SIN DEJAR RASTRO

La endoscopia aplicada a la cirugía estética permite eliminar las arrugas sin dejar casi cicatrices.

20 de marzo de 1995

HA SIDO EL sueño de todos aquellos que pasan por el quirófano del cirujano estético: eliminar los signos de la edad sin cicatrices que delaten. Ahora la posibilidad de suprimir las arrugas con una cirugìa que sólo deja minicicatrices podría persuadir a mucha gente indecisa de que en materia de rejuvenecimiento vale la pena pasar por el quirófano. Desde hace un tiempo el revolucionario procedimiento quirúrgico de extirpar la vesícula sin dejar prácticamente cicatriz, por medio de la endoscopia, ha empezado a ser aplicado a la cirugía estética. El resultado es un estiramiento facial que requiere de apenas unas cuantas y pequeñas incisiones.
El alboroto no se ha hecho esperar. Aunque algunos cirujanos lo consideran prematuro, arguyendo que el procedimiento no ha sido todavía objeto de la prueba del tiempo, la verdad es que desde hace tres años es una técnica que han empezado a aplicar algunos cirujanos estéticos tanto en Estados Unidos, desde hace cinco años, como en Colombia, desde hace dos, cuando expertos estadounidenses vinieron al país a hacer un curso de entrenamiento a los cirujanos plásticos. El centro de esta innovadora tecnología es el endoscopio, un delgado tubo al cual va adherida una pequeña cámara de video de apenas medio centímetro de diámetro. Esta se desliza por el cuerpo para que transmita una imagen que aparece magnificada en una pantalla. El cirujano opera mirando el monitor, usando instrumentos especialmente diseñados, los cuales son introducidos a través de una pequeña incisión -o dos- no mayores de un centímetro.
El cirujano estetico Tito Tulio Roa, quien es uno de los pioneros en Colombia, explica: "Esta no es una nueva cirugìa, sino una técnica que tiene aplicaciones precisas. Ella acorta el tiempo quirùrgico y el de convalecencia porque se hacen incisiones más pequeñas. Además, al magnificar el campo operatorio con el endoscopio, se facilita el procedimiento".
Aunque los cirujanos la están aplicando en operaciones de aumento de senos y en reducción de abdomen, el procedimientos que más llama la atención es el de estiramiento facial. "Para corregir las arrugas de la frente, levantar las cejas o arreglar la caìda de la piel de la cara y algunas arrugas. Como no se corta piel, se hace un levantamiento por debajo del periostio, que es una membrana que envuelve al hueso. Eso se tiene que suspender o reacomodar reposicionándolo màs elevado", dice Roa. Concretamente el alisado de la frente, que permite arreglar un gran número de signos comunes de la edad: las arrugas de los ojos, las líneas del ceño fruncido los surcos y arrugas de la frente y posiblemente alguna piel floja en el párpado superior. Todo esto sin tener que recurrir al tradicional corte de oreja a oreja. La nueva opción requiere sólo de tres incisiones de media pulgada (ver ilustraciones), las cuales se ocultan tras la línea del cabello.
Aparte de la pequeña incisión, el estiramiento es sorprendentemente similar a la técnica tradicional: ambas recurren a la liberación de una membrana que une la piel al hueso de la nariz, así como también a una modificación de los músculos de la frente, que son los que crean surcos y arrugas. La diferencia es que mientras en la técnica tradicional o 'abierta' se remueve un pequeño segmento de piel para asegurar las cejas a su nueva elevada posición, la nueva técnica 'cerrada' recurre a una natural contracción de la piel. Después de separarla y reposicionarla a un nivel más elevado, el cirujano aplica un dispositivo a manera de banda para sostenerla en su lugar.
Existen diversas variaciones de estiramiento facial con endoscopia, las cuales evitan las cicatrices de los estiramientos clásicos que van a lo largo de la oreja antes de entrar en la línea del cabello. Para el cirujano plástico Rollin Daniel la mayor ventaja no es esa: "Sería un error decir que la endoscopia permite el estiramiento facial sin cicatrices. Sin embargo su gran ventaja es permitir individualizar la operación, es decir, que el cirujano aplique la técnica según las necesidades de cada paciente". Por ejemplo, permite arreglar algunos problemas más localizados para quienes solamente se quejan del ceño fruncido o los surcos de expresión formados en la frente. En estos casos el cirujano puede remover algunos de los músculos responsables por medio de una sola y pequeña incisión. Y el costo de esta operación es más o menos lo que gastan en camuflarlas con inyecciones de colágeno.
Pero además de dejar sólo mínimas cicatrices el sistema tiene otras ventajas: el posoperatorio es menos doloroso, la recuperación es más rápida y, como no toca nervios y otros tejidos que son involucrados en la cirugía tradicional, se crce que también es más segura. Pero tiene sus desventajas: No permite la remoción de piel, algo que es común en muchas de las cirugías tradicionales antienvejecimiento. Esto limita su utilización y, aunque muchos se sienten atraídos por la nueva técnica, los elegidos son pocos. Su éxito depende de la habilidad de la piel para contraerse. Es decir, depende del buen tono de la piel, lo cual es más común en personas jóvenes. Por ahora los cirujanos sólo la aconsejan a personas entre los 35 y los 50 años de edad y con poca piel floja.
Pero si esto es lo que desvela a los pacientes, lo que preocupa a los cirujanos es que por tratarse de una técnica tan nueva aún no se sabe qué tan perdurables serán los efectos. El doctor Gregory Keller, quien ha seguido 300 casos en cinco años, señala que por ahora han demostrado ser tan duraderos como aquellos alcanzados en la forma tradicional. Pero el hecho de que el procedimiento no permita eliminar sobrantes de piel hace dudar de que los resultados puedan ser comparables. De otra parte, por ser tan nueva, existe el temor de que sea aplicada por manos inexpertas.
En opinión de los cirujanos que la aplican, así como se requiere de un paciente con buena piel es definitiva una mano bien entrenada.