| Foto: Tomada de Langone Health

ENTREVISTA

¿Puedo cambiar a mi hijo genéticamente para que sea más inteligente?

Art Caplan, uno de los más reconocidos expertos en ética médica en Estados Unidos, habló con SEMANA sobre los más importantes avances en genética y los debates apremiantes que la sociedad debe tener sobre ellos.

25 de noviembre de 2017

Clonación de caballos para polo, edición genética del Adn para corregir enfermedades, modificación genetica de la agricultura y otros avances científicos por el estilo suceden a diario sin generar grandes titulares. Para Arthur Caplan,  profesor de bioética del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, todos, y en especial los jóvenes, que son quienes disfrutarán en el futuro de estos avances, deberían conocer lo que está en juego en este campo y las batallas éticas que se deben dar para evitar excesos y tratamientos riesgosos. Durante un reciente simposio sobre Medicina Personalizada realizado por la facultad de medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, SEMANA habló con el sobre lo aburrido que sería la clonación y  lo disruptivo que llegaría a ser prolongar la vida de la gente por encima de 100 años, así como las ventajas a futuro de la tecnica Crispr. Estas fueron sus respuestas.

SEMANA: ¿Cuáles son las tecnologías o avances que se están dando en el mundo pero de los que muy poco se debate públicamente?

Art Caplan: La terapia genética es una. Esto es, cambiar los genes en el cuerpo para curar enfermedades. La ingeniería genética en animales es otra. Ha avanzado mucho y de eso no se habla. Consiste en lograr animales más fuertes, como ha sucedido con los caballos de polo. También está la genética en la agricultura, para hacer productos más ‘verdes’ y más nutritivos y eso es todavía un problema. Estamos haciendo ingeniería genética a las semillas y alimentos u eso está controlado por grandes compañías, y debemos tener discusiones sobre eso también.

SEMANA: ¿Aún nos ronda la sombra de la clonación humana?

A.C.: Sí, eso tiene una sombra. La gente estaba muy asustada con esto. No se le explicó bien qué era. Por ejemplo, no se le dijo que la clonación humana era difícil de hacer y parecía como si eso fuera a suceder rápido. La clonación humana es aburrida. La mayoría no quiere una copia de sí mismo, sino que preferiría mejorar lo que hay o potenciarlo. Imagínese copiar a Donald Trump con sus defectos, no es interesante. No creo que haya mercado para eso.

SEMANA: Trump no, pero ¿Albert Einstein?

A.C.: Revivir gente muerta no es posible porque el ambiente moldea quiénes vamos a ser tanto como los genes. Si fuéramos a clonar a Jesús no va a existir Belén ni el Imperio Romano. Todas esas cosas que lo convirtieron en quien fue  ya no están y eso es importante.

SEMANA: ¿Qué debe saber entonces la gente sobre la clonación hoy?

A.C.: Habría que explicar la ciencia y lo que se está haciendo. Y no ser demasiado exagerado ni tener falsas expectativas. Veo gente decir que con ingeniería genética vamos a hacer súper bebés. Yo me rio porque es tan lejano. ¡Ni siquiera hemos sido capaces de curar una enfermedad¡ Va a suceder pero será el problema de nuestros bisnietos.

SEMANA: Es una preocupación pero no de hoy…

A.C.: Si las futuras generaciones van a detener esta investigación, la pararán. No tenemos que preocuparnos de eso ahora. No quiero dejar de hacer cosas hoy para curar enfermedades por la preocupación de que en 60 años alguien va a tratar de hacer un súper bebé.

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SEMANA: Los avances en técnicas de edición genética están avanzando rápidamente. Para no ir más lejos está Crispr (por la sigla de  Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, en español “Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente interespaciadas. Se pronuncia crisper y es una herramienta molecular utilizada para editar o corregir el genoma de cualquier célula). ¿Qué nos debe preocupar hoy de esta técnica?

A.C.: Dos problemas con crispr ahora. El primero es que no es tan precisa como uno esperaría y podría hacerle daño a la gente. Lo otro es que la gente que la hace viene de compañías que están muy entusiasmadas en promocionar su tecnología y le dan más bombo publicitario del que merecen. Hubo un experimento en Oregon y lo anunciaron como ‘usamos Crispr para arreglar una enfermedad en un embrión’. Ninguno de los científicos cree que eso pasó; creen que fue sobre publicitado. Uno queda siempre preguntándose quién está tratando de hacer dinero y quién chequeó la ciencia de esa investigación. Estas compañías están buscando cómo recoger inversionistas y recaudar dinero para financiar sus investigaciones.

SEMANA: Pero esos obstáculos, al menos el de la precisión, se van a resolver en el futuro. Cuál será el potencial de Crispr en el futuro?

A.C.: El futuro es bueno. Veremos enfermedades que se van a curar. Creo que vamos a eliminar enfermedades como la hemofilia y porque podremos hacer ingeniería en el genoma para quitar el defecto que la genera y eso será maravilloso. También se acabaran los programas de vacunación porque con Crispr podremos mejorar el sistema inmune con una inyección, posiblemente en los niños. También haremos animales más nutritivos que produzcan menos polución al hacer ingeniería en su cuerpo. 

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SEMANA: Había un pacto entre los científicos de no intervenir las líneas germinales, es decir el óvulo y el espermatozoide o los embriones, para así evitar modificar el ADN de las siguientes generaciones. ¿Existe hoy? ¿Debería existir ese pacto aún?

A.C.: No, y no debería existir. La mejor y más rápida manera de tratar las enfermedades no es dejando que le den y curarlas sino eliminándolas. El viejo temor de intervenir las líneas germinales era por el temor a la eugenesia (mejorar los rasgos hereditarios humanos mediante manipulación genética) y yo creo que no sabemos hacer eugenesia. Lo hacemos con leyes,  como cuando alguien dice no te puedes casar personas de una religión o raza  o cuando se dice no más inmigrantes de México a Estados Unidos. Eso es un tipo de eugenesia y no se necesitan los genes para hacer estas cosas. Si queremos preocuparnos por eugenesia preocupémonos por esos asuntos.

SEMANA: También hay mucha investigación relacionada con detener el envejecimiento o prolongar la expectativa de vida aún más. ¿A usted le gustaría eso? 

A.C.: Hay dos problemas. Nuestra noción de lo que es la amistad, la familia, el matrimonio y la esposa se derrumbaría porque nadie quiere casarse por 150 años. Simplemente no funcionaría. También usted empezaría a perderles la pista a sus bisnietos. ¿Qué significa tener una familia que se extiende por generaciones? El otro problema es que la vida sería aburrida y distante, las personas perderían su identidad. ¿Si vive más de 300 años usted recordará como se sentía cuando tenía 20? Una persona hoy recuerda sus dias de universitario pero si vivo 250 años ya no sería yo. Habrá algo de usted en su yo de 250 años pero no será usted. ¿tiene sentido?

SEMANA: Qué deberían saber los jóvenes sobre los debates éticos en genética de hoy

A.C.: Primero que todo diría que traten de entender la justicia y el acceso a estas tecnologías. ¿Qué se debe hacer para cambiar el sistema para que más gente tenga acceso a ellas? Ese es un reto importante y es un reto para los jóvenes porque ellos van a ser los que enfrentarán esos avances, y no nosotros. El otro es la responsabilidad de usar la tecnología en una manera que ayude: que si es para armas o si es una función recreacional, por ejemplo, para hacer cambios genéticos en las mascotas solo por diversión. Y tercero, cuáles son los beneficios que quieren ver. Si alguien les dice ‘puedo cambiar a su hijo para que sea más inteligente pero es peligroso’ de pronto eso no es un lugar tan atractivo para estar como usar esta tecnología para corregir enfermedades.

SEMANA: ¿Dónde propiciar estos debates o cómo llegarles a ellos?

A.C.: Yo creo que la gente joven debería educarse en estos temas en el colegio, los líderes religiosos deberían promoverlos también y además necesitamos más sitios web creadas por jóvenes donde se promuevan dichas discusiones.

SEMANA: En esas áreas que usted menciona, ¿cuáles son los riesgos más apremiantes?

A.C.: En el campo de las plantas está el riesgo de ir a donde no se debe, entonces es el tema de que hay que tener cuidado con el control. No es claro si hay un accidente genético quién va a pagar por ello, entonces hay que establecer la responsabilidad. En los animales el tema es si les estamos hiriendo o causando sufrimiento solo para nuestra diversión. Ya lo hemos visto con razas de perros que no son muy exitosas y la gente cree que es interesante un perrito que luce de una manera. En las peleas de animales, como las de los perros me parece que no es aceptable hacer animales más fuertes y más malos. Eso no se debe hacer.

SEMANA: y en humanos, ¿qué nos debe preocupar?

A.C.: En humanos nos debemos preocupar por si la gente que está haciendo estos experimentos es competente, si saben lo que están haciendo y si han hecho suficiente trabajo en animales para justificar hacerlo en humanos. Con los humanos también hay que preguntarse si alguien trata de arreglarme algo y no funciona, quién paga. Y si funciona, como voy a acceder a ello. Por último está la consejería.  ¿Quién me va a dar la consejería neutral, independiente del investigador y de la compañía que quiere estudiar esta técnica o producto?

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