P S I C O L O G I A

Pataletas en el aire

El miedo a volar puede tener como consecuencia un extraño síndrome: la rabia aérea, condición que ha aumentado en el mundo.

12 de noviembre de 2001

En vuelo de American Airlines que hacía la ruta Los Angeles-Chicago el lunes pasado tuvo que ser escoltado por aviones caza F-16 después de que uno de sus pasajeros intentara entrar en la cabina de los pilotos. Aunque el aparente agresor era una persona con historia de problemas mentales y no un terrorista la noticia alarmó a todos. El 28 de septiembre ya había sucedido un incidente similar en un vuelo de Air Canada que viajaba de Los Angeles a Toronto. El avión tuvo que devolverse a sólo una hora de vuelo porque un iraní que estaba fumando en el baño —lo cual esta rotundamente prohibido— se enfrentó a las azafatas y amenazó con matar a todos los norteamericanos que se encontraban a bordo.

Los casos anteriores evidentemente no eran episodios de terrorismo sino más bien ejemplos de una vieja condición que hoy está alborotada debido a los eventos del 11 de septiembre. Se trata de la rabia aérea, o air rage, un extraño síndrome que padecen aquellos viajeros que se comportan en forma agresiva, hacen alboroto, son violentos y tienen dificultad de seguir las normas de seguridad dentro del avión.

Aunque los pasajeros indisciplinados han sido un dolor de cabeza para las aerolíneas, incluso mucho antes de los ataques de Nueva York y Washington, se espera que la incidencia del síndrome aumente. “Van a existir casos debido a la enorme susceptibilidad que existe en este momento en torno al tema de volar”, afirma el capitán René Márquez, encargado de seguridad de Avianca. Lo mismo opina Manuel Leal, de la Asociación de Transportadores Aéreos de Colombia (Atac). “Todo el mundo está crispado con el tema y las circunstancias actuales hacen que esta condición sea más probable que antes”.

Los expertos señalan que las causas del síndrome tienen que ver con la tensión y el nerviosismo de los viajeros. Esta tensión se acumula debido al tiempo de espera en los aeropuertos, los retrasos en el despegue y las dificultades para embarcar. También influyen la duración del vuelo, el número de pasajeros a bordo, la comida y la prohibición de fumar o de consumir alcohol.

Según la sicóloga Teresa Uribe estos personajes se delatan por su extrema sudoración, por el consumo excesivo de café y alcohol. “Caminan por el aeropuerto, entran mucho al baño, se les ve aislados y temerosos”, indica. Los síntomas del síndrome se aprecian en el comportamiento, el cual se torna mucho más agresivo, no sólo con la tripulación sino también contra los otros pasajeros. También es frecuente la violencia verbal y física. Un estudio realizado sobre una compañía aérea canadiense mostró que el 30 por ciento de una muestra de 400 tripulantes con más de 10 años de antigüedad habían sido intimidados verbalmente por algún pasajero. El 23 por ciento había tenido que intervenir alguna vez en una riña en el aire y el 24 por ciento había presenciado cómo un afectado manipulaba o forzaba una salida.

El miedo a volar es uno de los combustibles de este síndrome pero curiosamente no todos los que tienen esta fobia se vuelven violentos o indisciplinados en el vuelo. Y como el miedo ahora ronda por los aeropuertos las compañías aéreas en el mundo han incrementado las medidas de seguridad con el fin de recuperar la confianza en esta forma de transporte. Además se está capacitando más a la tripulación para el manejo de estos incidentes. En casos extremos la compañía está en todo su derecho de prohibirle el ingreso al avión a esas personas.

La experiencia en Colombia en el último mes ha sido buena. “Los pasajeros han tenido un buen comportamiento y, por el contrario, han aceptado todas las limitaciones impuestas por motivos de seguridad”, afirma Márquez

No obstante, como medida preventiva para evitar un total descontrol a 33.000 pies de altura, la sicóloga Uribe opina que si una persona tiene muchos pensamientos negativos sobre tomar un determinado vuelo o si tiene síntomas fisiológicos como palpitaciones, diarrea o sudoración lo mejor es que se quede en casa.