México: exámenes de ADN contra infieles

Se trata de un producto disponible en México, que ciertamente aún no se ha masificado, pero que está penetrando poco a poco el mercado local.

Alianza BBC
BBC MUNDO
19 de noviembre de 2009

¿Siente que su pareja le ha sido infiel? Sepa la verdad, el ADN no miente”, dice uno de los anuncios que ofrece exámenes genéticos a través de las páginas de internet.

Otros laboratorios detallan sus servicios para rastrear ADN humano y explican que lo pueden detectar en objetos como los siguientes: condón usado, goma de mascar, colilla de cigarro, toallas femeninas, ropa interior, envase de refresco.

Se trata de un producto disponible en México, que ciertamente aún no se ha masificado, pero que está penetrando poco a poco el mercado local.

Y no está regulado. Más bien depende del autocontrol de los propios laboratorios que ofrecen exámenes de ADN, cuyos resultados pueden tener efectos insospechados en la vida de las personas.

Como ocurrió en la ciudad mexicana de Monterrey con un examen genético para determinar la paternidad: un hombre se enteró de que no era el padre de su hija y decidió matar a su esposa y a la niña.

Científicos y dueños de laboratorios consultados por BBC Mundo coincidieron en que existe un vacío legal en el campo de las pruebas de infidelidad y plantearon que esta carencia de regulación podría terminar afectando a los consumidores.

¿Cómo detectan la infidelidad?
Jorge Guillén, director general del laboratorio Mexigen, dijo a BBC Mundo que existen distintos tipos de análisis y que el cliente puede definir hasta qué nivel quiere llegar.

“La persona nos envía por correo una muestra, que puede ser un condón o una ropa interior que contenga un fluido biológico, y nosotros en una primera etapa identificamos la muestra. Luego, si la persona lo desea, podemos contrastar ese resultado con el de una muestra de ADN del presunto amante”.

“Nosotros no interpretamos los exámenes, simplemente ofrecemos el resultado de las pruebas de ADN”, agregó Guillén.

El químico sostuvo que sólo realizan unos diez exámenes de infidelidad al año porque no hay demasiada información respecto a la existencia de estos servicios.

Armas de guerra
Según Gerardo León, representante del Centro de Diagnóstico Genético ADN en Familia, el procedimiento requiere una autorización escrita para realizar la comparación de dos muestras genéticas.
 
“No se puede analizar una muestra si no hay un consentimiento escrito del solicitante”, señaló León.

“Tampoco se pueden cambiar los resultados de un examen para favorecer a una de las partes en conflicto porque eso está penado por la ley”, agregó, particularmente cuando las pruebas se usan en un litigio.

Y los riesgos no son pocos, ya que las pruebas genéticas de infidelidad podrían ser utilizadas como armas de guerra en el caso de parejas donde existen grandes intereses económicos.

Los precios del examen varían, pero en promedio van desde US$150 en el nivel más simple, hasta los US$600 cuando se trata de establecer un perfil genético a partir de un fluido biológico.

Luego viene la segunda parte, para quienes se interesen en contrastar dos muestras diferentes, y ahí los precios también cambian, llegando hasta unos US$500 adicionales.
Sólo por orden de un juez

El especialista en genética, Roberto Guevara, director del Laboratorio de Análisis Clínico Biogen, dijo a BBC Mundo que su empresa no realiza exámenes de infidelidad a petición de una persona, porque ellos sólo trabajan con pruebas genéticas cuando son solicitadas por un juez.

“No realizamos pruebas de ADN a menos que se entable un juicio”.

“Aquí no puede llegar una persona con una prenda o un condón para que nosotros lo analicemos. Tenemos mucho cuidado con el respeto a la intimidad del individuo”.
Según Guevara algunas pruebas de infidelidad pueden conducir a error o engaño porque no se puede confiar, por ejemplo, en que el fluido que llegó al laboratorio sea de la persona que se supone que es.

“¿Quién me asegura que el fluido corresponde a la persona señalada?, Es posible que en un caso específico alguien decida manipular las pruebas”.
Por eso, el especialista indicó que es clave la fiscalización de la denominada “cadena de custodia”, es decir, de todo el procedimiento desde que se obtiene la prueba, hasta que se entrega el resultado.