OTRO MILAGRO ALEMAN

Una dinámica pareja de alemanes está detrás de Escada, la último en moda femenina.

1 de abril de 1991

Si alguna vez la sóla mención de palabras como Chanele, Dior o Valentino constituían una contraseña inconfundible para los elegantes, hoy esos mismos le han dado la bendición a Escada, la etiqueta que está marcando el último grito en la moda. Todo el que se precie de ser un maniquí andante que jamás cae en la penúltima moda, tiene que tener un vestido, una maleta o un accesorio Escada.

Lo novedoso de Escada no es tanto su estilo -una mezcla de lo clásico con lo moderno como el hecho de que sus creadores, lejos de ser franceses o italianos como lo han sido hasta ahora los grandes papas de la moda, son alemanes. Hasta ahora los alemanes eran mundialmente conocidos por su gusto y precisión en la fabricación de carros (Mercedes Benz y BMW) y por ostentar la paternidad de las mejores cervezas del mundo. Pero los terrenos de la moda femenina y masculina habían sido siempre acaparados por los sensibles mediterráneos. Hoy, esa larga tradición la está cambiando una pareja de alemanes, Wolfgang y Margaretha Ley, quienes a partir de un discreto taller de tejidos, iniciaron hace 16 años un negocio de confección. Hoy en día su marca Escada tiene ventas anuales de más de $700 millones de dólares. Su etiqueta se puede encontrar en más de 27 passes y cubre una gama de ropa, accesorios y perfumes.
Pero el éxito de Escada es más que un muy buen negocio o un excelente cubrimiento en el mundo. La firma alemana ha logrado conquistar al público aficionado al buen vestir, convirtiéndose en ese nombre que cada tanto dominó una época en la moda.
La clave parece ser la compenetración de una pareja que ha unido esfuerzos separando habilidades.