SEÑALES DE HUMO

Dos investigadores aseguran que no hay evidencia de que el humo del cigarrillo afecte a los no fumadores.

19 de agosto de 1996

La campaña en contra del cigarrillo ha logrado dividir al mundo en dos: fumadores y no fumadores. Cada cual trata de defender sus derechos y, hasta ahora, los segundos van ganando la batalla. Con evidencia científica en mano se ha mostrado que el fumador pasivo se expone de igual manera que el fumador al riesgo de cáncer del pulmón, asma y enfermedad coronaria. La campaña ha calado tanto que en la mayoría de los lugares públicos está prohibido fumar. Pero las empresas productoras de tabaco no han dado su brazo a torcer. La British American Tobacco Company -BAT-, una de las más grandes industrias de cigarrillo en el mundo, contrató a dos investigadores para que revisaran los estudios sobre los cuales se fundamentó la tesis de que el humo del fumador afecta al no fumador. Después del análisis, Ray Witorsh, profesor de sicología en la Universidad de Commonwealth, Virginia, y consultor de la BAT, concluyó que no existe suficiente evidencia. Los especialistas estuvieron la semana anterior en Colombia. Según Witorsh, de los 40 estudios 32 no muestran resultados estadísticos significativos. "Sólo ocho arrojan alguna asociación, aunque bastante débil", dice. Por su parte Sharon Boyse, farmacóloga de la Universidad de Londres y consultora desde hace 10 años, afirma: "La discriminación de los fumadores es injustificada, al menos en términos científicos". Y agrega, sobre algunos estudios que han medido la cantidad de nicotina que puede concentrarse en un salón donde hay fumadores: "La cantidad de nicotina en el ambiente puede llegar a ser algo así como dos microgramos por centímetro cúbico, que es equivalente a un segundo en 1.050 años". Los dos investigadores aseguran que se ha iniciado un movimiento revisionista de los efectos del humo del cigarrillo. Con todo, lo que se demuestra es que la polémica en torno al cigarrillo está lejos de acabarse.