NI SE COMPRA NI SE VENDE

Los intentos del gobierno griego por vender el famoso yate "Cristina" de Onassis levanta enérgicas protestas.

23 de noviembre de 1992

POR SEGUNDA vez en este año el gobierno griego ha sacado a la venta el lujoso yate "Cristina" que una vez fue propiedad del magnate griego Aristóteles Onassis. Pero más que compradores, el anuncio ha levantado enérgicas protestas.
Hace unos meses, el famoso barco, al que el gobierno ha cambiado el nombre de "Cristina" por el original: "Argo", fue puesto en subasta con un precio base de cuatro millones de dólares, el cual fue estimado muy alto por los interesados. Las ofertas más altas no llegaron ni a la mitad de esa suma.
Pero ahí no pararon los problemas. Para muchos griegos es una verguenza que el país con la más grande flota naval en el mundo venda un barco que es símbolo de su más exitosa industria. Harry Tzalas, presidente del Instituto Helénico para la Preservación de la Tradición Náutica encabeza la protesta con el argumento de que el yate, de 100 metros de eslora y 50 años de construido, debe ser convertido en un museo permanente. Como tal, sus salones también podrían ser utilizados para atender invitados especiales, destino que el mismo Onassis había imaginado cuando lo legó al Estado para que fuera el yate presidencial.
Lo cierto es que en los últimos años el barco ha estado anclado y olvidado porque el gobierno no tiene presupuesto para su mantenimiento. Desde agosto, cerca de 40 banqueros, industriales y navieros de Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Mónaco y Grecia han visitado este palacio flotante y lamentado que los objetos personales de Aristóteles Onasis y de sus hijos Cristina y Alexander hayan sido retirados, porque la gran mayoría de los interesados ha manifestado sus intenciones de convertirlo en un casino o en un restaurante. Destino que para muchos griegos suena a "sacrilegio".