V I D A    <NOBR>M O D E R N A</NOBR>

Sexo seguro

La vida sexual femenina no se deteriora con la histerectomía. Incluso podría mejorar.

31 de enero de 2000

La histerectomía ha sido uno de los procedimientos quirúrgicos al que más le temen las mujeres. Esta cirugía, que consiste en la remoción del útero y los ovarios y que se diagnostica cuando hay tumores benignos en esa región del cuerpo, causa todo tipo de miedos y ansiedades. No es tanto por la cirugía en sí sino por las consecuencias posteriores a la intervención. Siempre se ha creído que, como consecuencia de la amputación de sus órganos reproductivos, las mujeres afectadas empiezan a sentir cambios hormonales, depresión, incremento del pelo facial y hasta podría causar la llegada temprana de la menopausia.

Además de lo anterior se tiene como hecho que la histerectomía disminuye la libido, la intensidad de los orgasmos y la lubricación vaginal. Esa creencia se apoyó en viejos estudios científicos. Uno de ellos, publicado en 1982 demostró que 33 de 46 mujeres con histerectomía habían tenido una pérdida total o parcial de su deseo sexual.

Pero todo indica que esa evidencia está revaluándose. Una investigación de la Universidad de Maryland, que involucró a 1.300 mujeres, concluyó que la vida sexual mejora después de la histerectomía. La mayoría de las mujeres que participaron en la investigación así lo afirmaron. Durante el estudio, que duró dos años, las participantes dijeron que la actividad sexual y el placer habían permanecido iguales o incrementado después de la cirugía.

La proporción de mujeres que experimentaban dolor durante las relaciones sexuales bajó de manera drástica y el número de aquellas que reportaron deseo sexual con mayor frecuencia, incrementó significativamente. No obstante hubo un pequeño porcentaje de mujeres que reportaron dolor y pérdida del deseo después de la cirugía, aunque esas condiciones pueden ser tratadas con medicamentos.

Los investigadores a-firmaron que el aumento en el interés sexual en estas mujeres se debía en parte a que la histerectomía había aliviado los síntomas producidos por los tumores. “Es posible que estas mujeres se sientan mejor después de la histerectomía y que la función sexual mejore también en la medida en que mejora su salud y calidad de vida”, concluyeron.

El estudio fue hecho por cuatro mujeres de la facultad de medicina de la Universidad de Maryland, quienes vieron la necesidad de investigar sobre el tema, pues la información previa sobre las consecuencias de este procedimiento en la vida sexual de las mujeres era contradictoria.

En los años 70 la histerectomía era una cirugía practicada casi que en forma rutinaria. Se diagnosticaba para mujeres con fibromas en el útero, una especie de tumores benignos que a veces causan síntomas como sangrado exagerado entre o durante los períodos menstruales, dolores de estómago y de espalda, dificultad para orinar, abortos o dificultad para quedar embarazada.

A pesar de ser muy popular hace tres décadas el número de histerectomías bajó considerablemente. En 1975, 8,8 mujeres por cada 1.000 se había sometido a esta cirugía. En 1996 esa cifra bajó a 5,5 mujeres por cada 1.000. Esta baja se presentó en la medida en que se inició una campaña con médicos y pacientes para restringir este procedimiento y gracias a que surgieron técnicas alternativas para tratar las condiciones para las cuales la histerectomía antes era la única solución. Aún así es una cirugía muy común entre las mujeres.

Esta nueva investigación ha sido un paso adelante en el estudio sobre las preocupaciones sexuales de las mujeres, un tema que no ha tenido mucha atención en el mundo. Pero también será de gran valor para quienes necesitan la cirugía pero que por temor a sus consecuencias siempre habían desechado la idea de someterse a ella. De ahora en adelante tendrán como apoyo para tomar la decisión el reporte de este grupo de mujeres para quienes su vida sexual, después de la cirugía, volvió a ser intensa y placentera.