SEXO E INFLACION

Un estudio argentino demuestra que a medida que el costo de vida aumenta, el deseo sexual disminuye.

23 de julio de 1990

Las crisis económicas deberán ahora reportar otra pérdida más: la libido. Un estudio realizado en Argentina ha puesto en evidencia la estrecha relación entre economía y sexualidad., donde al parecer el primer afectado ha sido el presidente. Según una encuesta adelantada por la Sociedad de Sexólogos de ese país, las relaciones sexuales de los argentinos disminuyeron en el último año en forma inversamente proporcional al aumento de la inflación. Mientras en mayo del 89, las parejas hacían el amor un promedio de cuatro veces por semana, después de la superinflación de diciembre la actividad amorosa se redujo a una relación semanal. Y durante los meses de enero y febrero de este año, época de vacaciones en el Cono Sur, 1.632 parejas de las 2.500 interrogadas confesaron no haber hecho el amor ni una sola vez.

Afectadas por la crisis económica, cada día más parejas reportan una considerable reducción en la frecuencia de sus relaciones sexuales. Un sexólogo argentino señala: "Mis pacientes son en su mayoría mujeres que creen que sus maridos las engañan. Sin ninguna relación sexual en tres meses, se consideran al borde de la separación. Lo he ensayado todo. La ropa sugestiva, la imagen angelical, pero nada funciona. Mi marido no me determina. Tan pronto se mete en la cama prende la televisión y empieza a suspirar o dar vueltas hasta que se queda dormidó, relata angustiada una mujer. Sin embargo, cuando hablo a solas con el marido, me encuentro con que no tiene una amante. "Es esta incertidumbre económica la que me angustia', señala antes de convertirse también en paciente".

El tema tiene precupados a los sexólogos, sicólogos y psiquiatras, cuyos consultorios se ven atestados de pacientes que van en busca de la libido perdida.

Esta marcada disminución del deseo sexual se evidencia con más fuerza en las clases medias, cuyo nivel de vida se ha visto gravemente afectado por la crisis. Y aunque los especialistas señalan que los argentinos deben aprender a combinar la sexualidad y la superinflación mientras el país sale del atolladero económico, el anuncio del presidente Menem de que tomará año y medio salir de la crisis, hace temer a algunos que, cuando esto suceda, los argentinos hayan perdido totalmente el deseo sexual.

Las causas que afectan los mecanismos del deseo sexual tienen origen físico y síquico. "Una deficiencia hormonal, el consumo de drogas o el alcoholismo pueden producir una baja en el deseo sexual pero también hay causas externas que originan estados síquicos serios, susceptibles de modificar el equilibrio hormonal y alterar los neurotransmisores que afectan la libido", señala el sexólogo Carlos Vargas Cabrera.

En los últimos tiempos, se ha comprobado que el más frecuente de esos estados síquicos es el estrés. Sus nefastas consecuencias sobre la vida sexual de las personas ha llevado incluso a algunos especialistas a afirmar que, de seguir como vamos, llegará el día en que los habitantes de las grandes urbes podrían ser declarados impotentes.

Pero si se culpa al estrés de la aparición del "síndrome de pérdida del deseo sexual", también se ha visto que uno de los factores que produce mayor estrés en nuestra época es la cuestión económica. Los angustiados pacientes que llegan a los consultorios de los sexólogos en busca de soluciones para recuperar su vida sexual, generalmente encuentran que la falta de plata tiene más influencia en su problema de lo que ellos creen. "Es evidente que muchas preocupaciones y ansiedades del hombre moderno nacen de una cuenta corriente deficitaria, pero especialmente de la incertidumbre general sobre el futuro", sostiene el sexólogo Vargas Cabrera. Y en ese sentido no estamos muy lejos de los argentinos. Al parecer, la violencia y la inflación no sólo generan pérdidas en el sector del turismo o el comercio. También inciden en forma negativa en la intimidad de las alcobas. "La situación por la que atraviesa el país, ha disminuido considerablemente el deseo sexual en los colombianos", asegura el especialista. "Los problemas sociales se han convertido en fuertes generadores de estrés cotidiano y esa ansiedad no permite a las personas acercarse al placer".

Hoy no es extraño ver desfilar por los consultorios de los sexólogos a gerentes, empleados, comerciantes, amas de casa, profesionales y microempresarios al borde del desastre matrimonial por culpa de los problemas económicos. "Además de la pérdida del deseo sexual, el factor económico genera también muchas peleas conyugales que contribuyen a deteriorar la vida de la pareja", agrega el especialista. Por eso, la predicción de que al final del año el nivel inflacionario superará el 30%, es una cifra alarmante que no sólo preocupa a los economistas. A la par con el sector financiero, muchas parejas confían en que las políticas económicas del nuevo gobierno ayuden a cambiar su desastroso panorama sexual.-