REGALE UN POEMA

La acogida al nuevo servicio de la Casa de Poesía Silva ha demostrado que el gusto por la poesia se ha apoderado de las nuevas generaciones.

18 de octubre de 1993

LA SEMANA PASADA LA CASA DE POESIA Silva se llenó de enamorados. Pero no se trataba de parejas en busca de un rincón romántico para contarse sus cuitas, o de los habituales asistentes a las tertulias o lecturas de poemas, sino de solitarios enamorados que desfilaban por los corredores de la vieja casa de La Candelaria en busca de un poema de amor.
A medida que el fin se semana se acercaba, enamorados de todas las clases y condiciones -jóvenes y adultos, correspondidos o despechados, ilusionados y nostálgicos- iban llegando tras los versos de Neruda, Borges, Lorca, Benedetti, Silva, De Greiff, Rubén Darío, Alberti, Carranza, Rimbaud o Machado. El propósito era el mismo: encontrar el poema perfecto para regalar y conmover así el corazón de sus amados.
Es este de un nuevo servicio implantado por la Casa de Poesía Silva, llamado "Poesía a la carta", mediante el cual una persona puede elegir sus poemas preferidos, que están almacenados en un computador, y recibirlos impresos en fino papel Kimberly color pastel. Y si lo desea, empacados en una carpeta bajo el título de "Poemas de amor", o "Poemas para ti". Desde que se inauguró, hace poco más de un mes, el servicio ha atraído entre 20 y 25 personas diarias, en su mayoría jóvenes amantes de la poesía que quieren tener impresas algunas poesías de sus autores favoritos.
Pero la pasada semana hubo en la Casa Silva una verdadera avalancha de enamorados. Entre las nueve de la mañana y las seis de la tarde, un promedio de 51 personas acudieron diariamente en busca del romántico regalo. Mientras unos elegían un apartado rincón para leer el extenso catálogo de poesías disponibles o escoger los versos preferidos de un autor determinado, otros más, conocedores del género llegaban ya con su lista elaborada y no faltaban los aspirantes a poetas que traían manuscrito el fruto de sus desvelos para poder entregarlo impreso a la musa que lo había inspirado.
Si hasta ahora el servicio habia sido utilizado casi exclusivamente por los amantes de la poesía, la semana pasada la clientela fue simplemente de amantes... Amantes tímidos que buscaban en los poetas la palabra precisa que transmitiera toda su nostalgia o su ilusión. Amantes atribulados que recurrían a los grandes del género para encontrar el verso perfecto que pudiera ablandar el alma de su esquivo amor.
Amantes lanzados que querian transmitir toda la fuerza de su pasión con la delicadeza de un soneto. Amantes románticos que no encontraron en las tarjetas comerciales la calidez suficiente para expresar todo su sentimiento... En fin, enamorados que en una escena extraña hacían fila ante un computador para obtener un verso de los grandes poetas universales, latinoamericanos o colombianos, los cuales iban por lo general acompañados de almibaradas dedicatorias de su propia inspiración.
El precio de cada poema impreso es de 500 pesos (400 para estudiantes) y 600 la carpeta, que es opcional. Mauricio Duque, uno de los jóvenes que atienden el servicio señala que de los 600 poemas almacenados en el computador de autores de todas las épocas, nacionalidades y escuelas los preferidos en materia de amor son Neruda, Benedetti, Alberto Angel Montoya y Silva. Pero lo cierto es que desde Baudelaire hasta Gonzalo Arango son solicitados por la clientela, en su mayor parte compuesta por hombres. "Pero no porque a las mujeres no les guste la poesía -aclara-. Ellas por lo general llevan libros. Pero cuando vienen a buscar un poema para regalar, generalmentes se quejan de que no haya poetisas que escriban versos especialmente para ellos".
No obstante el servicio no sólo ha sido la tabla de salvación de los enamorados. Algunos lo utilizan para formar una antología personal, con sus poemas favoritos; hay también quienes buscan poemas a la madre o alumnos rajados que recurren a ese detalle como una bandera blanca ante sus profesores. Y no han sido pocos los casos en los que la directora de la Casa de Poesía Silva, María Mercedes Carranza, ha tenido que asumir como consejera sentimental para ayudar a los novios alejados, a los amantes despechados o a los maridos con complejo de culpa a encontrar el poema adecuado.
Pero no sólo eso. Para algunos poetas en busca de editor, el servicio les ha proporcionado un consuelo, pues es una forma económica de ver sus creaciones en letra de molde, así sea una copia única para uso personal. La impresión de poemas propios tiene un costo de 800 pesos.
Lo cierto es que la acogida que ha tenido "Poesía a la carta" demuestra que los jóvenes colombianos son más románticos de lo que parecen. Al igual que sucedió con los boleros, el gusto por la poesía parece haberse apoderado de las nuevas generaciones. Y como poesía y amor siempre han ido de la mano, la idea de la Casa de Poesía Silva le ha devuelto su función como mensajera del amor. Porque de lo que no cabe duda es de que regalar poemas fue el toque romántico que este año tuvo el comercial día del amor y la amistad. -