La 'Campaña por la belleza real' busca que mujeres con curvas de verdad también hagan parte de los mensajes publicitarios

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¿Patito feo?

El modelo de belleza impuesto por los medios tiene a las mujeres con problemas de autoestima. Una campaña mundial busca cambiar esa situación.

11 de febrero de 2006

¿ Qué es ser bello? Según Umberto Eco, en su reciente Historia de la belleza, bello es todo lo que resulta agradable a la vista. Pero el significado de la palabra cambia con los tiempos y la cultura. Para los griegos y los renacentistas, las mujeres hermosas eran las robustas. También eran bellas las construcciones con una proporción geométrica armónica. Los poetas malditos veían belleza incluso en lo feo y lo grotesco. En la época actual, en la que cada vez son más intensos los intercambios culturales, no parece haber consenso sobre "qué resulta agradable a la vista" y qué no.

Sin embargo, al mismo tiempo, en esta época los medios de comunicación se han encargado de popularizar ciertas ideas de la belleza. Y las mujeres han sido las principales protagonistas y víctimas. ¿Cómo entienden la belleza las mujeres de hoy? Esa fue la pregunta que se hicieron los directivos de Dove, sospechando que los medios masivos difunden una idea de belleza inalcanzable para muchas de ellas.

Para responderla encargaron el estudio más grande sobre este tema realizado hasta la fecha. Participaron 3.200 mujeres de 10 países, con edades entre los 18 y los 64 años. El resultado fue sorprendente. Casi ninguna se siente bonita y piensan que la idea actual de belleza no es auténtica ni alcanzable. "Lo interesante del estudio es que no se concentra en las jóvenes, sino que refleja el pensamiento de mujeres de todas las edades y de diversas partes del mundo", dice Lucrecia Ramírez, siquiatra e investigadora de este tema. El estudio dio pie a una campaña mundial que se denomina 'Por la belleza real', que se lanza esta semana en Colombia y que busca generar conciencia sobre el impacto de los medios de comunicación en el tema.

La investigación contó con la colaboración de las doctoras Nancy Etcoff, de la Universidad de Harvard, y Susie Orbach, del London School of Economics.

Lo primero que se indagó fue hasta qué punto las mujeres se percibían a sí mismas como bellas. Ellas debían escoger de una lista de adjetivos positivos o neutrales, uno con el que se sintieran más cómodas para describir su aspecto. Los primeros resultados no fueron nada alentadores: sólo 2 por ciento de las mujeres del mundo se sienten bellas, y apenas 9 por ciento, 'atractivas' o 'femeninas'. La mayoría escogió términos neutrales, como 'natural' (31 por ciento) o 'término medio' (29 por ciento), para describirse a sí mismas.

Se halló que cuatro de cada 10 mujeres no se sienten para nada cómodas describiéndose como bellas. De hecho, cada vez creen que están más distanciadas del modelo actual de belleza. Además, casi la mitad del total de mujeres encuestadas evalúan su peso corporal como demasiado elevado. Ese mismo porcentaje concordó con la afirmación: "Cuando me siento menos bella, me siento peor conmigo misma en general".

¿Qué idea de belleza se maneja en la sociedad actual para que las mujeres se sientan cada vez menos bonitas? La respuesta de las encuestadas -que por obvia no deja de ser sorprendente- es que la idea de belleza y la de atractivo físico están hoy en día estrechamente relacionadas. "Lo que es más, dice el estudio, ambas se ven como altamente valoradas por la sociedad, pero, al mismo tiempo, como imposibles de alcanzar".

Varias cifras corroboran esta idea. Dos tercios de las entrevistadas están de acuerdo en que hoy se espera que las mujeres sean físicamente más atractivas que la generación de sus madres. Casi la mitad aseguran que las mujeres más bellas tienen mayores oportunidades en la vida, y más del 50 por ciento, que "las físicamente atractivas son más valoradas por los hombres". Una triste percepción, sobre todo porque ellas mismas aseguran que se sienten más bellas cuando son amadas y tienen una fuerte relación sentimental. En otras palabras: mientras se perciben cada vez menos bellas, observan que los hombres valoran más a las atractivas.

Una de las revelaciones más contundentes de la investigación es que, según la percepción general, los responsables de esta situación son la publicidad y los medios de comunicación. En esto estuvo de acuerdo 68 por ciento de las mujeres. "Los medios de comunicación y la publicidad establecen un estándar de belleza irreal que la mayoría de mujeres jamás podrá lograr", dice el estudio, y resalta que esta convicción se hace más fuerte en las mayores de 30 años.

Una alarmante prueba de ello es el caso de las islas Fiji. Allí se introdujo la televisión apenas en 1995, pero ya en 1998 el 11,9 por ciento de las adolescentes estaba en el baño vomitando por la influencia del modelo de belleza que recibían, según reveló una investigación de la facultad de medicina de Harvard.

La buena noticia es que ellas mantienen una actitud crítica. El 57 por ciento concuerda en que "los atributos de la belleza femenina se han transformado en algo estrechamente definido en el mundo de hoy". Para las mujeres, ser bella es algo mucho más rico y complejo que los ideales físicos de un buen cuerpo y un bonito rostro, y opinan que la belleza tiene que ver más con la experiencia vital de una persona y con su autorrealización laboral y afectiva. La gran mayoría cree que "la belleza incluye mucho más de quién es una persona", y que se puede lograr por medio de la actitud, el espíritu y otros atributos que no tienen nada que ver con la apariencia física.

Más aun, sienten que los medios masivos tienen una inmensa responsabilidad cuando comunican su idea de belleza, y les gustaría que cambiaran la forma como la representan. Por ejemplo, quieren que los medios hagan un mejor trabajo al describir a las mujeres con diversos atractivos físicos, es decir, que se esfuercen en mostrar la belleza en las diferentes edades, formas, pesos y tamaños. Están convencidas de que la belleza se puede encontrar en muchos tipos diferentes de mujeres. La campaña pretende fomentar esto. En palabras de Lucrecia Ramírez, lo que se busca es que "las grandes compañías escojan mujeres comunes y corrientes para sus anuncios, en las que las demás se sientan representadas". n