ALZHEIMER

Para no olvidar

Por fin algo nuevo sobre el Alzheimer. Cuatro investigaciones recientes dan nuevas esperanzas en el tratamiento de esta enfermedad.

8 de febrero de 2004

A medida que la raza humana se ha hecho más longeva, el mal de Alzheimer se ha convertido en una de las enfermedades que más genera temor e inquietud en la población. Lo primero se explica porque las posibilidades de padecerla no son iguales a las que una persona enfrenta cuando juega a la ruleta rusa: o se gana o se pierde. Lo segundo sucede porque para la ciencia, el

Alzheimer sigue siendo una de las condiciones más misteriosas. No se sabe cómo aparece, qué factores predisponen su desarrollo, ni mucho menos se ha podido encontrar un tratamiento para curarla. 2004, sin embargo, pinta bien para esta enfermedad. Sólo en las cuatro primeras semanas del año una serie de revistas científicas dieron a conocer estudios que muestran importantes progresos en diferentes frentes, lo cual ofrece esperanzas a muchas familias que hoy viven este drama.

Uno de los más interesantes es el de la combinación de medicamentos publicado en el Journal of American Medical Association. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Rochester, concluyó que dos drogas que alteran la química del cerebro en forma diferente son efectivas para detener el progreso de la enfermedad cuando se toman en forma simultánea. El estudio involucró a 400 pacientes que fueron observados durante un año. A estos voluntarios se les estaba tratando con un viejo medicamento conocido como donepecilo, que sirve para proteger al neurotransmisor acetilcolina, necesario para la comunicación entre las neuronas. A su tratamiento se le agregó otro medicamento que la Food and Drug Administration (FDA) aprobó en octubre pasado. Se trata de la memantina, el cual bloquea la producción exagerada de glutamato, químico que causa la muerte de las neuronas.

En las pruebas de conocimiento, pacientes que tomaron este combo de drogas tuvieron mejor desempeño y un mejor puntaje en calidad de vida que aquellos que sólo tomaron un placebo y donepecilo. Lo relevante es que esta combinación es efectiva para pacientes con Alzheimer moderado y severo, fases en las que es muy difícil tener un buen tratamiento. "Hay nuevas evidencia de la utilidad de estas dos drogas y es aplicable ya mismo, pero es más útil cuando se da desde el comienzo de la enfermedad, lo cual hace que el diagnóstico precoz sea muy importante", dice el gerontólogo y médico familiar Silvio Velásquez.

La otra noticia tiene que ver con la prevención. Desde hace tiempo se sabe que las vitaminas E y C son grandes aliados de los pacientes con esta enfermedad, gracias a su acción antioxidante. Estas vitaminas hacen un barrido de los radicales libres, moléculas que se generan durante el metabolismo y destruyen la estructura celular, y las neuronas son bastante sensibles a ellos. Un estudio realizado por científicos de la universidad Johns Hopkins y publicado en la revista Archives of Neurology mostró que estas dos vitaminas trabajan mejor juntas que por separado para prevenir el envejecimiento del cerebro. Pero la dosis para obtener este beneficio debe ser alta y diaria, aproximadamente 400 unidades internacionales de vitamina E y 500 miligramos de vitamina C. La dosis recomendable para los adultos en el momento es de 22 unidades para la primera y de 75 a 90 para la segunda, niveles que se encuentran en los suplementos alimenticios. El estudio fue realizado entre miles de ancianos residentes en Cache County, Utah, que fueron observados durante varios años. Los expertos encontraron que quienes tomaban las vitaminas en altas dosis tenían un aspecto más joven, mejor desempeño mental y mejor estado de salud que otros grupos. Con estos datos pudieron establecer que el riesgo de

Alzheimer se reduce en 78 por ciento. Sin embargo, este resultado debe ser "corroborado con nuevos estudios antes de poder tener conclusiones firmes sobre el efecto protector de las dos vitaminas", aseguró Peter Zandi, director de la investigación.

Y en el tema de la prevención, la semana pasada también quedó claro que si se protege el corazón también se protege el cerebro. Esto significa que la estrategia de llevar una dieta balanceada, controlar el peso y hacer ejercicio no sólo reduce el riesgo de enfermedad

coronaria sino también de Alzheimer. Esta teoría conocida como la hipótesis vascular no es nueva. Una investigación realizada en los años 80 fue la que marcó la primera coordenada en esta dirección. Analizando los cerebros de personas que morían en diferentes tipos de accidentes, el neuropatólogo Larry Sparks encontró que muchos tenían las placas amiloides, al parecer causantes del daño cerebral en estos pacientes. Sparks notó que estas placas se encontraban tres veces más en personas que sufrían enfermedad coronaria. Otro estudio realizado en 2000 entre una población de hombres japoneses norteamericanos encontró una conclusión similar al establecer que los pacientes con presión diastólica en 90 (la segunda de las dos cifras de la lectura de la presión arterial) tenían mayor riesgo de desarrollar demencia que aquellos que la tenían en 80, en quienes se demoraría de 20 a 25 años más. También notaron que el riesgo disminuía cuando las personas se trataban esta condición. En estos últimos tres años, la evidencia ha crecido lo suficiente como para alentar a la Asociación de Alzheimer en Estados Unidos a lanzar próximamente una campaña masiva de concientización sobre este tema. Obesidad, arteriosclerosis, alto colesterol y niveles altos de homosisteína, todos factores de riesgo coronario, contribuyen también al Alzheimer. El caso particular del cigarrillo es interesante: fumar moderadamente dobló o triplicó el riesgo de Alzheimer en dos estudios. Con esta nueva evidencia asumir un estilo de vida sano cobra mucha más importancia pues se puede matar dos pájaros de un tiro.

El diagnóstico precoz es importante para evitar el desarrollo e impacto de cualquier enfermedad. Pero en el caso del Alzheimer, eso era casi imposible pues no había un aparato capaz de mirar el cerebro para advertir este tipo de daños. Las placas sólo se podían analizar cuando el paciente había fallecido. Un nuevo agente desarrollado por científicos de la Universidad de Pittsburgh y dado a conocer la semana pasada en Annals of Neurology permitiría mirar estas placas tanto para establecer un diagnóstico como para seguir el desarrollo de la enfermedad. El compuesto es una especie de tinte radioactivo que se radica en las placas amiloides. El tinte permite el uso de tomografías de positrones o PET para observar el área de interés. "No sólo podremos ver cuándo se forman sino también ver si un medicamento disminuye o aumenta estas placas", dijo William Klunk, director del estudio.

A pesar de estos avances aún no existe cura para esta temible enfermedad, que cada día ataca a más personas en el mundo. Con los últimos hallazgos, sin embargo, aumenta la esperanza pues en la práctica será posible que las familias que tienen un paciente con este mal puedan disfrutarlo por mucho más tiempo y en mejores condiciones.

Contactos fundaciones:

Asociación Colombiana de Alzheimer

Contacto: Constanza Hernandez

Tel 5219401

Fundación Acción Alzheimer

Contacto: Claudia Barón,

Tel: 2180491, 2181492

Fax: 2565698

Mail: afacol@hotmail.com



Grupos interdisciplinarios de profesionales:

- Grupo de investigación de las demencias, en la Universidad Nacional. Instituto de Genética. Dr. Humberto Arboleda. En la Universidad Javeriana, -Clínica de memoria, piso 8 del hospital San Ignacio. Dr. Carlos Cano, funciona los viernes en la mañana, pero atienden todos los días en horas de oficina en el Instituto de Envejecimiento, en el mismo lugar.



Otro contacto:

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