QUIEN MANDA A QUIEN

Una encuesta sobre la familia latinoamericana demuestra que los colombianos no son tan machistas como se cree.

26 de febrero de 1990

"¿Y la familia cómo está?". Según los expertos, pocos países podrían responder a esta pregunta con un simple "bien, gracias". Después de la crisis de la última década, la familia aparece como una institución frágil, de la que nadie parece estar seguro. Y mientras se debaten causas y soluciones, el sentimiento general es que la vida familiar hoy es peor que hace una década. Pero no todo está perdido. Una encuesta reciente demuestra que, en Latinoamérica, la familia continúa siendo una institución "altamente confiable". En un continente donde los gobiernos de Estado alcanzan, en total, una confiabilidad del 14%, la familia tiene un 75%. Según la encuesta, realizada en 9 países por la agencia de publicidad Ogilvy & Mather, los cinco países donde la imagen es mayoritariamente positiva son Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y México.
Pero además de credibilidad en la institución familiar, el estudio demuestra que los colombianos no son tan machistas como parecen. En general, los resultados de la encuesta indican que el ancestral machismo latinoamericano ha perdido terreno, al menos en la "pareja urbana", tema del estudio. La investigación -que incluyó más de 2.300 entrevistas con hombres y mujeres, entre los 18 y los 60 años, habitantes de las grandes ciudades, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Uruguay- presenta algunas sorpresas. Por ejemplo: los costarricenses son los habitantes más machistas del continente, mientras los mexicanos pertenecen al grupo de los liberados. En Costa Rica, el 60% de los encuestados estuvo de acuerdo en que quien manda y decide en la relación de pareja es el hombre; asimismo, se oponen a que la mujer trabaje fuera de casa porque "las esposas económicamente dependientes son más obedientes".
Los colombianos, en cambio, están en el grupo de avanzada, con Argentina, Brasil y Uruguay. Un número significativo de parejas colombianas es partidario de compartir responsabilidades y manifiesta una visión más moderna de las relaciones de pareja. Son también los que más resaltan la importancia de la educación sexual y se muestran más preocupados por la influencia que la crisis de familia tiene sobre la vida de los hijos. Sólo un 5% de los colombianos pertenece al club de los padres puritanos y maridos carceleros. Y aunque en la práctica poco se nota, el estudio señala que a nivel doméstico los colombianos también son muy democráticos: el 89% piensa que la familia debe tomar decisiones en conjunto. El 88%lo considera que el hombre debe compartir con la mujer las tareas domésticas y el 84% cree que la mujer debe compartir con el hombre la responsabilidad de mantener la casa. Junto con lós uruguayos, son los que están menos preocupados de otorgar al hombre el manejo de la economía del hogar: sólo el 29% piensa que el marido debe controlar los gastos de la casa.
Pero si en las cuestiones económicas los colombianos comparten responsabilidades con sus esposas, no sucede lo mismo a la hora de decidir sobre la cantidad de hijos de la pareja. Mientras el 40% de los costarricenses cree que es la mujer la que debe decidir, sólo el 11% de los colombianos está de acuerdo con que sea ella la que lo haga. En cambio, el 52% afirma que "es bueno que la madre trabaje fuera de casa, porque así los niños se vuelven más independientes". Según los datos de la encuesta, los países donde más se limita la actividad de la mujer al hogar y al cuidado de los hijos son Costa Rica, Ecuador y El Salvador.
Ecuatorianos y salvadoreños son los más claros exponentes de la doble moral. Son los que más condenan la infidelidad femenina pero también los más tolerantes con la masculina. Costarricenses y mexicanos son los que más se oponen a las relaciones sexuales antes del matrimonio y defienden la restricción de las amistades a la mujer casada. Y los uruguayos, que parecen ser los "suecos" de Latinoamérica, son los que menos se preocupan por la virginidad femenina y los que otorgan mayor libertad e independencia a la mujer.
Si dependiese de los costarricenses, ecuatorianos y salvadoreños, la mujer latinoamericana debería continuar obedeciendo al marido. Y mientras mexicanos y chilenos no han definido su posición al respecto, los uruguayos, argentinos, colombianos y brasileños adoptan una actitud más moderna y democrática de la concepción de familia dejando atrás el modelo tradicional en el que el hombre gobierna a la mujer y a los hijos.
Otro punto interesante en este estudio es el que se refiere a los factores de unión de la familia. En términos generales, los colombianos consideran que el diálogo con los hijos, la estabilidad económica y la división de responsabilidades entre marido y mujer son factores importantes.
Lo que parece quedar en claro con este estudio es que aunque la imagen de la familia tradicional continúa siendo un modelo ideal, los colombianos se encuentran a medio camino de lograr un equilibrio doméstico con un nuevo modelo de familia, donde se conserven los valores morales pero se equiparen las cargas y las responsabilidades dentro de un marco de mayor libertad. Y en el conjunto de los países latinoamericanos, Colombia aparece en el grupo de avanzada de esa transformación. La buena noticia del informe es, sin duda, que los colombianos no son tan machistas como parecen.