HÁBITOS

Por una buena reputación

Muchas personas no calculan la importancia de cuidar su imagen en la red. Estas son las normas básicas.

José Carlos García R.*
27 de junio de 2010

Al mejor estilo de la historia de Matrix, podríamos decir que todos vivimos en estas épocas una doble vida: una real y una digital o virtual. La segunda, para este caso, hace alusión a la presencia que como amigos, pareja, trabajadores, deportistas y profesionales tenemos en Internet.
Sin hacer una encuesta formal, no es complicado adivinar la cantidad de servicios en línea que tiene la mayoría de las personas jóvenes usuarias de Internet: dos o tres cuentas de correo (trabajo y personales), al menos dos perfiles en redes sociales (Facebook, Linkedln, Twitter, Flickr, YouTube, Hi5, MySpace, etcétera) y un blog, en algunos casos.

Todas estas aplicaciones son, en esencia, repositorios de información que en conjunto hacen parte de nuestra reputación digital. Cada una de ellas refleja una parte de su personalidad, gustos, capacidades intelectuales, familia, amigos, pasatiempos, en fin, suficiente información para que cualquiera pueda hacerse una idea de su carácter y personalidad.

Si bien en un principio, en el nacimiento de las redes sociales, las personas poco se preocupaban por el alcance de su reputación digital, hoy día existe una gran preocupación a todo nivel por los riesgos asociados a la privacidad y seguridad de los usuarios.
Según la empresa Nielsen Ratings, el 63 por ciento de las empresas en Estados Unidos están indagando en redes sociales, en los perfiles de candidatos laborales, como parte del proceso de selección de personal.

Por ello, dentro de las recomendaciones de los expertos vale la pena “hacer entender a la gente que en las redes sociales y las comunicaciones digitales es necesario ser austero, directo, honesto y tratar en lo posible de no emitir comentarios y opiniones negativas, sin argumento, de nadie o nada. En un futuro muy cercano puede devolverse en contra un testimonio negativo”, comenta José Antonio Barraquer, de Microsoft Colombia.

Es por ello que hemos empezado a escuchar casos de personas que han perdido su trabajo o relación sentimental por descuidos en sus comentarios, en su reputación digital.

Datos a la deriva

Otra de las preocupaciones principales en materia de cuidado de información personal en Internet tiene que ver con la seguridad. “Es muy común ver que la gente publica su dirección, teléfonos, fotos de sus hijos, datos del trabajo, de las vacaciones, en fin, una gran cantidad de información que puede llegar a usarse para atentar contra la seguridad física”, explica Daniel Rojas, de la empresa de seguridad Symantec.

Aunque muchas de las herramientas de privacidad y control han mejorado, sobre todo en las redes sociales, aún es relativamente sencillo que personas no conocidas accedan a información personal de alguien, así se tenga bloqueada o restringida la visualización pública.
Por eso preocuparse por la reputación digital es una buena solución. ¿Cómo quiero ser percibido en Internet? La respuesta a esa pregunta debe guiar al usuario a que publique solo aquello que realmente lo defina como persona y profesional, sin que atente contra su buen nombre.

En Colombia, lastimosamente, ya se comienzan a presentar los primeros casos trágicos asociados a este riesgo. El asesinato de una joven en Bogotá a manos de unos muchachos que la contactaron vía Facebook es uno de ellos.

Según la Unidad de Delitos Informáticos de la Dijín, uno de los aspectos más denunciados a diario es precisamente el de delitos asociados a la reputación en línea, como el robo de la identidad digital (secuestro de cuentas de correo o perfiles en redes sociales), montajes, rumores, etcétera.
Por todo esto, lo mejor es que piense unos segundos como un tercero, revise las fotos, estados y videos de su perfil en Facebook, sus mensajes de Twitter, los videos que ha publicado en YouTube, y se pregunte: ¿cómo es esta persona?
 
*Periodista, experto en tecnología, consultor en comunicaciones de Burson-Marsteller