UNA MANO AMIGA

Estudios científicos han encontrado que la gente que recibe y da afecto tiene una más larga expectativa de vida.

12 de abril de 1993

EL MUNDO MODERno se ha ideado mil formas de combatir los efectos nocivos del estrés, ese mal de la civilización que cada día parece cobrar más víctimas. Ahora resulta que la mejor arma para hacerle frente es contar con el afecto de la familia o de los allegados. Una mano amiga, dicen los especialistas, no sólo brinda apoyo emocional a la hora de los problemas sino que puede aumentar la resistencia de una persona para luchar contra las enfermedades y prolongar su vida.
Desde hace varios años había intrigado a los científicos el hecho estadístico de que los pacientes hospitalizados que contaban con el apoyo de la familia y los amigos vivían más tiempo que los solitarios. Diversos estudios han mostrado, por ejemplo, que las víctimas de ataques cardíacos que tienen soporte emocional, sobreviven mucho más tiempo que aquellos que no cuentan con este apoyo. Ese poder preventivo del afecto sobre el organismo, ha llevado en los últimos tiempos a los investigadores a indagar el porqué.
Uno de ellos es la sicóloga Janice Kielcolt, quien hace poco publicó los resultados de una investigación que demuestra que las peleas maritales pueden afectar no sólo la relación de pareja sino la salud de los cónyuges. Del mismo modo, sostiene la sicólo ga, una buena relación se convierte en una ventaja biológica que fortalece el sistema inmunológico y protege contra las enfermedades cardíacas.
En una investigación realizada entre estudiantes de medicina, Kielcolt encontró que aquellos estudiantes que eran más amigables soportaban mejor las tensiones de los exámenes y visitaban con menos frecuencia el consultorio médico. "Claro que no es el nú mero de amigos lo que parece ofrecer un alivio contra el es trés, sino la calidad de esas relaciones", afirma la investiga dora. "Pero además, es la relación con las personas que usted ve día a día la que parece ser crucial para su salud". Y no todas las relaciones tienen igual significado. "Si usted tiene una pareja romántica con la cual se entiende y vive en armonía, eso lo beneficia más que si pelea con su pareja, pero se entiende a las mil maravillas con sus compañeros de trabajo" Pero lo cierto es que entre más hostil sea una persona, es más grande el riesgo para la salud. Un estudio reciente, realizado en la Universidad John Hopkins, encontró, luego de un entrenamiento de parejas para aprender a solucionar sus conflictos, una mejoría notable en aquellos maridos que sufrían de hipertensión.
"Aunque parezcan inocuos, los cambios en las relaciones interpersonales pueden afectar los niveles de la presión arte rial", señala Steve Smith, director de la investigación. El estudio también monitoreó la presión arterial de un grupo de personas durante las actividades diarias normales y encontró que los niveles eran más altos cuando ellas estaban entre extraños, menos altos cuando estaban solas y mucho más bajos cuando esta ban en familia.
Mientras estos cambios leves y transitorios están entre el rango normal de las fluctuaciones, los investigadores creen que los cambios sustanciales pueden llegar a causar daño cardiovascular. "La interacción negativa tiene un efecto a corto plazo en el sistema cardiovascular, y si es repetido regularmente durante varios años puede conducir a una enfermedad cardiaca", dice el doctor Smith. De la misma manera, advierte, si las relaciones interpersonales son una fuente de paz y sosiego, pueden ejercer un efecto protector en el corazón.
La evidencia es contundente. Un estudio realizado entre 200 ancianos, hombres y mujeres, quienes habían sufrido ataques car díacos, comprobó que aquellos pacientes que tenían dos o más personas, fuentes de soporte emocional, presentaban dos veces más probabilidades de sobrevivir que aquellos que no contaban con ningún tipo de apoyo o de afecto. Lisa Berkman, la epidemióloga que dirigió el estudio, señala que entre los pacientes que contaban con dos o más personas, fuentes de afecto, 17 por ciento murió durante el primer año mientras que en el grupo de aquellos que no tenían un apoyo emocional el índice de muertes fue del 58 por ciento.
Según los investigadores, la gente de pocos amigos o sin familia tiene una tasa de muerte de dos a cuatro veces mayor que a quellos de su misma edad que cuentan con el afecto de sus alle gados. Esto ha sido demostrado en media docena de estudios esta dísticos que involucran a cerca de 20 mil hombres y mujeres.
"Para obtener esta clase de protección, la gente tiene que percibir que realmente cuenta con sus amigos o su familia. A la hora de solucionar los problemas o enfrentar una crisis puede ser suficiente tener a alguien con quien hablar o simplemente que lo haga sentir mejor acerca de sus propias capacidades para manejar una situación difícil", dice Berkman. Y lo cierto es que los datos de mortalidad dejan muy claro que la gente que recibe afecto tiene más larga expectativa de vida.