Un turista fotografía los destrozos que causó la guerra en Afganistán. Irak, Líbano y otros países en conflicto se han convertido en sitios turísticos

Destinos

Viajes a la medida

Las travesías extremas están ganando adeptos. Países en conflicto, escenarios en posguerra y barrios pobres están entre los planes más solicitados.

22 de diciembre de 2007

El turismo en el siglo XXI se puede comparar con la moda. Los paquetes que organizan las agencias de viajes son el equivalente a la ropa pret a porter que cada cual escoge en las tiendas de acuerdo con sus gustos y necesidades. Los viajes sobre medida, sean elegantes o no, se diseñan tal y como los vestidos exclusivos que confeccionan los modistos de alta costura: buscando que cada detalle del viaje, desde el destino, el hotel y la comida, hasta las actividades que se realicen, le queden a la talla del viajero.

Este tipo de viajes se está imponiendo en el mundo, posiblemente porque la gente se ha cansado de ir a los mismos sitios y volver con las mismas fotos que todos los demás. "Uno va a Machu Picchu y se encuentra con los mismos japoneses tomando fotos, con el guía que dice lo mismo, con los mismos 'souvenirs'. Es como si fuera Disney", dice un viajero rebelde que no quiere hacer parte de ese sistema y se ha planteado otras maneras de viajar.

En esta nueva tendencia el agente conoce a fondo a su cliente, crea un plan para él basado en sus intereses, lo estructura y se lo diseña. A eso se dedica desde hace un tiempo Mikel González Galán, presidente de Mundo Amigo, una agencia de viajes española que ofrece planes especializados para grupos o individuos que desean aprender del destino. Aunque no necesariamente son viajes lujosos, generalmente el cliente paga más que por un paquete de viaje que se le ofrece a mucha gente. "No es lo mismo comprar un traje en Zara que en una tienda Gucci", explica González.

Los viajes de autor han tomado tanto vuelo, que cualquier temática se puede eventualmente convertir en un plan. Un ejemplo es un tour diseñado por González para los miembros de la Asociación Española de la Ciencia para el Estudio de la Tierra, que buscaban conocer más acerca de los volcanes. El recorrido se hizo en barco por el sur de Chile y Argentina donde un experto les daba conferencias diarias y les guiaba en tierra. "Vendimos dos plazas para personas ajenas al grupo y aunque podrían haber regresado horrorizados, sucedió todo lo contrario, llegaron felices", recuerda González.

Otros prefieren un recorrido que los ayude a explorar el lado espiritual y esotérico de un país. Una muestra es el destino de Nicosia, Chipre, que no siempre se hace para ver las maravillas arquitectónicas del mundo antiguo, sino para visitar a Stobulos, un maestro curandero que enseña relajación mental. Algunos se dejan seducir por los campos de grandes batallas como Waterloo, El Alamein o Hastings.

Como sucede en la moda, con los viajes cada año se establecen colecciones de acuerdo con cada temporada. En 2007 los destinos más frecuentados en el mundo fueron Japón y Camboya. Este último país hace parte de una tendencia más grande que es la de visitar países posconflicto como Vietnam, Europa del Este o Bosnia. El tour Misión Imposible es un ejemplo. Con este nombre Zijad Jusufovic bautizó el recorrido que él hace por las antiguas líneas de conflicto en Bosnia, los túneles secretos y los puestos de los francotiradores en el aeropuerto.

Para Diana Uribe, historiadora y guía de viajes de autor, ese interés de recorrer las fosas donde el ejército de Pol Pot masacró a cientos de camboyanos, o visitar la tumba de Ho Chi Min, se debe a que por mucho tiempo el ingreso a estos países estuvo restringido debido a los regímenes políticos que imperaban. "Alguien podía tener toda la plata del mundo y el tiempo libre para ir allí, pero no se lo permitían", explica. Europa del Este estuvo vetada durante 48 años y "la gente quiere saber qué pasó con esos pueblos", agrega. Otra explicación es que los gobiernos de estos países donde el régimen no ha cambiado, como en Camboya, se han dado cuenta de que es lucrativo abrir el país para el turismo. Mikel González recuerda que hace 10 años los turistas iban a Camboya con un mapa de las minas antipersona. Hoy, la oferta de hoteles y las posibilidades de conocer son mucho más amplias.

Para Michael Cohn, escritor de Lonely Planet y autor de la Guía de Colombia, este género se conoce como War Tours e incluye también viajes a zonas donde el conflicto está lejos de terminar, como Bagdad, Afganistán o el Oriente Medio. Cohn considera que el perfil de quien busca estos destinos es el viajero especializado. "A un individuo que no haya salido de Estados Unidos probablemente no le interese ir a Irak, pero sí lo hará quien ya ha visitado los lugares obligados en el mundo", comenta.

El interés muchas veces se extiende a visitar la pobreza también. Marcelo Armstrong, de Favela Tour, hace un recorrido de un día por algunas de las 750 favelas de Río de Janeiro en donde el turista puede apreciar un aspecto diferente de la sociedad brasileña. "Muchos pagan mucho dinero por conocer la pobreza de Bombay. Tal vez la gente siente curiosidad por lo que no tiene", afirma Cohn. Somalia, Etiopía, Eritrea y Djibuti son países cada vez más interesantes para los viajeros del mundo.

Pero esa tendencia, según Mikel González, está próxima a extinguirse por una nueva moda que consiste en visitar los países islámicos para entender su concepción del mundo y la manera como están afrontando el futuro. Es así como estos lugares pasaron de ofrecer desierto y camellos a construir oasis como las islas de Las Palmas y El Mundo en Dubai, que serán los destinos más atractivos de las próximas décadas.

Los dictados de la moda en los viajes los dan los cambios de paradigma en el sistema internacional. Los atentados del 11 de septiembre han influido en el turismo de dos maneras, según Felipe Londoño, de Viajes Hermes, una agencia que trabaja en llave con Mundo Amigo para ofrecer tours a la medida en Colombia. Por un lado, la gente siente que ya no existe un lugar más seguro que otro y por eso se atreven a viajar hasta Beirut o la franja de Gaza con la misma precaución que lo harían si fueran a Madrid, Londres o a Manhattan. "El peligro ahora está en todas partes", afirma Londoño. Así mismo, el hecho de que hoy se plantee una lucha entre civilizaciones ha despertado un gran interés por el Islam y las culturas de Oriente que se refleja en un aumento del flujo de pasajeros a estos destinos.

Y aunque hay unas tendencias, muchos pueden soñar con un viaje diferente que se ajuste a sus sueños y necesidades. Y en ese sentido, las posibilidades son enormes. Para el año entrante, por ejemplo, la agencia Tuareg Viajes, de España, ofrece un recorrido para observar el eclipse total de sol de agosto en Novosibirsk, en Rusia, el cual contará con la compañía de un astrónomo profesional; o un plan a Groenlandia para la observación de auroras boreales.

Tal vez el único problema con este tipo de experiencias es que los viajeros suelen llegar exhaustos, por lo cual este turismo no es apto para aquellos que sólo piensan en relajarse en sus días libres. No es raro que con las nuevas tendencias turísticas muchos necesiten pedir vacaciones para descansar de sus vacaciones.