PROHIBIDO ESTORNUDAR

Ahora los japoneses que sufren resfriado o infecciones respiratorias deben usar mascarillas para no propagar sus gérmenes.

12 de octubre de 1992


ESTA VEZ LAS COsas parecen haber ido demasiado lejos en materia de prevención. En vista de que las infecciones respiratorias y el resfriado se han convertido en epidemias recurrentes en la populosa ciudad de Tokio, y son una causa frecuente de incapacidad laboral, las autoridades sanitarias han decidido atacar el problema de raíz con una extrema medida: enmascarar a la población afectada.
En cualquier calle de la capital nipona es común ver pasar a los niños, las mujeres o los obreros llevando el rostro cubierto con una máscara de cirujano. Pero no se trata de que se haya generalizado una fobia a los gérmenes como la que sufre el excéntrico Michael Jackson. En Japón, la utilización de máscaras es la forma responsable en que aquellos que sufren un resfriado o una infección mantienen a los demás protegidos de sus gérmenes. Hoy por hoy en cualquier farmacia de la esquina los afectados por un virus pueden comprar por un módico precio una máscara protectora. Otras máscaras similares que contienen un filtro tratado químicamente, son utilizadas por la gente que sufre alergias para mantenerse fuera del alcance del polvo, el polen, los vapores químicos, el humo del cigarrillo o cualquier alergeno que ronde en el aire.
Aunque hay quienes califican la medida de extrema, lo cierto es que quien haya viajado en el atestado metro de Tokio sabrá la importancia de la medida. Es tal la densidad de la población, que si un japonés llega a estornudar en un lugar público, sus gérmenes alcanzarán a un número considerable de personas, que quedarán contagiadas en forma inmediata.
Y esto en términos de productividad puede ser desastroso.