En colombia, el 40 por ciento de los hombres sufren de infertilidad, y una de las principales causas de este problema es la edad

Salud

Tictac, tictac, tictac...

A los hombres también les corre el reloj biológico en materia de reproducción. Así lo señalan estudios recientes en los que se muestra que ser papá después de los 40 tiene sus riesgos.

2 de julio de 2011

Cuando una mujer sobrepasa los 30 años empieza a sentir que el tiempo para tener hijos se le está agotando. Esta preocupación no es infundada, ya que la ciencia ha demostrado que la fertilidad de ellas disminuye a partir de esta edad.

No obstante, estudios recientes han revelado que este no es un problema exclusivamente femenino y que la edad también les pasa su factura a los hombres en términos de reproducción. Lo más alarmante es que, según nuevos estudios, los hijos de padres de edad avanzada tienen mayores riesgos de nacer con problemas genéticos, ser proclives a desarrollar enfermedades y hasta tener dificultades para socializar y obtener buenos resultados académicos.

El caso de los hombres es distinto al de las mujeres. Ellas nacen con un número predeterminado de óvulos, que se van agotando entre los 15 y los 45 años. Para cuando llega la menopausia, después de los 50, ellas ya no pueden concebir más. Los hombres, por el contrario, producen entre 200 y 400 millones de espermatozoides diariamente y el proceso nunca se detiene. Por eso se presentan casos de padres que han concebido a sus hijos cuando tienen más de 50 años, como Larry King, Pablo Picasso, Charlie Chaplin y Rod Stewart, por citar los más famosos.

Sin embargo, varios expertos en fertilidad señalan que no todos corren con la suerte de concebir hijos sanos, pues la calidad y cantidad de esperma disminuye con el paso de los años. También se incrementa el riesgo de que se generen errores genéticos. "Cuando el hombre envejece, es inevitable que haya una degradación genética y que la calidad del esperma disminuya, así como los niveles de testosterona", afirma el urólogo estadounidense Harry Fisch, autor del libro The Male Biological Clock.

Pero la edad no es lo único que incide en este proceso degenerativo. Hay otros factores externos que pueden acelerarlo, como una dieta mal balanceada, un alto nivel de estrés o consumir en exceso licor, tabaco y otras sustancias psicoactivas. "Este tipo de hábitos nocivos generan una disminución de la testosterona y provocan un daño irreversible en el ADN de los espermatozoides, por lo cual los niños pueden nacer con defectos físicos o enfermedades como el síndrome de Down", le explicó a SEMANA David Giraldo, presidente de la Asociación Colombiana de Fertilidad y Medicina Reproductiva (ACFE). Según el experto, un 40 por ciento de los hombres en el país sufre de problemas de infertilidad y, de ellos, 12 por ciento los padecen por la edad.

Otras enfermedades a las que son propensos los hijos de padres mayores son el autismo, la esquizofrenia, el desorden bipolar, la epilepsia y el cáncer de próstata y seno, entre otras. En efecto, investigadores de la Escuela de Medicina del Monte Sinaí, en Nueva York, hallaron que los hombres mayores de 40 son hasta seis veces más proclives a ser padres de un niño autista que los menores de 30.

A su vez, investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, realizaron pruebas con un grupo de niños para medir su coeficiente intelectual. Al finalizar el experimento, los autores hallaron que quienes eran hijos de hombres maduros tuvieron malos resultados, incluso peores que los de aquellos que tenían madres de avanzada edad. De la misma forma, en el Kings College de Londres pudo comprobarse que los hijos de padres viejos mostraban dificultades a la hora de entablar relaciones.

Aunque las investigaciones en este tema aún están en su infancia, los hallazgos hasta el momento dejan en claro que el reloj biológico no es solo un problema de las mujeres, sino también de los hombres, quienes deben tomar conciencia de ello para programar el momento de ser padres, porque el tictac de este reloj, como bien lo saben las mujeres, no se detiene.