SANGRE CALIENTE

Estados Unidos autoriza a 30 pacientes de sida a someterse a un arriesgado procedimiento experimental, el cual parece neutralizar el virus.

13 de febrero de 1995

SE CONOCE COMO HIPERTERMIA, Y desde hace unos años científicos de distintos países, como Italia y México, lo han ensayado como tratamiento experimental contra el sida. Consiste básicamente en calentar la sangre de los pacientes hasta 42 grados centígrados para neutralizar al virus fatal. Los resultados, sin embargo, han sido tan variados que aún no existe un consenso científico sobre sus efectividad. Mientras algunos pacientes han visto desaparecer los síntomas como por arte de magia, en otros la enfermedad ha seguido su curso inevitable y algunos incluso han muerto en medio del procedimiento. Ahora el controvertido tratamiento, que hasta la semana pasada estuvo prohibido en Estados Unidos, ha recibido luz verde por parte de las autoridades federales de salud.
Treinta pacientes de sida han sido autorizados a participar en un procedimiento experimental de hipertermia. El tratamiento consiste en extraer la sangre del paciente y, por medio de una máquina especial, calentarla hasta 45 grados centígrados para luego reinsertarla, caliente, hasta que la temperatura del cuerpo llegue al peligroso nivel de los 42 grados centígrados. En los últimos años algunos especialistas han afirmado que con este procedimiento es posible neutralizar o matar el virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Sin embargo las autoridades federales de salud de Estados Unidos lo habían prohibido desde 1990, cuando se descubrió que el primer paciente sometido a dicho tratamiento realmente no sufría de sida.
A pesar de las reservas que todavía existen sobre el tratamiento, hace unos días la FDA (Food and Drugs Administration) de Estados Unidos otorgó permiso a la sociedad IDT Inc. y Hemo Cleanse Inc., fabricantes de las máquinas, para realizar las pruebas. Según las compañías, ya están en condiciones de llevar a cabo el procedimiento en forma segura, es decir, manteniendo constante la composición química de la sangre para evitar que las altas temperaturas puedan dañar las células del cerebro a los pacientes.
La autorización a este grupo de enfermos significa una victoria en una larga guerra que desde hace cuatro años libra un paciente de sida, Chuck De Marco, funcionario municipal de la localidad de Union City, N.J., Estados Unidos, quien asegura haberse curado de la enfermedad gracias a la hipertermia.
A finales de 1990 Chuck De Marco estaba aterrorizado. Un año antes él y su amante, Michael Vernaglia, se habían enterado de que eran portadores del virus del sida y él ya empezaba a sentir los primeros síntomas del mal: estaba exhausto y en sus muslos y garganta habían empezado a aparecer las terribles lesiones del sarcoma de Kaposi. En un último y desesperado intento por detener el mal, De Marco y su amante viajaron al Hospital Europeo, de Roma, para someterse a un procedimiento experimental llamado hipertermia, que algunos especialistas estaban ensayando en ese país y cuya aplicación había sido prohibida en Estados Unidos. Con donaciones y préstamos de sus amigos, Chuck y Michael lograron reunir los 6.000 dólares necesarios para cubrir los gastos del viaje a Italia y el costo del tratamiento, ya que sus familias, temerosas del alto riesgo que implicaba, les habían negado el dinero.
El 2 de marzo de 1991 los dos hombres ingresaron, con algunas horas de diferencia, en una sala de operaciones de Roma donde, bajo anestesia general, los médicos hicieron circular su sangre a través de una máquina que la calentaba y luego la bombeaba de regreso al cuerpo. El procedimiento para neutralizar el virus duró tres horas y sus efectos en los dos pacientes fueron inmediatos: al día siguiente Chuck y su amigo se sentían tan bien y con tantas fuerzas que se lanzaron a hacer turismo por las calles de la Ciudad Eterna antes de regresar a Estados Unidos.
Cuatro años después De Marco, de 36 años, aún se siente saludable. No toma AZT ni otra droga de control del sida. Su peso es normal y las lesiones que había en su cuerpo desaparecieron. Aunque todavía sus exámenes de sangre dan resultado positivo para la presencia del HIV, el procedimiento parece haber puesto en reversa el sida, que ya se le había manifestado.
Infortunadamente con su compañero Michael no ocurrió igual. El murió en noviembre de 1991, a los 34 años, después de haberse sometido por segunda vez al procedimiento. Estos resultados, tan dramáticamente diferentes (así como algunas muertes en la mesa de operaciones) explican porqué la hipertermia no ha sido aprobada como tratamiento para el sida.
Pero De Marco está convencido de que le debe su vida al procedimiento. Y eso parecen corroborar sus exámenes de laboratorio. Hoy, 45 meses después, su médico, Andrew Zablow, asegura que su conteo de células T -un indicador de la salud del sistema inmune- que hace unos años alcanzó niveles tan bajos como 220, está ahora en 830.
Desde cuando se sometió al tratamiento en la clínica romana, Chuck De Marco se dedicó a promover entre la comunidad médica estadounidense los estudios sobre hipertermia y hoy gasta toda la energía recuperada en una fundación que él creó, llamada H.E.A.T. (Hyperthermia Education and Treatment). Hace un año De Marco encontró el apoyo del senador Frank Lautenberg, quien finalmente consiguió que la FDA aprobara el procedimiento experimental en pacientes ya atacados por el sarcoma de Kaposi.
Si bien la mayoría de los expertos permanece escéptica acerca de los beneficios de la hipertermia y les preocupa que se alimenten falsas expectativas, De Marco es optimista. Y lo único que le pide a Dios es no morirse antes de que el procedimiento -del cual es pionero- demuestre sus beneficios en otros pacientes.