¿NACIDO PARA SER GORDO?

La herencia, el sexo y la edad son, segun los expertos, los principales saboteadores de las dietas.

28 de febrero de 1994

QUIEN HAYA tratado de perder peso alguna vez sabe lo difícil que es deshacerse de los kilos de exceso. Pero al parecer no se trata únicamente de hacer dieta sino de ser realista. En opinión de la doctora Kelly Brownell, de la Universidad de Yale, son tres los principales factores que inciden en esas dietas-fracaso. "Hay muchos patrones diferentes de obesidad y también muchas formas diferentes de combatirla", dice la especialista, quien sostiene que esos intentos fallidos pueden ser ocasionados porque se ha elegido una estrategia equivocada, y que para hallar el camino adecuado es necesario saber que existen tres tipos diferentes de gordura:

GORDURA GENETICA
Si su apodo de colegio era 'el gordo' o 'la gorda', y si sus padres y parientes lo clasifican en los pesos pesados, usted pertenece a los gordos genéticos. Cerca del 10 por ciento de los obesos -aquellas personas cuyo peso está un 20 por ciento o más del ideal- pueden culpar a la herencia por su talla. Aunque los científicos aún no han logrado identificar los genes que controlan la grasa, diversas investigaciones han confirmado su existencia. Estudios realizados con gemelos idénticos muestran que incluso cuando han crecido en hogares diferentes y tenido distintos hábitos de comida, sus pesos son similares.
Los genes determinan el número de células grasas que tiene una persona. Un adulto de peso normal tiene entre 25 y 35 billones de células grasas, pero algunas personas, por culpa de la herencia, poseen más. "Y todas esas células grasas viven pidiendo comida -dice Brownell-. Pero incluso si usted no tiene una superabundancia de células grasas, si come en exceso puede crear más. Como las células no alcanzan a almacenar la excesiva cantidad de grasa que reciben, el cuerpo construye nuevas". Y esta nueva célula grasa estará ahí de por vida! inclusive si usted ha erradicado los helados y las galletas para siempre. Una persona que tenga el doble de su peso ideal puede tener 125 billones de células grasas.
Pero los genes no sólo traen consigo un número determinado de células grasas. También se hereda la rata de metabolismo en descanso (Rate of Metabolism Resting, RMR), es decir, el número de calorías que el organismo quema solamente por mantener funcionando procesos corporales tales como la respiración, la digestión y otros. Y quienes poseen un bajo RMR tienden a ganar peso más fácilmente que aquellos con RMR normal o alto. Y una persona con un RMR naturalmente perezoso puede bajarlo aún más por culpa de las dietas yo-yo. "Cuando usted baja drásticamente el consumo de calorías, su cuerpo tiene una reacción que lo lleva a reservar calorías para conservar energía. Una vez usted retorna a la dieta normal, su hambriento organismo le da la bienvenida almacenando más calorias de lo usual para estar listo para otra época de vacas flacas. ¿El resultado? Usted termina más gordo que antes", agrega Bowell
Otro factor que desacelera el metabolismo es la edad. En cada década de vida el RMR desciende en un pequeño porcentaje. "En los 30, usted puede ganar peso consumiendo la misma cantidad de alimentos con los que se mantenía en su peso cuando estaba en sus 20".

GORDURA FEMENINA
En materia de dietas no existe la igualdad de sexos. Eso lo saben los dietistas y nutricionistas. Debra Waterhouse -autora de un libro sobre la obesidad femenina- cuenta el caso de una pareja que le solicitó un plan de dietas y ejercicios. Un mes más tarde, pese a haber seguido ambos el régimen diseñado al pie de la letra, el hombre había perdido cuatro kilos mientras la mujer había ganado uno. La nutricionista se dio cuenta entonces de que hay una gran diferencia entre las células grasas masculinas y las femeninas.
Según la especialista, las hormonas sexuales de la mujer la hacen perder grasa más lentamente . "Infortunadamente usted no puede hacer mucho acerca de sus niveles naturales de estrógenos, pero es importante saber que el estrógeno adicional obtenido en los anticonceptivos orales, o en las terapias de reemplazo tras la menopausia, pueden aumentar la eficiencia de las células para almacenar grasa", señala. La utilización de la píldora puede aumentar en un 3 por ciento la grasa corporal. Igualmente, los altos niveles de estrógenos durante el embarazo contribuyen al almacenamiento de grasa.

GORDURA CULTURAL
La causa más común de la gordura, sin embargo, no está relacionada con los genes ni con el género. Se debe a comer mucho y moverse poco. Y estos malos hábitos son literalmente alimentados desde la infancia. "La mayoría de nosotros crecimos con dietas altas en grasas y tenemos problemas para alterar la noción de lo que constituye una alimentación saludable. Por eso el 90 por ciento de los obesos sufre gordura cultural", anota Brownell.
Un factor adicional que incide en el fracaso de las dietas es el autoengaño. "Las personas con problemas de peso no consideran que comen más de lo que deben ni que se mueven menos de lo que deben" dice la especialista de Yale. Una investigación reciente, realizada entre 220 adultos de Nueva York que tenían un RMR normal, lo demostró. A los participantes se les pidió anotar su consumo diario de calorías. La gran mayoría señaló que consumía menos de 1.200 calorías. Cuando los investigadores compararon sus cálculos con los datos reales, encontraron que estaban consumiendo más de 2.000 calorías al día. Y lo mismo sucedió con el ejercicio. Mientras los participantes estimaban que estaban quemando mil calorías por día, la cantidad real era 770. "Quienes siguen una dieta de conteo de calorías y ejercicio no mienten en forma consciente -dice Brownell-. La mayoría son víctimas de un problema común: querer complacer a quien les controla el peso".
Si bien los científicos consideran que los genes desempeñan un importante papel en el sobrepeso, dicen que ser gordo no es un destino. Los malos hábitos alimenticios, las frecuentes dietas yo-yo, el comer mucho y hacer poco ejercicio son factores que contribuyen. La buena noticia es que la gordura es una tendencia pero no una sentencia. Si en su herencia hay genes grasos, estos sólo lo llevarán a la obesidad si los alimenta con una dieta alta en grasas y una vida sedentaria. -