Abriendo trocha

Boom de nuevas técnicas no quirúrgicas para desbloquear arterias obstruidas.

12 de septiembre de 1988

Millones de personas en el mundo entero se enfrentan al riesgo de enfermedades coronarias por obstrucción de las arterias. La alimentación rica en colesterol, el stress y muchos otros factores que acompañan a lo que tan olimpicamente se denomina "vida moderna", contribuyen al incremento creciente de pacientes por arterias obstruidas. Esto ha determinado una carrera entre médicos y científicos para desarrollar métodos no quirúrgicos para desbloquear las arterias en forma segura y permanente.
Actualmente se adelantan experimentos con rayos láser en los Estados Unidos. Se utilizan dos tipos de láser: "calientes" y "fríos". Con los primeros, los pacientes ven ensanchadas sus arterias obstruidas, pues el láser disuelve el material que obstruye la circulación. Con los segundos, se desintegra la obstrucción. Pero hay otras formas de limpiar las arterias, la angioplastia, que utiliza dispositivos mecánicos que remueven el material adherido a las arterias.
Muchos pacientes, atraídos por la idea de que los láser hacen milagros, piden especialmente que se les practique este tipo de procedimientos, en lugar de tratamientos más convencionales no quirúrgicos como la angioplastia. Esto, sin embargo, preocupa a los médicos, pues se van dejando de lado procedimientos más convencionales que han demostrado su eficacia para salvar vidas, en aras de métodos más modernos, pero no suficientemente probados. El doctor Tom Robtrtson, un prestigioso cardiólogo norteamericano, sostiene que "el público debería considerar esas técnicas como experimentales. No tenemos todavía suficiente información como para saber si los beneficios son superiores a los riesgos que se corren".
Los expertos afirman que la tentación de enormes ganancias está llevando a un boom para desarrollar métodos para desbloquear arterias coronarias que, paradójicamente, pueden conducir a infartos cardiacos. Hasta hace 10 años, el único tratamiento para las arterias obstruidas era la cirugía de by pass. En una larga operación, se desvía el curso de la sangre de la sección de la arteria que está bloqueada mediante un pedazo de vena del mismo paciente, tomado de la pierna o de una arteria no esencial del pecho.

La angioplastia
A finales de los años 70, una técnica no quirúrgica, la angioplastia, fue introducida para ayudar a los pacientes con obstrucción de las arterias. Esta técnica consiste en un alambre ultradelgado que se introduce en la arteria de una pierna y es conducido a través del sistema circulatorio hasta la obstrucción. Para realizarla sólo se requiere una incisión muy pequeña. Los doctores monitorean el alambre a través de una pantalla especial que muestra una imagen similar a la de los rayos X. Una sustancia de contraste se inyecta en las arterias del paciente, de tal manera que se pueden destacar en la pantalla. Después, se pasa a lo largo del alambre un catéter muy fino con una bombita desinflada en el extremo, hasta la obstrucción. Cuando la punta del catéter alcanza la obstrucción, se infla la bombita, lo cual presiona la placa contra las paredes de las arterias y abre un canal a través del cual la sangre puede circular más fluidamente.

El mayor "pero" de este procedimiento es que el 30% de las arterias coronarias y entre el 40 y el 50% de las arterias de la pierna vuelven a desarrollar obstrucciones en los primeros seis meses después de aplicada la técnica. Pero los cirujanos no se sorprenden con estas estadísticas. El doctor Nicholas Kouchoukos, cardiólogo de la Universidad de Washington en San Luis, afirma que "cuando la placa se aplasta contra las paredes arteriales, se rompen capas de las mismas. Ese tipo de trauma se traduce después en problemas de nuevas obstrucciones".
Los médicos dicen que la angioplastia con frecuencia deja pedacitos de tejido colgando de la pared interior de la arteria. La mayoría de las angioplastias se practican con un equipo médico completo, pues si después de que se aplica la técnica vuelve a obstruirse la arteria, se puede practicar una operación de by pass. Otro inconveniente de este procedimiento es que si las arterias están totalmente bloqueadas y hay muchas obstrucciones en una arteria, no se puede realizar.

El láser
Dados estos problemas y el vasto mercado, muchas compañías están desarrollando técnicas para mejorar el sistema de la angioplastia. Los sistemas más atractivos son los que utilizan láser para vaporizar o destruir la placa que bloquea las arterias. Con los láser, los átomos o partículas subatómicas son movilizados para generar rayos de alta concentración de energía. Los tres que actualmente se utilizan para desbloquear las arterias se basan en diferentes formas de estimular los átomos de una variedad de gases o materia. Estos incluyen el argón, un cristal de granate sintético y una mezcla de gases reactivos.
El mayor riesgo con la utilización de láser es la perforación. Es especialmente difícil trabajar con las arterias coronarias. Pequeñas y frágiles, se mueven con cada latido del corazón. La membrana que rodea el corazón se llena de sangre un minuto después de que se rompe un vaso, y el corazón se para. Los láser también pueden quemar las paredes de las arterias, causando su encogimiento y la pérdida de agua. La mayoría de los sistemas láser de angioplastia han sido ensayados en arterias de la pierna y muy poco en las arterias coronarias.
Uno de los principales sistemas, el de la punta caliente, hace uso del láser para calentar una punta de metal o safiro al final del catéter. La punta a 398 grados centígrados, se mueve hacia adelante y hacia atrás a través de la obstrucción. Después de que el tejido se inflama por la lesión que causa el calor, una bombita ensancha el vaso.
Otro sistema emplea un láser caliente para destruir el tejido, luego utiliza la angioplastia tradicional para despejar las arterias.
Los investigadores trabajan también sobre un láser frío, que opera con longitudes de onda de rayos ultravioleta de niveles extremadamente altos de energía. La placa es destruida por la luz más que por el calor. El método opera con precisión, dejando una superficie suave sin quemadura alguna. La angioplastia no se necesita como complemento.
Otro procedimiento experimental utiliza dos tipos de láser. Después de que el catéter alcanza la obstrucción, un láser de bajo poder se utiliza para identificar el tipo de tejido que tiene que removerse. Luego, un láser de alto poder desintegra el tejido.
Tal vez el método más nuevo es una bombita láser que produce un efecto como de soldadura. En primer lugar, la arteria se ensancha por medio de la angioplastia tradicional. En la última inflada de la bombita se aplica el láser, que calienta el tejido de los alrededores. La temperatura no es lo suficientemente alta como para destruir el tejido, pero las paredes de las arterias se ensanchan y la placa se "suelda" a ellas de tal manera que queda una superficie suave. Como el procedimiento es doloroso, los pacientes reciben un poco de anestesia.
Y esto no es todo. Algunos médicos están probando nuevos dispositivos mecánicos. Un catéter de arteroctomía raspa la placa y la saca de las arterias. Además, especies de mallas finas como de metal se han diseñado para ser implantadas en las arterias con el fin de mantenerlas abiertas después de la angioplastia convencional. En fin, los pacientes son tantos y la capacidad de invención tan grande, que hoy por hoy hay miles de investigadores intentando diseñar el método más seguro y más barato para salvar la vida de millones de pacientes que, con las arterias obstruidas, corren un alto riesgo de morir de infarto.--