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Quijotes de la educación

Un boyacense y su esposa tuvieron una vez un sueño. Este se ha hecho realidad a través de la Fundación Universitaria de Boyacá.

16 de diciembre de 2002

Hace 23 años Osmar Correal decidió hacer un alto en el camino. El haber sido jefe de la División de Educación de Planeación Nacional, profesor e investigador de las Universidades de América, Javeriana, los Andes, entre otras, y el haberse desempeñado como rector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc), de la Piloto y de la Universidad Nacional, eran prueba suficiente de que su vocación era la educación. Sin embargo, a pesar de que generalmente quienes tienen esta inclinación prefieren enfocarse a la docencia, Osmar optó por medírsele a un reto mayor: le apostó a fundar en Tunja la primera universidad privada de Boyacá.

El panorama no era muy alentador: "En ese entonces y hasta hoy ha sido muy difícil que un proyecto de esa magnitud surja en Boyacá por el temor al fracaso. Después de todo en los últimos años el deterioro del departamento ha aumentado: quiebra de las empresas de carrocerías en Duitama, la de las empresas del parque industrial de Sogamoso y las industrias de licores", cuenta. A este factor se sumaba el hecho de que la mayoría de jóvenes de provincia suelen preferir estudiar en las grandes ciudades.

Pero pese a los pronósticos adversos llama la atención que lo que comenzó sólo como una aventura quijotesca, con 25 estudiantes ubicados en una pequeña casa dos décadas después sea una universidad con cerca de 80.000 metros cuadrados de terreno, 4.600 estudiantes y 385 profesores, además de 215 funcionarios de planta. Más inusual es aún el hecho de que esta obra sea el producto de un sueño de amor construido por una pareja, pues para darle vida a la Fundación Universitaria de Boyacá Osmar, quien es el rector, no estuvo solo. Lo ayudó su esposa, Rosita Cuervo, quien en otras épocas fuera su compañera de estudio. Ella, al igual que su esposo, siempre estuvo vinculada al tema de la educación, tanto en Planeación Nacional como en el Icetex y el Icfes, y decidió apoyar su idea, aunque un poco escéptica. Hoy es la presidenta del consejo directivo de la institución y se siente orgullosa de que dos de sus tres hijos hayan escogido la universidad para estudiar.

El objetivo de ambos no sólo era retener a la población estudiantil del departamento sino convertirse en una opción importante para los de otras regiones. Y lo han logrado porque por la universidad ya han pasado 4.012 estudiantes de pregrado, 741 de posgrados y 122 de diplomado, todos egresados que en su mayoría provenían de Boyacá, Meta, Santander, San Andrés, Tolima y Huila. Pero sin duda la mayor evidencia es el hecho de que estudiantes de otros países, como Argentina, México y Brasil, también se hayan sentido atraídos por los programas que ofrece la fundación, algo que les facilita los convenios internacionales con 18 universidades del mundo.

UniBoyacá es pionera en la carrera de ingeniería sanitaria y ambiental. Con su programa abrió sus puertas y recientemente recibió la acreditación. No es casualidad que esto haya sucedido: desde hace algún tiempo los estudiantes ayudaron a la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales domésticas, que recogen de diferentes barrios y que ya tratadas son vertidas en un humedal. Además, gracias a un laboratorio ambiental con tecnología de punta, han prestado servicios a diferentes municipios y empresas, analizando la calidad de sus aguas y del aire.

También inició con administración de empresas. "La idea es que los alumnos despierten su creatividad empresarial", afirma Osmar. Por esta razón desde hace ocho años se organizaron una serie de ferias, en las que estudiantes y egresados presentan las empresas que han creado. Lo novedoso es que reciben la visita de posibles compradores de diferentes lugares del país. A la par con esta iniciativa los estudiantes de administración y negocios internacionales realizan proyectos con las cámaras de comercio para promover la exportación de productos de Boyacá, como es el caso de la cebolla a Panamá, México y Estados Unidos.

El haber recibido reconocimientos como la Orden de Democracia Cruz de Comendador de la Cámara de Representantes, que la Universidad haya sido aceptada en la Asociación Internacional de Universidades con sede en la Unesco, que Osmar sea miembro del consejo directivo de este organismo y que este año el Icfes haya determinado que el programa de derecho de la universidad se encuentra entre los 16 mejores a nivel nacional (de 54 que se presentaron) son motivos de satisfacción para la pareja Correal-Cuervo.

Pero para ellos apenas es el comienzo y ahora tienen la energía puesta en un terreno de 8.000 metros cuadrados, donde recientemente se inició la construcción de la Clínica Universitaria Leonardo da Vinci. La idea es tener en un solo edificio consultorios, farmacias, incluso un área comercial con bancos, cafetería, cine y una tienda universitaria. Todo esto para una familia que nació del sueño de una pareja y que hoy cuenta con más de 5.000 integrantes.