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Ring... ring

Cambiar el tradicional timbre del celular por el éxito musical del momento se ha convertido en una de las modas preferidas de los jóvenes. La industria de la música canta de felicidad.

20 de marzo de 2005

Cuando suena su celular, Mónica Gómez no escucha el típico ring ring de los teléfonos sino una voz grave que dice "Atiende, atiende, es la voz de tu conciencia". Ella ya sabe que quien llama es su esposo porque desde que compró el aparato asoció ese sonido al de su número telefónico. Lo mismo hizo con sus contactos más cercanos para poder identificar esas llamadas especiales y no tener que correr de un extremo a otro a averiguar quién está buscándola. Cuando llama su pequeña hija desde la casa suena la canción de la serie Barnie, y si es su mamá se escucha el tema de Misión Imposible, "porque ella dice que conseguirme a mí es muy difícil", afirma Mónica. A sus amigas las identifica con el tema de Sex and the City, su serie preferida.

A simple vista esta posibilidad que brindan los teléfonos móviles no pasa de ser un asunto curioso. Sin embargo, descargar estos timbres se ha convertido en una de las prácticas más atractivas para los usuarios de celulares entre 15 y 35 años y, por consiguiente, en uno de los mercados más prósperos de la telefonía móvil; un negocio en el que ganan no sólo los operadores del servicio local, quienes cobran cerca de 4.500 pesos por 30 segundos de una canción, sino también los autores de los temas, que reciben regalías por cada canción descargada. Con este auge, los compositores han visto cómo se robustecen sus ganancias en una época en la que éstas se habían visto amenazadas por el fenómeno de la piratería de discos.

Según el grupo ARC, consultores en tecnología de Londres, en 2003 las ventas de ringtones en el mundo representaron 3,5 mil millones de dólares, 40 por ciento más que en 2002. En Estados Unidos, según la firma Yankee Group, en 2003 se registraron ventas entre 50 y 80 millones de dólares por este concepto en ese país. En Latinoamérica el furor se empieza a sentir. Según un estudio hecho por Pyramid Research, en 2004 se realizaron cuatro millones de descargas de ringtones en el continente.

Esta área de negocios ha ido creciendo de tal manera que la revista Billboard decidió a partir de octubre pasado publicar una lista especial con el top 10 de timbres de celular más escuchados de Estados Unidos. Geoff Maylfield, encargado de este trabajo, le dijo a SEMANA que hacer la lista era una declaración, para quienes no lo creían, "de que los jóvenes sí están interesados en la música". Y de qué manera. Pagan tres veces más por un fragmento de 30 segundos de una melodía (2,99 dólares) que por la versión original (que cuesta 99 centavos). Mayfield señala que hay una correlación entre los éxitos de esta lista y los de las canciones que suenan en la radio. Un timbre que llega al número uno ha registrado cerca de 90.000 descargas en la semana, lo que representa una fuente de ingresos insospechada para los compositores.

Los tonos de los primeros teléfonos eran monofónicos y los timbres sonaban como si una persona pulsara con un dedo las teclas de un piano para reproducir una melodía. Ahora la mayoría de aparatos vienen con timbres polifónicos en los que se escucha, además del punteo, un bajo y uno o dos instrumentos más. A la calidad de los tonos se sumó otra situación. Los productores de celulares comenzaron a fabricar modelos que permitían personalizar las pantallas y los timbres, con lo cual buscaban darle solución al problema de no poder identificar el celular propio en un mundo cada vez lleno de estos aparatos. "Pero nunca nos imaginamos que iba a desembocar en esto", dice Jorge Aguilera, gerente de comunicaciones de Nokia para América Latina. La fiebre de los ringtones fue subiendo porque la gente encontró allí la opción para reflejar sus gustos y su personalidad. Para Christian Belke, de Celumanía, un portal que provee este tipo de contenido en Colombia, el éxito de los ringtones tiene que ver con la moda. "Todo el mundo quiere tener el último éxito pegado a su celular", dice.

En Colombia se dispara la descarga de un ringtone cuando hay un concierto de un artista, como sucedió con Diomedes Díaz. Juanes y su Camisa negra también ha sido un éxito no sólo en la radio sino en las listas de ringtones. La melodía de Nadie es eterno en el mundo, de Darío Gómez, es otro de los timbres más populares. Según María Victoria Aramas, de EMI Publishing, los artistas tienen el derecho a no participar en este negocio. Algunos como Carlos Vives y Shakira tienen sus repertorios restringidos para este uso y Los Beatles sólo han permitido transformar en ringtones algunas de sus canciones.

Pero aun con estas restricciones, las posibilidades de hoy son enormes. Se pueden conseguir los éxitos de la temporada, temas de películas, sonidos de animales (como el maullido de un gato, el mugido de vaca o el relinche de un caballo) e incluso la voz de personajes famosos como Antonio Banderas que le pide al usuario que conteste la llamada. También sonidos como la sirena de una ambulancia, el llanto de un niño o la voz de una mujer que dice: "¡Me tienes abandonada!". Pero hay que tener cuidado con la selección. En una oportunidad una joven ejecutiva se encontraba en una reunión con sus jefes cuando se oyó el grito desgarrador de una mujer. Todos quedaron paralizados, pero luego le dirigieron una mirada de pocos amigos cuando se dieron cuenta de que era el timbre de su celular.

Lo más interesante en el tema de los ringtones está por venir. En algunos países de Asia y Europa los timbres son reales y lo que se escucha es la canción original y no una copia. Además será posible personalizar el ringback, es decir, cambiar el bip bip que se escucha cuando se hace una llamada por un fragmento de una canción. También se espera que se puedan descargar videos del artista y que se activen cuando llama una persona determinada.

El negocio es muy lucrativo y sus posibilidades son enormes pues los usuarios tienden a aburrirse muy pronto del tono que acaban de descargar y siempre están buscando nuevas opciones. Según Guliana Barbosa, de Telefónica, son los servicios de valor agregado, como los ringtones, las pantallas, los juegos o los videos, los que van a mejorar el negocio de la telefonía celular pues cada vez estos aparatos se convierten en una herramienta indispensable para muchas cosas: tomar fotos, escuchar radio, grabar videos, organizar la agenda, enviar mensajes de texto y jugar. Ah, y también para hacer llamadas.