PATERNIDAD CON SIDA

Investigadores europeos ponen en marcha un polémico tratamiento médico que permitiría a los <BR>hombres con VIH tener hijos sin transmitirles el virus.

10 de mayo de 1999

Los alentadores avances de la ciencia en lo que se refiere a la lucha contra el sida han creado
un sentimiento de optimismo entre los investigadores de todo el mundo, quienes aseguran que la temida
enfermedad ya se puede tratar como una dolencia crónica capaz de controlar. Ante la voz de esperanza
varios equipos médicos han invertido gruesas sumas de dinero en la búsqueda de nuevas técnicas que
permitan a los pacientes llevar una vida lo más normal posible. Uno de los tratamientos más ambiciosos se
está llevando a cabo en Europa _especialmente en España e Italia_, en donde un grupo de investigadores
estudia la posibilidad de que los hombres portadores del virus puedan reproducirse sin infectar a sus hijos. El
polémico método _desechado en Estados Unidos por considerarlo demasiado riesgoso_ se viene practicando
desde hace algunos años en Barcelona y en Milán y se estima que desde 1992 se han realizado alrededor de
2.000 ciclos de inseminación artificial sin que hasta el momento se hayan presentado casos de contagio.
Los científicos atribuyen los buenos resultados del experimento a las características de los
espermatozoides, ya que éstos son las únicas células del líquido seminal que no tienen receptores para el
sida. Según los estudios, el virus se encuentra en forma libre en el líquido seminal, en el interior de los
linfocitos o macrófagos y en el líquido preeyaculatorio. El proceso de limpieza de semen se realiza a través
de varias sesiones de filtrado en las que se aprovecha la movilidad del espermatozoide para aislarlo. Para
comprobar que no existen restos del virus los médicos miden la carga viral mediante la técnica de PCR o
reacción en cadena de la polimerasa. En este experimento sólo el 5 por ciento de las muestras resultaron
positivas. Como era de esperarse, no todos los enfermos son aptos para este tipo de tratamiento pues el
interesado debe cumplir ciertos requisitos. Se prefieren pacientes que ronden los 35 años que tengan un
cuadro estable y estén bajo un estricto control médico. A pesar de lo alentador que se ve a simple vista, los
científicos advierten que las posibilidades de un embarazo por cada intento sólo llegan al 25 por ciento. Las
reducidas opciones de éxito y los altos costos que supone el tratamiento han sembrado dudas entre la
comunidad médica, que ve con recelo el boom que puede llegar a tener este controvertido sistema entre los
miles de pacientes que han visto desvanecer su sueño de ser padres. Si bien esta investigación ofrece una
voz de aliento para los infectados es preciso aclarar que aún es demasiado pronto para cantar victoria, pues
se ha demostrado que el virus muta con una rapidez impresionante, lo cual lo hace muy difícil de detectar
en los exámenes de laboratorio. Aunque por el momento el método ha resultado efectivo, solo cuando se
conozcan los resultados del experimento a largo plazo el comité ético podrá dar una sentencia definitiva
sobre su aceptación como una alternativa válida contra la realidad de que un enfermo de sida tenga que
pensarlo dos veces antes de tener hijos.