosques, 47 por ciento de los cuales no han sido intervenidos y desempeñan una función ambiental muy importante. Pero esta función se ve seriamente amenazada por la extracción de madera, a un promedio de tala que, según datos del Plan Pacífico 1992, asciende a 160.000 hectáreas anuales. El efecto combinado de la tala de bosques, la construcción de granjas camaroneras y la minería artesanal están afectando los manglares y, por ende, disminuyendo aceleradamente la población de las 306 especies de peces que dependen de este ecosistema para su supervivencia.
El litoral Atlántico registra episodios de degradación de recursos y de contaminación ambiental más numerosos y de mayor magnitud que los del Pacífico. La deforestación, por ejemplo, ha sido más acelerada y sus efectos sobre la disponibilidad de agua más severos que los del litoral Pacífico. Según estimaciones del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Sólo permanecen 500.000 hectáreas de bosque en esta zona, lo cual representa un cuatro por ciento de la cobertura original de los bosques del litoral Caribe.
La depredación minera
SI BIEN ES NOTABLE LA IMportancia económica del sector minero en Colombia, es notable también el impacto depredador y contaminador de la minería artesanal. La distribución geografica del sector minero señala que el 70 porciento de las explotaciones del país se concentran sólo en cuatro departamentos, en los cuales predomina la pequena minería.
En total, en el país existen 7.426 unidades de explotación, de las cuales el 36 por ciento utiliza herramientas manuales, el 25 por ciento trabaja con pequeñas dragas de succión y el 17 por ciento utiliza explosivos. Cerca de 3.600 explotaciones, además, emplean agua como materia prima para su beneficio. Pero, de estas, únicamente 82 sostienen que realizan procesos de cianuración complementaria, y sólo 21 realizan un tratamiento posterior al agua utilizada antes de verterla a las corrientes cercanas.
La protección ecológica y la recuperación ecológica de las zonas explotadas es nula, de acuerdo con visitas realizadas por funcionarios del Ministerio de Minas a varias tesorerías municipales con el fin de verificar y constatar los gastos de inversión hechos con los dineros provenientes de regalías e impuestos.
En algunos casos, el Ministerio de Minas ha suscrito convenios con entidades públicas para poner en práctica procesos de extracción racional de metales preciosos y protección de fuentes de agua y fauna íctica. Sin embargo, los planes específicos formulados en las zonas críticas de deterioro ambiental, como resultado de actividades mineras irracionales, no han sido lo suficientemente eficaces para contrarrestar el daño ocasionado.
PESCA INDISCRIMINADA COLOMBIA ES UN PAIS CON un alto potencial pesquero. Aunque actualmente se extraen solamente 80.000 toneladas por año, se podrían obtener 557.000 toneladas. De la producción actual sólo una tercera parte es de pesca marina. Si se aprovechara el potencial marino, cuyas especies son más valiosas que las de la pesca fluvial, podría llegar a constituir las dos terceras partes del total.
Las regiones de mayor importancia biológica en las areas oceánicas colombianas se encuentran ubicadas en las zonas costeras e insulares. Entre ellas están los manglares, considerados entre los ecosistemas más dinámicos del mundo en términos de producción de biomasa. Lo mismo que las praderas subacuáticas, conformadas por pastizales de fanerógamas, los arrecifes coralinos, cuya estructura está constituída por concentraciones masivas de carbonato de calcio, y los cuerpos de aguas lénticas, como los de la depresión momposina, la ciénaga de Zapatoca y la ciénaga Grande de Santa Marta.
Estos ecosistemas, sin embargo, están sometidos a procesos de degradación y destrucción debido a las actividades de pesca industrial y artesanal indiscriminada (en la Costa Pacífica el 54 por ciento de la pesca es artesanal y se dedica al consumo de subsistencia, mientras en la Atlántica el 30 por ciento es artesanal pero se dedica en su gran mayoría al mercado), la contaminación por desechos orgánicos, los procesos de sedimentación y la construcción de obras de infraestructura y viviendas recreacionales.