SUEÑO O PESADILLA

El mayor temor de los candidatos a una cirugia es la anestesia. ¿Hasta qué punto este miedo es justificado?

13 de enero de 1992

MIENTRAS LA ciencia y la tecnologia logran grandes avances en la aplicación de anestesia, el temor de los pacientes parece no disminuir un ápice. La mayoria de los seres humanos que han entrado en una sala de operaciones confiesan que su mayor temor en este trance no lo causa tanto la cirugia como el riesgo de no despertar de ese profundo sueño causado por la anestesia. En parte, tienen razón. Los mayores riesgos de una cirugia tienen que ver con la aplicación de los anestésicos. Pero también hay mucho de miedo injustificado. En esto sucede algo similar a los accidentes de aviación: la gente sólo se entera de los desastres. Sin embargo, en condiciones normales, es decir en manos de un profesional y en clínicas dotadas de los equipos necesarios, la probabilidad de muerte o de incapacidad por anestesia es de una en 10 mil.
La mala fama de la anestesia proviene desde sus origenes. Paradójicamente, Hermann Koller, el científico alemán que, en 1860, elaboró el primer anestésico a base de cocaína, murió víctima de su propio invento. Pero su muerte no fue producida por la anestesia sino por la ingestión descontroláda del alcaloide.
Sin embargo, desde ese momento la anestesia quedó marcada como un veneno. A pesar de su gran utilidad en la medicina, la anestesia no es otra cosa que